Desde que inició el Covid-19, los líderes de las grandes potencias del occidente no han encontrado el engranaje adecuado para contrarrestar los efectos de esta pandemia mundial, los cuales se encuentran en graves aprietos por el derrumbe de la economía global.
En el año 2019 algunos agentes económicos, tenían una visión a futuro sobre las ganancias que iban a obtener del año 2020 al 2025 por el "crecimiento de la demanda del consumo de petróleo" a pesar de la anterior caída de los precios, hoy resulta que, con la pandemia esos sueños se desvanecieron. Asimismo, se puede terminar de afirmar en el artículo elaborado por el periodista Rakteem Katakey en Bloomberg, titulado – BP, que la era del crecimiento de la demanda de petróleo ha terminado, donde describe el último informe BP que, "grandes transnacionales están tomando otros caminos para alinear sus negocios con el objetivo basado en el acuerdo climático de Paris, el cual es reducir la producción de petróleo y gas en un 40% durante la próxima década, los mismos gastarían para esta nueva década en construcción de energías renovables un aproximado de más de 5 mil millones de Dólares".
El Bristish Petroleum también muestra que, el consumo se desplomará un 50% para 2050 en un escenario y casi un 80% en otro. Según este escenario en un futuro no van a depender mucho de las energías fósiles sino de energías renovables, esto da a entender que los magnates naturalmente para no perder su oportunidad se están adecuando después de la pandemia mundial, lo cual, muchas grandes industrias van a funcionar muy diferente como lo venían haciendo y los cambios sociales se van a hacer notar durante los próximos 10 años en los países con economías emergentes.
Ante los efectos de la crisis generada por el coronavirus, a los grandes magnates no les queda otra opción que jugar e invertir en las energías limpias que en combustibles fósiles, es decir que la humanidad tiene que adaptarse en esta transición económica en medio de una Pandemia que no parece tener fin.
Algunos analistas afirman que ante estos cambios inesperados los países con bajo desarrollo tecnológicos, se verán duramente afectados, a menos que se relacionen con la República Popular China, país que tiene tres pasos por delante sobre todas las potencias occidentales.