Parlamento

Washington de locura

Viernes, 19/03/2021 03:37 PM

Desde la destitución del demente Donald Trump de la Casa Blanca, no veíamos en la prensa imperialista, las amenazas del comando sur contra Venezuela. Este martes 16 de marzo pasado. El almirante Craig Faller jefe del comando sur de Estados Unidos, respondió cuando no le estaban preguntando: El presidente Nicolás Maduro permanece en el poder porque cuenta con el apoyo de Rusia, Cuba, China e Irán, El funcionario castrense ofreció las declaraciones durante su participación ante el Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense. A su juicio, el mandatario venezolano continúa en la Jefatura pese a que la economía ha caído en picada. En la actualidad es notorio, público y comunicacional, que la estructura de poder de los Estados Unidos, siente mucho temor por la presencia de la política exterior de Rusia en Suramérica. Resaltó que el Departamento de Defensa observa cómo la influencia de Moscú se ha transformado, a su criterio, en una intimidación para América del Sur.

Rusia tiene acuerdos con Cuba, Venezuela y Nicaragua que permiten la visita de buques de guerra rusos con poca antelación a puertos de los Países señalados, esta democracia no la acepta el comando sur de EE.UU, bajo la dirección del almirante: Craig Faller. La actitud de la Casa Blanca contra Moscú, no es concha de ajo. Por su parte, el secretario de Estado, Antony Blinken, coincidió con la posición del almirante Craig Faller y también manifestó su preocupación por el supuesto predominio de la nación euroasiática en Venezuela. También resulta que el secretario de estado de los Estados Unidos, Antony Blinken ha planteado su nueva preocupación en una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representante, tras ser consultado en cuanto a la presencia de Rusia en la región.: "Vemos eso en Venezuela. Hemos visto un resurgimiento de la presencia y actividad rusa en Cuba en los últimos años, y estamos muy atentos a eso en todos los ámbitos". No debe haber duda que, todo lo que vaya a ocurrir en el Continente Americano, EE.UU, debe estar informado de primera mano.

También, es público, notorio y comunicacional, que el lenguaje entre Rusia y Washington, no es un lenguaje diplomático, es un lenguaje de guerra. Éramos mucho y pario la abuela, es un decir en Venezuela, cuando la situación es crítica. EEUU trabajará con Rusia para promover sus intereses y, al mismo tiempo, hacer que Moscú se responsabilice por sus acciones, dijo la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter, con respecto a que el país euroasiático llamó al embajador Anatoli Antónov a consulta sobre las relaciones estadounidenses. Trabajamos con Rusia para promover los intereses de los EE.UU, igualmente para hacerlo responsable cuando viole normas de soberanía. La diplomacia gringa no juega carrito. Hay temor.

Lo dicho por la administración de Joe Bin y el canciller Antony Blinken, con apena dos meses de gestión, lo mínimo es para preocuparse. Luego de divulgarse el documento objeto de la agresión de Washington, la cadena CNN informó que con base en las acusaciones vertidas en el informe, la administración de Joe Biden anunciará sanciones la semana próxima contra varios países, incluidos Rusia, China e Irán. La reacción rusa no se hizo esperar. En primera instancia, el Kremlin desestimó el informe y aseguró que Moscú no interfirió en ningún proceso electoral. Añadió, además, que Estados Unidos intenta culpar a los actores externos de sus problemas internos. La agresión que encabeza de primera mano el propio Joe Biden, en la forma parece adulcurada, pero en el contenido, una más del policía del mundo

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