Trincheras de Ideas

Evo Morales derrotó a Donald Trump y marcó su derrota electoral

Martes, 20/10/2020 04:54 PM

El candidato del Movimiento Al Socialismo (nada que ver con el decadente mas criollo), Luis Arce, obtuvo el 52.4 por ciento de los votos del pueblo boliviano y con ello gana la presidencia, y su más cercano contrincante, el candidato fascista del grupo Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, sacó un lejano 31.5 por ciento de los votos. 20,9 por ciento por detrás de Arce. Y es tan canalla el Tribunal Electoral boliviana que aún no ha decretado oficialmente el triunfo del candidato izquierdista cuando es un hecho consumado.

Lo ocurrido en Bolivia, la tremenda derrota política al imperialismo yanqui, en la persona del presidente Trump, que es una puñalada en el corazón de sus aspiraciones reeleccionistas, y a la rapaz y criminal oligarquía boliviana personificada en la golpista y criminal Jeanine Añez, arroja un conjunto de interrogantes que deben ser respondidas por el análisis político de los dinámicos acontecimientos bolivianos de los últimos días.

¿Qué llevó a la oligarquía boliviana a aceptar unas elecciones presidenciales que sabían perdidas, que las habían postergado en unas tres ocasiones con pretextos fútiles?

Si hay algún sector social que se derrumba, se desploma, se vuelve nada, es la oligarquía boliviana. Fueron al proceso tres candidatos de la burguesía, ¿por qué no eligieron un solo candidato y tratar, al menos, de emparejar la votación con el candidato masista cuya victoria estaba cantada?

Porque en el año transcurrido desde el golpe contra Evo Morales, aquel aciago 20 de octubre de 2019, la estrategia masista, del movimiento indígena y popular, de Evo Morales como principal líder y conductor fue ir socavando el poder golpista burgués, aprovechar al máximo la cadena de errores políticos y económicos que cometían la Añez y su combo fascista. Privatizaciones de la industria del litio, imposición del modelo neoliberal económico y entrega al FMI, incremento atroz de la pobreza crítica, hambrunas, desempleo en gran escala, violación masiva de los derechos humanos, represión y asesinatos de hijos del pueblo.

¿Cómo pudo la insignificante damisela, muñequita de torta impuesta por el machismo oligarca para no dar la cara, desmontar en un año prácticamente las obras revolucionarias y los avances nacionalistas de transformación y de beneficios sociales y políticos impulsados por los gobiernos de Evo Morales en 14 años de gobiernos?

Puede explicarse por la enorme pérdida de cuantiosas cantidades y masas de dinero de los grupos y clases dominantes bolivianas, de la oligarquía cruceña y, sobre todo de las transnacionales norteamericanas y la facción oligarca que representa Donald Trump, ejecutor del golpe contra Morales. Acostumbrada esa oligarquía a la apropiación de los beneficios de la riqueza creada por los obreros del campo y la ciudad, los gobiernos populares que encabezó Evo Morales, democratizaron la vida política y social boliviana y redistribuyeron la riqueza que no se iba a las cuentas bancarias de los burgueses, quienes vieron reducir drásticamente sus ingresos en esos casi tres lustros. Esa fue, no hay dudas, una de las principales razones del golpe contra Evo.

La oligarquía boliviana estaba tremendamente dividida, eso es bastante evidente, el hecho que presentaran 4 ó 5 candidaturas lo corrobora. Esa división llegó incluso al Ejército y a la Policía, utilizada por el gobierno fascista de la Añez para reprimir y asesinar a cientos de bolivianos tratando de impedir la insurrección electoral que se avecinaba el 19 de octubre.

Poco se ha dicho de la lucha interna dentro de los altos mandos del Ejército, que mucho tuvieron que ver con el derrocamiento de Evo hace un año, y ahora aceptan que se realizara un proceso electoral presidencial donde estaba cantado, como dijimos, el triunfo masista.

