Desde el pasado 28 de abril el pueblo colombiano se encuentra en las calles confrontando al gobierno criminal de Iván Duque, a su gran mentor Álvaro Uribe y a la intención de aplicar todo un paquete profundamente antiobrero y antipopular, que vendría a agudizar aún más las precarias condiciones de vida de la población en general. A lo largo de toda la geografía colombiana sus calles han sido copadas por poderosas movilizaciones encabezadas por la juventud, los trabajadores y todo un conjunto de sectores sociales históricamente marginados por los planes políticos de las castas corruptas y mafiosas que han gobernado siempre.
La reforma tributaria presentada por el uribismo para que fuese aprobada por el congreso ha sido la gota que derramó el vaso, sirviendo como disparador de toda la rabia social acumulada a razón de la profunda crisis económica que golpea a la inmensa mayoría de los colombianos, exacerbada por la pandemia del Covid 19 y el manejo que ha dado el gobierno a la misma, garantizando las ganancias de los empresarios, banqueros y terratenientes, mientras que la falta de un plan efectivo para contrarrestar masivamente la pandemia, continúa haciendo estragos con miles de contagios y muertos.
Llamada eufemísticamente por el gobierno "Ley de solidaridad sostenible", es parte de todo un paquete ajustador ordenado por el FMI, el Banco Mundial y la OCDE que contempla otras reformas, como en el área de la salud, para que la crisis la sigan pagando quienes históricamente han cargado sobre sus hombros las consecuencias del entreguismo los recursos naturales a poderosos capitales internacionales y toda una serie de medidas que han llevado a Colombia a ser uno de los países más desiguales de la región.
La movilización hizo que Duque se echara para atrás con la reforma tributaria, pero eso no calmó los ánimos ni mermó las protestas, sobre todo en una juventud que entiende perfectamente que no tiene ningún futuro en un país con un régimen absolutamente permeado por el narcotráfico y el paramilitarismo y que en términos laborales ofrece condiciones cada vez mas asfixiantes. Amén de la privatización de la educación y servicios públicos.
El llamado a paro que no atiende el Comité Nacional del Paro (CNP) a la altura del momento
La idea de un paro nacional es una demanda anidada desde hace mucho rato en el seno de los trabajadores colombianos y secundada a nivel popular, barrial y la juventud en general. La única razón por la que no se había puesto en práctica es porque las centrales integrantes del CNP como la CUT, la CTC, la CTG o la federación de docentes (FECODE) son organismos burocráticos, negociadores y conciliadores pro patronales que, si se han sumado recientemente a las movilizaciones es porque no les ha quedado más alternativa ante la avalancha de los acontecimientos y la indiferencia con que les ha tratado el gobierno con relación a un petitorio que en su momento les hicieron llegar.
Grandes franjas de trabajadores afiliados a los sindicatos que se agrupan en las centrales señaladas no esperaron por sus dirigentes para sumarse a la movilización levantando de sus consignas salariales y por justas condiciones laborales. En ese marco es que el CNP habla de paro, pero sin condiciones previas, sin efectuar asambleas, sin discutir con sus bases cómo realizar verdaderamente un paro de la producción, que contribuya decididamente a derrotar al gobierno y sus fuerzas represivas.
No puede haber una política decidida de lucha de estas direcciones sindicales calculadoras que han sido muy funcionales a la patronal empresarial y que siempre han obrado por sus intereses burocráticos. El escenario de la rebelión que se ha levantado debe servir también para que los trabajadores de manera orgánica consoliden sus nuevas direcciones tanto en el terreno sindical como social y político, surgidas de estas fervientes jornadas.
El pacto histórico de Petro también al desnudo
El pueblo colombiano ha sido el gran protagonista de esta rebelión histórica. Con sus fortalezas y debilidades ha sabido mantenerse peleando, a un a costo de muchas vidas. En ese sentido debe ser muy pertinaz e intentar avanzar lo más rápido posible en altos niveles de organización para cualificar aspectos fundamentales, tales como el de su propia seguridad a la hora de confrontar a los cruentos cuerpos represivos del Estado, a la vez que alcanzar un salto en la conciencia política y eliminar de tajo el peligro de que su lucha sea capitalizada por reformistas vendidos, que se presentan como alternativa, pero que ni siquiera se la juegan en la calle.
