Equilibrio interno, emigración y guerra
Por: Umberto Mazzei
Domingo, 31/01/2021 04:05 PM
Almeria 31/01/2021
Es bien sabido que la guerra entre estados puede ocurrir por rotura del equilibrio interno de uno de ellos.
La tranquilidad interior se mantiene, dicen los clásicos de la Ciencia Política, mientras el equilibrio entre tres variables: población, recursos y tecnología se mantenga.
Cuando, aumenta la población sin que aumenten los recursos ni mejore la técnica de explotación disminuye el bienestar. El primer síntoma del malestar es la emigración al país vecino con mejor nivel de vida. Al país con mejor nivel de vida no le conviene un incremento súbito de la población; porque desborda la capacidad de sus servicios públicos que garantizan los estándares de un país moderno, tales como cobertura nacional con servicios de electricidad, agua y educación; lo cual baja la calidad de vida y acarrea malas consecuencias electorales para el partido de gobierno. En este momento hay en América varios movimientos migratorios masivos que son contenidos en las fronteras por tropas.
El caso más evidente es el de la emigración hacia Estados Unidos de los campesinos centroamericanos arruinados por la importación de productos agrícolas de Estados Unidos a precios subsidiados (Dumping) con los que no pueden competir. Esos productos entran libremente amparados por los acuerdos de vasallaje económico bajo la etiqueta de libre comercio conocidos por sus siglas como NAFTA y CAFTA. Estos acuerdos obligan a Mexico, América Central y Dominicana a abstenerse de aplicar a las exportaciones agrícolas subsidiadas por Estados Unidos los derechos compensatorios a los que da derecho el Acuerdo Agricola de la OMC. Estos acuerdos de supuesto libre comercio de Estados Unidos con otros países Latinoamericanos (Chile, Colombia, Perú ) son en todo idénticos a los que ya mencionamos. Lo cual demuestra que no hubo negociación sino un dictado idéntico que busca mejorar la balanza de pagos de Estados Unidos.
Es cierto que aumentaron hasta un 60% las exportaciones norteamericanas pero duplicó y triplicó la exportación de emigrantes hacia Estados Unidos; son tantos que Trump tuvo que construir un muro y con el mismo propósito que la muralla china.
Washington ordenó que el ejercito mexicano los rechace a culatazos en la frontera sur, como también lo ha hecho el ejército de Guatemala, con el ridículo pretexto de que no llevan mascarilla.
Otro espectáculo de ejército en la frontera rechazando emigrantes lo ha dado el ejército del Perú en la frontera con Ecuador, esta vez no fue contra ecuatorianos sino contra emigrantes venezolanos.
Habrá que señalar el caso de los migrantes venezolanos como una novedad entre las causas reconocidas en la ciencia politica como motivo de emigración. Lo digo porque en Venezuela la relación entre población, recursos y tecnología no se ha alterado. La población permanece igual. El principal recurso sigue siendo el petróleo y sigue allí en el subsuelo. La tecnología de extracción petrolera tampoco ha cambiado. Por ello la desmejora del bienestar no puede ser atribuido a otra cosa que al mal rendimiento en la aplicación de la tecnología. Eso ya no entra en el campo de las mecánicas reconocidas por la ciencia política. Eso cae en el campo de las decisiones de política administrativa y la calidad de los cuadros que la manejan. Eso me lleva a un comentario lingüístico. En francés cuando se quiere recomendar a un cuadro se dice que es una persona eficaz.