A ese importante sector, la Policía incluida, llegaron los conflictos políticos, las contradicciones entre los diversos sectores y jerarquías de los mandos militares. Allí debe haberse producido una reflexión en sectores sensibles y beneficiados por las políticas de Morales en favor del pueblo y se percataron que estaban conduciéndolos a un despeñadero, a asesinar al pueblo. La Añez ya no tenía a quien mandar, no le obedecían. Tuvo que producirse dentro de los mandos del Ejército de Bolivia, de los cuadros medios y bajos y la alta oficialidad golpista, un choque, aún soterrado, que condujo al cambio de actitud, donde se impuso la oficialidad democrática, y se permitieron las elecciones del 20-10.

¿Qué va a pasar ahora con los altos mandos militares y policiales golpistas, cuando el nuevo presidente tome posesión, seguirán allí o en colectivo la oficialidad solicitará su baja o retiro ante el nuevo presidente, para evitar un cambio drástico por parte del presidente Arce?

No pudo la Añez ni la oligarquía en su conjunto impedir, como era su objetivo, que se realizaran las elecciones, incluso habían podido postergarlas en tres ocasiones con el pretexto de la pandemia, vetaron a Evo en su postulación a senador ¿por qué, si un año antes derrocaron a Evo Morales con relativa facilidad y poca resistencia?

Otro elemento a considerar es el papel que jugará Evo Morales, líder indiscutible de todo aquel proceso. A mi la actual situación boliviana se me parece un poco, solo un poco, a la vivida en Argentina cuando la dictadura de Galtieri y el arreo de militares felones y asesinos. Después de la debacle de Las Malvinas donde el ejército argentino mordió el polvo de la derrota ante el ejército inglés que ocupó las islas Malvinas y eso produjo un tsunami que se llevó en las turbulentas aguas a todo los altos mandos de aquel ejército represor y asesino, vino un proceso electoral y el peronismo presentó la candidatura de Cámpora, que, por supuesto, arrasó en las elecciones. ¿Qué pasó después? Bajo las consigna creo que era así: ‘Cámpora presidente, Perón al poder’, se produjo una especie de transferencia del poder de Cámpora a Juan Domingo Perón, que gobernó varios años. ¿Ocurrirá algo semejante en Bolivia, que Arce le transfiera el poder a Evo, habida cuenta que un año atrás el ganó ampliamente las elecciones presidenciales y se las arrebataron?

El otro elemento a destacar en el proceso boliviano es en el plano internacional. El virtual enfrentamiento entre el movimiento popular boliviano, las grandes masas indígenas, los obreros mineros y el campesinado y el liderazgo del presidente Evo Morales conduciendo desde la clandestinidad, desde el exilio, la lucha, bajo métodos originales que combinaron todas las formas de lucha, para derrotar y derrocar al golpismo encarnado en la usurpadora Añez. Simultáneamente el presidente norteamericano, jefe del imperialismo yanqui por su condición de presidente de los Estados Unidos y representante de facto de las transnacionales, se planteó impedir el ascenso de Evo Morales al poder que limpiamente había ganado en las elecciones de octubre de 2019. Si un golpe de Estado tiene el tufo a imperio yanqui, a Trump, es que le dieron a Morales ese año. Habrá que hacer después un balance de los capitales transnacionales que están en Bolivia después del golpe, y aquella categoría marxista que señala las contradicciones entre opresores y oprimidos, y cuál era la contradición principal y cuál la secundaria, en Bolivia se resolvería en que la contradicción principal era –y es– la que existe entren la nación/pueblo boliviano y el imperialismo yanqui.

Cuando se produce el domingo el triunfo electoral de Arce, es un triunfo contra el imperialismo y contra Trump. Quién desde distintos escenarios, con un equipo de hombres y mujeres ejemplar, dirigió toda la estrategia, fue el indio Evo Morales, y esa derrota es para el jefe del imperio, para ningún otro, por eso titulo el presente trabajo de análisis como "Evo Morales derrotó a Donald Trump’. El gobierno norteamericano estaba metido en el golpe en Bolivia hasta los teque teques, al ganar las fuerzas de izquierda del MAS la derrota de Trump se hace evidente, y ese resonante triunfo con toda seguridad va a incidir en la candidatura presidencial de Trump, le pondrá otros plomos en las alas, iguales o mayores a los que le impuso al inepto e insensible presidente, la pandemia del coronavirus y su extremadamente mal manejo, que tiene a la super potencia con millones de contagiados y cientos de miles de muertos. El indio Morales le ganó la partida al racista blanco, quién lo iba a creer.

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