En el momento de la verdad, personajes como Gustavo Petro, muestran su auténtica cara de conciliación de clases. Con claro cálculo electoral, alude positivamente a la movilización, a la vez que señala las nefastas responsabilidades de Uribe y Duque, pero enfatiza también llamados a la "paz", apuntando a contener las protestas.
Petro le habla a Duque para que "reflexione" y se muestra confiado en que los grandes problemas de la gente se pueden resolver por la vía institucional. Es la predica de quien aspira ser presidente de la República atrayendo hacia su figura el favor del voto de quienes hoy han logrado lo que él nunca logró: propinarle una derrota al régimen, aunque sea parcial. Es en las calles y movilizado, en donde, precisamente, el pueblo colombiano puede alcanzar nuevas victorias; es desde las calles como sacó a Carrasquilla, es en las calles cómo volteó la primera reforma y es en las calles como puede sacar a Duque y a su gobierno. Y Para eso no necesita a Petro y su proyecto, ni a ninguna otra vertiente política cuya estrategia se ciña a medirse en la contienda electoral del próximo año.
La suerte final, al pueblo colombiano, le va en confiar sólo en sí mismo y en su capacidad para saber organizarse y conducir sus enormes fuerzas. Urge encontrar mecanismos más efectivos que permitan hacer balances de cada día y discutir cómo avanzar en el aspecto programático y político, a fin de que la rebelión siga sumando más gente a los ya millones movilizados. Es la mayor base que se le puede dar a la consigna de ¡fuera Duque!
La solidaridad internacional de los pueblos y la denuncia de la brutal represión
Desde Marea Socialista denunciamos la brutal represión y masacre que está llevando adelante el gobierno criminal de Duque por medio de la policía y los militares contra la población movilizada. No se puede saber a ciencia cierta cuantos muertos van, ni lisiados, ni detenidos violados. Ello amerita toda la solidaridad internacional de los pueblos del mundo y de los factores políticos genuinamente de izquierda y revolucionarios ligados a la clase obrera mundial. El pueblo colombiano debe tener la certeza de que no está solo en esta lucha.
También, en nuestro caso desde Venezuela, decimos que es pura hipocresía y cinismo de sectores ligados al gobierno de Maduro su solidaridad con los hermanos colombianos. Maduro y su cúpula militarista son tan represores y antiobreros como lo es Duque, y si juegan a congraciarse con la rebelión colombiana sólo hacen enmarcados en su confrontación de gobierno a gobierno con el uribismo. Unos entregados internacionalmente a los chinos y a los rusos y los otros a los gringos y europeos.
De igual forma denunciamos a la oposición patronal encabezada por Juan Guaidó y su silencio cómplice con la represión uribista. Guaidó y compañía ponen el grito en el cielo por la represión de Maduro y la violación de derechos humanos por las FAES y los militares en Venezuela, pero al igual que la ONU, la OEA y el Grupo de Lima, miran para los lados con lo que están haciendo ante los crímenes que ejecutan en las calles los policías y los militares de Colombia.
Maduro y Guaidó le temen a la movilización obrera y popular. Son cínicos y hacen su juego perverso y criminal. Es una lección que debemos asimilar los trabajadores y sectores populares en Venezuela pues, si bien ahora mismo nos encontramos en un contexto de derrota momentánea y de desmovilización, hay que ver más allá de nuestras fronteras, y los pueblos del mundo se están levantando cada vez más contra sus regímenes opresivos.
Por ultimo decimos que, como Marea Socialista es parte de La Liga Internacional Socialista (LIS) en Venezuela y en Colombia nuestros hermanos de la LIS (Impulso Socialista) están siendo parte activa y militante de la rebelión, desde acá les hacemos llegar nuestro más caluroso respaldo y todo el empuje en estos momentos de tanta agitación y lucha. Estamos siguiendo muy atentos todos los acontecimientos y todos sus informes que vienen siendo publicados en la página de la LIS ( www.lis-isl.org ).
¡Viva la rebelión del pueblo colombiano!
¡Abajo Duque, Uribe y su Gobierno!
¡Alto a las masacres! ¡Castigo para todos los responsables!
Marea Socialista (Venezuela)