El Papa Francisco: Un verdadero samaritano
Por: Luís Roa
Lunes, 12/10/2020 07:49 AM
Al Papa Francisco no le tembló el pulso para destituir al cardenal Giovanni Angelo Becciu, su amigo personal y uno de los más cercanos colaboradores, como Perfecto de la Congregación para la Causa de los Santos y de los derechos del cardenalato, cuando se percató que había invertido en un lujoso edificio de Londres la cantidad de 232 millones de dólares con dinero de la iglesia, lo condenó al ostracismo, perdiendo el derecho a elegir al próximo Papa. Otro cardenal que renunció al derecho votar por el nuevo Papa fue el escoses Keith Obrien en el 2013 por escándalo sexual. El arzobispo de Santiago de Chile Ricardo Ezzati, también fue expulsado por encubrimiento en abusos sexuales. Ha pretendido en algunas oportunidades acabar la manía de los feligreses de besarle el anillo papal.
El Papado tiene 17 siglos de fundada, concretamente en el año 313 bajo el mandato del emperador Constantini, con el propósito de crear una religión bajo el ideario de Cristo. En el Vaticano nunca ha estado ausente sus traiciones, las venganzas, las zancadillas, las intrigas, las hipocresías; los suicidios; lejos está esa imagen de humildad, de humanismo, de privacidades que algunos manifiestan tener. Veamos ligeramente algunos papados recientes, que no eran un dechado de virtudes. Pio XI (1922), aliado de los nazis, nunca llegó a manifestarse frente a las masacres de los judíos. Pio XII (1939) fue llamado el Papa de Hitler. Juan Pablo II, abanderado del Opus Dei, que no tuvo escrúpulos en bendecir la guerra del Golfo Persico, la invasión a Afganistán; humilló al fallecido poeta y sacerdote Ernesto Cardenal por haber ser ministro de Cultura del gobierno Sandinista de Nicaragua; pero no dudo en ponerse al lado de los asesinos de monseñor Oscar Arnulfo Romero en el Salvador.
No hay que apartar de la historia los genocidios más grandes que se generó en la época de la conquista; aquí arribaron ex convictos, asesinos, delincuentes, que llevaron a cabo a nombre de la evangelización cualquier cantidad de crímenes; como el hombre de la capa roja Juan Rodríguez Suarez; fundador de Mérida; Diego de Ordaz, Diego de Lozada, etc. Luego vendría la gesta emancipadora, pocos fueron los clérigos que la acompañaron, entre ellos el padre Madariaga, nunca le perdonaron el hecho de haber levantado el dedo, en señal de desaprobación al mandato del capital Emparan el 19 de Abril de 1810, luego vendría la excomulgación y encarcelación por varios años. El terremoto de 1812, lo convirtieron los curas a través de corrillos expresando que era “un castigo de Dios”, por pretender la independencia. Hoy a través de la figura del Papa Francisco vemos el renacer, el vuelco de una nueva iglesia, frente a otra que lucha por mantenerla atada al pasado, con una Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que no despierta ante las nuevas realidades, convirtiéndola en una aliada de los más crueles intereses del imperialismo y sus lacayos.