Mi palabra

EEUU sufre una tragedia ¡la pandemia!

Miércoles, 23/12/2020 08:18 AM

"El pasado no nos dirá lo que debemos hacer,

pero si lo que deberíamos evitar"

J. Ortega y Gasset

La situación actual de los Estados Unidos, y especialmente el comportamiento de sus gobernantes se asemeja a la costumbre arraigada en la mente de muchas personas metidos en el mundo de la delincuencia, y cuando son aprendidos para que paguen alguna "travesura", lejos de buscarle solución al problema en el cual han caído por la vía más indicada, siguen delinquiendo en la misma cárcel, hasta llegar a crear "fama" convirtiéndose en jefe del presidio, creando un séquito para cuidarlo, y antes cualquier desavenencia sabe lo que los espera. Es la triste historia de las cárceles en casi todos los países latinoamericanos, y en nuestro país el esfuerzo y constancia del gobierno por humanizar esos recintos, ha dado algunos resultados positivos, empezando por cambiarles el nombre a los que allí conviven: privados de libertad.

Estamos viviendo los últimos días del año 2020, y no hay país en el mundo por muy pequeño en extensión territorial y en población, que no haya sido tocado por la terrible pandemia desatada por el COVID-19; pero, ahora para hacer más lamentable la calamidad, las noticias sobre el inmediato futuro de este terrible mal, meten miedo; y para complementar el problema un porcentaje muy alto de los pobladores no toman conciencia, y andan al ritmo impuesto por el capitalismo salvaje, al inducir un consumismo bestial, que no les permite pensar, y por el contrario desafían el peligro, como si fueran los protagonistas fantasiosos de las películas de acción hechas en Hollywood.

Todos los medios utilizados por los Estados Unidos, para proyectar su capacidad bélica, y sus adelantos tecnológicos, están enmarcados por demostrarle al mundo la superioridad del cual hacen alarde, y a la vez han utilizado para tratar de aplastar pueblos y gobiernos, y en parte lo han conseguido, pero también han recibido contundentes respuestas. En Vietnam sufrieron una derrota humillante; una lección para aprender, pero lejos de asimilarla, se mudaron a otros escenarios para seguir creando muertos y desolación; pero en ningún caso su carga negativa fue tan alta y alarmante, como las cifras presentadas en estos momentos producto de la pandemia; están próximo a los 19 millones de personas infectadas, y aceleradamente han pasado de los 330 mil muertos, cuando en la guerra contra el país asiático, en 6 años de invasión la cifra de fallecidos es de 58.159 bajas.

Las causas que han llevado este país, a una verdadera tragedia, están a la vista de todo el mundo: aparte de la inesperada e inevitable pandemia, se encuentran otras de orden subjetivas, el cual dependen exclusivamente del comportamiento de la esencia misma de la economía de los EE.UU, y sus gobernantes de turno, casi todos son acaudalados hombres de negocios, y por consiguiente fieles defensores de los grandes monopolios, de donde salen las grandes fortunas de dólares utilizadas, como luces para mantener obnubilados a millares de mentes, que siguen creyendo en el "sueño americano", y en la tan cacareada "libertad" que no es otra: el dinero por encima de la persona, y todo lo demás lo tapa el poder mediático.

El Presidente saliente, deja una estela negativa, y si no es, porque estamos hablando de los Estados Unidos, nos atreveríamos a decir, que es imposible de superar; pero a la hora de defender el dinero, y la hegemonía en el mundo; los gringos son capaces de cualquier cosa, y lo están demostrando en estos momentos frente a la pandemia. El presidente Donald Trump, poco le ha importado, como se ha desatado la devastadora pandemia, para terminar contradiciendo todas las recomendaciones, sugerencias e iniciativas de organismos –entre ellas la OMS– y a estudiosos de enfermedades relacionadas con el COVID-19, hasta llegar a calificarlos, como enemigos, cuando han tratado de prevenir lo que parecía inevitable: una lamentable tragedia, el cual sigue golpeando –sobre todo– a la población pobre de un país, que lo tiene todo, pero le falta lo más importante de cualquiera sociedad: valorar a la persona por encima del dinero.

Todas las noticias de los últimos días, son para persignarse y esperar un milagro, aun, cuando no crea ni en santos, ni aparecidos, y menos en oraciones; pero–como decía–el cantor del pueblo Alí Primera ¡para algo deben servir las bendiciones! y más en estos momentos, cuando todo parece complicarse, y las últimas pruebas de las vacunas contra la pandemia, están dejando más dudas. que aciertos. Un video presentado de una enfermera, cuando le colocaban una vacuna producida por un reconocido laboratorio a los diez minutos se desmayó, y según los últimos informes falleció a los dos días.

Todo parece indicar, que las bravuconadas de los dos mandatarios extremadamente hostiles al curso de la historia, y amparados en el poder mediático, el cual distorsiona la realidad en la mente de millares de personas en el mundo: Donald Trump en Estados Unidos, y Jair Bolsonaro en Brasil, han contribuido a crear la tragedia, por el cual están pasando estos países. Los dos tienen en sus estadísticas particulares, más del 30 por % de los muertos registrados en el mundo, y precisamente esos mandatarios incitaron a los pobladores a no usar lo que, hasta los momentos es uno de los medios para prevenir el contagio: la mascarilla. Lamentablemente en muchos casos los pobres, les hacen caso a los cargados de dinero, así, los estén lanzando por un precipicio, como es el caso de la gran potencia del mundo: Estados Unidos, donde la atención médica se paga en dólares y bastantes, de lo contrario pasa a engrosar la lamentable lista de muertos.

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