En Ecuador, por Arauz, por antimperialistas, pero por los trabajadores

Sábado, 10/04/2021 01:00 PM

Mañana domingo son las elecciones en Ecuador, en lo que los sureños llaman el balotaje o la segunda vuelta. En la primera, Andrés Arauz, de lo que llamaríamos en el lenguaje libre, "el correísmo", un joven economista, ex ministro de Economía con el gobierno de Rafael Correa y candidato presidencial de la Unión por la Esperanza (UNES), organización creada para esos fines, dados los impedimentos puestos a la organización ya antes creada por el expresidente ya nombrado, alcanzó el primer puesto, mientras que su contendor de mañana será Guillermo Lasso, representante de la derecha ecuatoriana y en consecuencia, el candidato aupado por la política de EEUU y el gran capital de este país y el suyo.

En esa primera vuelta se produjo, como es del conocimiento de todos, un resultado ajustado y confuso entre el ya mencionado candidato derechista y Yaku Pérez, del partido indigenista Pachakutik, cuyos integrantes, y esto es muy importante, alegan que, por su carácter u origen, constituyen una fuerza anticapitalista y antiimperialista, lo que, visto desde el punto de vista formal y declarativo, es muy coherente.

También sabemos que Pérez introdujo un reclamo ante la autoridad electoral, pidiendo revisión de los escrutinios que le fue rechazado y relegado oficialmente al tercer lugar y por ende fuera del balotaje.

Para la segunda vuelta, el partido Pachakutik, opta por llamar a la abstención, cuando por eso que llaman el sentido común y otros de clase, debería trasladar sus votos a favor de Arauz y, entre las razones que expone para no hacerlo, está la de no considerar a éste un representante de la izquierda, de las luchas antimperialistas y, como para fundamentar esta calificación, alega que, durante el gobierno de Correa, fue poco o nada lo que se hizo por superar el rentismo y, al contrario, según ese partido, más bien esta dependencia fue incrementada.

Por otra parte, las encuestas revelan que ha habido un significativo repunte de Guillermo Lasso en las preferencias del electorado, tanto que, en este momento, aparece virtualmente empatado con Arauz.

Se habla que el llamado público de abstención de parte de Yaku Pérez y el Pachakutip, ha estado acompañado de un respaldo a escondidas o, como decimos en el lenguaje coloquial venezolano, "por debajo de la mesa o de cuerda", a Guillermo Lasso. Es decir que Pérez y su partido, a través de los mecanismos de la organización o eso que los cubanos llaman "radio bemba", estaría llamando a los suyos a votar por Lasso, que sería hacerlo por la derecha. En todo caso, el hecho del repunte del candidato derechista parece coherente con esa versión.

Es posible que eso sea así, dado los enfrentamientos que, entre el "correísmo" y el movimiento de Pérez, ha habido, tanto que, en las turbulentas manifestaciones contra el FMI y el gobierno de Lenin Moreno, antes de desatarse la pandemia, ocurridas a instancias del movimiento popular, de manera espontánea, como también sucedió en Chile, ambos movimientos se vieron muy distanciados, lo que pudo influir negativamente en el reclamo popular, tanto como restarle fuerzas. Y hasta ahondar artificialmente sus diferencias entre ellos.

No obstante, según nuestra percepción, la confrontación electoral de mañana domingo no ofrece dudas, las candidaturas están por demás muy identificadas. Siendo en verdad, el Pachakutik un movimiento pro indigenista, antiimperialista y de izquierda, no debería tener motivos para confundirse en el momento de tomar una decisión ante esa confrontación. De Arauz, pese todas las desconfianzas que este y quienes le rodean, incluyendo a Correa, le inspire, no parece difícil la tarea suya de escoger.

En una confrontación estrecha como la de ahora en ese país suramericano, donde la derecha oficial, la atada al imperialismo y al gran capital, pudiera acceder al poder y continuar con la política de Lenin Moreno, lo que hará porque esa es su meta y camino. Pero con respecto a Arauz, pese sus confusiones, inherentes a toda la izquierda latinoamericana, dicho así para no complicar el panorama, "la otra izquierda", como el mismo Pachakutip se llama, no debería tener dudas.

Por supuesto y esto es muy importante, lo es para los ecuatorianos y para nosotros, los demás latinoamericanos, se trata de entender que la sociedad humana marchará en la dirección que determine la mayoría o quienes tengan mayor fuerza, quienes sean capaces de acordarse en una ruta y unas metas.

Con toda seguridad, pensando de la mejor buena y en la de los demás, en las intenciones del "correísmo", aparte de sus limitaciones clasistas o por ellas mismas, hay con toda seguridad, propuestas valederas para la izquierda toda, incluyendo esa "otra izquierda" que conforman el Pachakutik y otros grupos. Y sin duda, estos tendrán cosas que proponer al "correísmo", como lo de trabajar por reducir en lo posible, en un corto período presidencial, la dependencia y manejo del rentismo, como lo petrolero, que afecta el equilibrio ecológico y la vida indígena. No veo, dado que este es unos los argumentos más manejados por los llamados grupos indigenistas, que la candidatura de Arauz tenga razones y ni siquiera disposición para rechazar esas propuestas.

Por supuesto, proponerle a Arauz que, en el corto tiempo que habrá de corresponderle ejercer de presidente, construya un puente al cielo, aparte de tratarse de algo sin sustento, ajeno a la realidad, parece también como una excusa para no llegar acuerdo alguno y justificar lo injustificable. Y eso sólo favorece al imperialismo.

Pero si vemos el asunto desde otra perspectiva, hasta más allá o más acá del Ecuador terrestre, como que cualquier candidato, no necesariamente tendría que ser Arauz, puede ser un gobierno como el de Maduro, pretenda se le apoye a discreción, sin él mostrarse dispuesto a tomar en cuenta a quienes pudieran y deberían ser sus aliados, colaboradores, que con él comparten muchas cosas, sobre todo las por alcanzar en lo inmediato, esas que son posibles, basta identificarlas con realismo y diseñar de la misma manera el por hacer, como formas que impliquen rompimientos del control imperial, ganar espacios y derechos en favor de los trabajadores, es por creerse estar en posesión de la verdad, tener agarrado a Dios por las barbas y el control del movimiento

Y de esto último hay entre quienes creyéndose de izquierda y aun siéndolo, están convencidos que ellos sólo pueden "imponerle" su verdad al mundo, ritmo y dirección a la sociedad, porque sólo basta su voluntad y tomar posesión del Estado, como si este fuese un carro, que no necesita repuestos o de necesitarlos, el conductor mismo los fabrica y se los monta.

Por eso, por mucho que cualquiera se declare, hasta a fuerza de gritos, perfectamente audibles, como antiimperialista y de izquierda, "el movimiento se demuestra andando", asumiendo aquello en la práctica, en lo concreto, mediante los resultados, haciendo realidad lo inherente a tales definiciones. Y dado el caso que, por el impedimento de fuerzas superiores y un diseño mal hecho, nos descubrimos, después de tanto caminar, en el mismo sitio y hasta atrapados, lo pertinente es revisarnos y escuchar a todo aquel que algo tenga que decir y ganarse su respaldo, empezando por eso, escuchar y ajustar nuestra conducta, como revisar la brújula y todos los instrumentos, precisar el rumbo y dirección que estos marcan y reiniciar la marcha sin malgastar las fuerzas de las cuales dispongo y tampoco mal evaluarlas, como creer que para luchar contra el imperialismo y el salario de los trabajadores, sólo están las mías y que con ellas bastan, que los demás, que eso también quieren y ansían, sobran y hasta estorban.

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