Bolivia, el corazón del Sur y de la democracia Social

Martes, 10/11/2020 01:34 PM

Tal vez el último spot de la gestión conducida por el presidente boliviano Evo Morales haya sido el que ofrecía TELESUR. Uno que ponderaba las bondades de cierto convenio del Estado Plurinacional del altiplano y sus llanuras septentrionales para la creación de empresas mixtas con fines de explotar un mineral no metálico muy importante o estratégico en el marco de la cuarta revolución industrial, ya que constituye materia prima de los nuevos materiales en la construcción de adminículos como baterías de celulares, fibras y otros, que cerraba con la frase: "Bolivia, el corazón del sur" …

Tal asociación empresarial dizque influyó en el desencadenamiento de la espantosa violencia que condujo al evento, azas triste y azaroso, que desalojó del Palacio Quemado al "indio Jefe del Sur" por acción u omisión de elementos enquistados en organismos que tienen el monopolio de la violencia del Estado-Nación. Esto es, militares y policías; atizados por sectores políticos vinculados a las oligarquías y latifundistas tradicionales dado que el grado de desigualdad en la propiedad de la tierra es manifiesta. Así, en el ya lejano 1960 "aproximadamente el 7 por 100 de los propietarios poseían el 71 por 100 de la superficie cultivada", (Bolivia, en: Gran Diccionario Enciclopédico Universal, A-col., Tomo I, Editorial Argos Vergara, S. A. Barcelona. 1978., p. 201); esa desigualdad ha cambiado poco y por eso tales sectores oligárquicos en el caso que nos ocupa actuaron en connivencia con intereses trasnacionales pro imperialistas, made in USA, y coaccionaron al hermano Evo a renunciar. Una decisión harto compleja pero inteligente y estratégica, volviendo el proceso sociopolítico y militar-policiaco a un estado de reconfiguración y guiado por los más nobles principios. El principal, garantizar la vida al pueblo, parar el baño de sangre que ya había empezado como un juego macabro.

Un año tardaron las fuerzas populares en reorganizarse gallardamente y movilizarse, restableciendo así la democracia social puesta en desarrollo al menos desde hacía una década por Morales Ayma, un obrero, campesino y aborigen dirigente sindical sin formación académica, pero de mucho compromiso social, como lo sintetiza por ejemplo el programa de asistencia social Juancito Pinto y muchos otros. Impertérritos los pueblos de la multiculturalidad boliviana expresada en el despliegue de su prohibida bandera ancestral llamada "La Wipala" y su música del agudo sonido de la quena, el charango y la guitarra grande, resistieron las arremetidas de los alevosos usurpadores en diversos frentes. La represión física se hizo sentir con toda fuerza en las calles y espacios públicos e instituciones, particularmente el Poder Judicial.

Así abrieron varios expedientes a los principales líderes del MAS, junto a agresiones viles e humillaciones públicas a simpatizantes del oficialismo boliviano, especialmente mujeres; pero también hubo violencia simbólica mediante la manipulación religiosa, porque en lo personal nos impresionó ver, siempre por TELESUR, a un sacerdote cristiano católico de origen claramente europeo, un misionero que aún en los tiempos actuales aspiran evangelizar y civilizar, burlarse en la homilía de la religión de la Pachamama.

Una falsa diosa, así recordamos que dijo ese sacerdote, que la cagaban las vacas; olvidando sin duda sus clases de Filosofía que debieron ser muy precarias, por cierto, en tiempos de Franco y su l nacional-catolicismo, impartidas por algún Seminario Mayor o Universidad Eclesiástica o Real y Pontificia, ya que de acuerdo con el historiador de las religiones J Bachofen en su obra "El Matriarcado" (1861) en las organizaciones sociales primigenias había una "ginocracia" o gobierno de las mujeres, reinas-sacerdotisas que al mitificarse en el sistema cultural vigente se traduce en el culto a la diosa madre, simbolizado en el agua y la tierra, de tal suerte que como sostiene José Vidal (2004, en Atlas Universal de Filosofía. Océano. Barcelona): "La fecundidad femenina se vinculaba a la fecundidad de la Tierra, de cuyo "vientre" renace año tras año la vegetación (los ritos de la recolección, basados en la danza, eran una ayuda simbólica para el parto de la madre Tierra). El culto de la madre planteaba como tema central el misterio del nacimiento y de la muerte y la renovación de la vida en el hombre, en los animales y en el mundo vegetal" (p. 2).

