Conocí personalmente a Luis Ignacio "Lula" Da Silva en Sao Bernardo do Campo, en diciembre del año 1991, durante la realización del primer Congreso del Partido del Trabajo (PT). Asistía al evento por invitación que me formulara Marco Aurelio García, ese gran intelectual brasileño e internacionalista, entrañable camarada y colaborador de Lula, a la sazón Secretario de Relaciones Internacionales del P T. Fue, por cierto, la primera vez que mi paladar se extasiara con una exquisita feijoada.
Me percaté, desde entonces, que estaba no solo frente a un gran líder sindical, sino ante un líder político de dimensiones brasileñas y continentales.
Años más tarde, en ejercicio de la presidencia, desde enero 2003 hasta diciembre de 2010, la impronta de Lula quedó profundamente arraigada en el corazón del pueblo brasileño, dada su determinación de colocar a los pobres y vulnerables en el centro de su agenda política.
El Programa Humanista Hambre Cero o Bolsa Familia logró sacar de la pobreza a más de 35 millones de brasileños.
Me reencontré con Lula en varios eventos internacionales a los que asistí, bien en mi condición de Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Movimiento al Socialismo (MAS), bien como funcionario diplomático del Gobierno Bolivariano.
Particularmente relevante fue el encuentro que tuve con Lula, cuando acompañaba al Presidente Hugo Chávez, en la Cumbre de Mar del Plata, en noviembre de 2005.
Evento histórico que echó al traste la pretensión del imperio norteamericano de imponer una supuesta Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), y garantizarse, así, un patio trasero para sus empresas transnacionales. Convertir a América Latina y el Caribe, en un ámbito neo colonial. Fui, entonces, el principal negociador del Gobierno Bolivariano en esas complejas peripecias diplomáticas.
Y más recientemente, el 17 de marzo del 2020, tuve el honor de saludar al Presidente Lula en un evento promovido por movimientos sociales e impugnadores del capitalismo y del imperialismo celebrado en esta ciudad de Ginebra. Él me pidió que enviara su saludo al Presidente Nicolás Maduro y trasmitiera a nuestro pueblo su respaldo a la Revolución Bolivariana.
Lula es una luz encendida por la justicia social y la confraternidad humana. Le transmito mi admiración, en momentos en que celebramos el 75 aniversario de su nacimiento.
¡Viva Lula!