Luego a ello hay que agregar el performance de juramentación de la senadora Añez blandiendo alto como una espada esa hermosísima Biblia de gran formato, como quien quisiera establecer un nuevo régimen de cristiandad, a semejante de quien traslada viejos conceptos ultramontanos al presente contemporáneo. En realidad, una operación que algunos sectores de la derecha política venezolana y latinoamericana en general quisieran repetir en otras naciones con gobiernos de izquierda o progresistas: Venezuela, Nicaragua, Argentina, inclusive en Ecuador les resultó con Moreno, un sujeto avieso que llegó al poder con el apoyo de la fuerza electoral de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, pero al poco tiempo se quitó la careta. Era una cuña de la Embajada de Estados Unidos y las fuerzas restauradoras tradicionales que hicieron oposición siempre. Verdaderamente un tipo deleznable.

Un asunto a considerar viene a ser el de la sustentabilidad en el tiempo de los diversos planos de implantación, su legitimidad de origen y desempeño, principalmente lo referente al respeto a los derechos humanos y las garantías sociales; sobre todo en el marco contemporáneo y actual que promueve la tolerancia, el pluralismo y corresponsabilidad social. Los gobiernos de facto a pesar de contar buena prensa monopolizada de los medios impresos y audiovisuales, no calan en las mayorías sociales, aunque las élites estén llenas de "buenas intenciones". Al promover un férreo control social (represión de los sectores sociales que se le oponen), al abrirse a las mediciones electorales constatan amargamente que son minoría. Poderosa minoría. El caso de Bolivia, resultó palmariamente demostrativo de lo anterior dicho: el pueblo aguantó, no perdió la esperanza y al final en una admirable jornada electoral con las fuerzas armadas desplegadas en las calles retomó el poder, volvió a desplegarse la bandera ancestral y su música alegre y hasta el mismo candidato ganador Magister Luis Arce irrumpió en un canto acompañado por un coro de voces de sus correligionarios rasgando las cuerdas de su guitarra española.

Pero téngase en cuenta que ese poder que no siempre es total, sino que está distribuido en el tejido social, diluido en muchos factores. Es apenas, pero tampoco es menos importante que el de ir consolidando un proyecto de democracia inclusiva, de mucho reconocimiento del otro. Luis Arce, presidente boliviano con buena formación académica y experiencia de gobierno con su compañero Evo Morales, parece estar muy consciente de ello y en una de sus primeras declaraciones así lo hizo saber: gobernará para todos, palabras más, palabras menos.

Bolivia, una gran nación (1.098.581 km2) que desconocemos del todo, pero a la que guardamos gran afecto desde que leyéramos su peculiar Constitución de 1826 escrita por el mismo Libertador Simón Bolívar, nos ha sorprendido en los últimos días por la voluntad de su pueblo para restaurar la democracia; jornada de la que en Venezuela pudiéramos aprender mucho, principalmente en el PSUV-GPP, atendiendo más y mejor a la colectividad nacional, oyendo sus reclamos y promoviendo más la participación y la organización popular, más allá de lo electoral inmediato, creando unidad y compromiso con la gestión gubernamental. Por otra parte, sorprende los importantes recursos naturales con que cuenta Bolivia, tanto en minería como una actividad tradicional desde la colonia y luego en actividades agrícolas, pecuarias, industria como la del gas y comercio, entre otros de donde se tiene que los desafíos de la gran nación del sur son importantes. Fuentes de noticas señalaron al respecto al futuro de Bolivia lo siguiente:

"El modelo económico implementado por Arce, que había surgido a fines de los 90 en grupos de docentes y académicos que integraba Arce y, entre otros, también el ex vicepresidente Álvaro García Linera, planteaba que los excedentes económicos en Bolivia se generaban en cuatro sectores: hidrocarburos, minería, electricidad y recursos ambientales y que estos debían ser reinvertidos en el país. Lo que se busca es liberar a Bolivia de la dependencia de la exportación de materias primeras para abandonar el modelo primario y exportador y construir una Bolivia industrializada y productiva", explicaba a través de un documento elaborado por el Ministerio que representaba".

"Planteaba Arce que Bolivia debía dejar de ser una economía primarizada, por lo que debía lograr que esas cuatro fuentes de excedentes alimentaran sectores como la industria manufacturera, la industria, el turismo y el desarrollo agropecuario, que a su vez son generadores de empleo e ingresos para la población. El papel clave en esa transición era el del Estado, que según el modelo defendido por Arce debe ser "redistribuidor" y "tener la capacidad de transferir los recursos de los sectores excedentarios a los generadores de empleo e ingreso". Luis Arce fue reconocido internacionalmente como el principal impulsor y artífice del crecimiento económico de Bolivia suscitado entre 2006 y 2019.En enero fue elegido candidato presidencial para las elecciones generales de 2020 por el Movimiento al Socialismo junto al ex-canciller David Choquehuanca como candidato a vicepresidente" (Quién es Luis Arce, www.aporrea.com, 19/ 10/ 2020).

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