Colombia insurgente. Conciliación de Clases e Indexación Salarial. Palestina

Jueves, 13/05/2021 08:43 AM

Latinoamérica toda: ¡Por el triunfo del Paro Nacional Colombiano!

Colombia es hoy mismo el escenario más importante del planeta en el enfrentamiento de las masas contra los planes neoliberales.

El Paro Nacional iniciado el pasado 28 de Abril, convocado por la CUT, FECODE y otras centrales sindicales, organizaciones indígenas, campesinas estudiantiles y comunitarias para derrotar la regresiva y antipopular Reforma Tributaria del gobierno de Iván Duque, se ha convertido, tras catorce días de intensa lucha, en una formidable insurrección popular, que enfrenta decididamente al Régimen burgués corrupto, represor, narcotraficante y paramilitar.

La lucha obligó al gobierno a retirar la propuesta de Reforma Tributaria y a renunciar al Ministro responsable, pero en la calle se sabe que no es suficiente.

La lucha se mantiene contra la Reforma Privatizadora de la Salud, por el Cese a la Represión y castigo a los Represores, por el Cumplimiento a los acuerdos sociales del Tratado de Paz, por el Cese a las Masacres de civiles y Líderes Sociales, por la disminución de los obscenos sueldos de Senadores, Ministros y otros funcionarios, por el Castigo a la desaforada Corrupción Gubernamental, y un largo etcétera que cuestiona todo el Estado burgués colombiano.

Las masas colombianas, hastiadas de sobreexplotación, de guerra, miseria y engaños, descubrieron la fuerza de su acción unificada y sienten que pueden producir cambios decisivos en la realidad de ese país. ¡Qué los de abajo ganen esta vez!

Desde las primeras manifestaciones pacíficas la respuesta del gobierno fue una represión salvaje; utilizando la policía y el cuerpo militarizado de características nazista, conocido como ESMAD (Escuadrón Móvil Anti Disturbios). Decenas de asesinados, más de mil heridos, centenas de desaparecidos, varios casos de violaciones sexuales y más de mil detenidos, son parte del saldo.

La represión hizo crecer la indignación, ampliando y radicalizando la movilización. Al verse desbordada por la acción decidida y autorganizada de las masas, la represión escaló. Apeló al uso indiscriminado de armas de fuego por la policía y acciones a sangre y fuego con bandas policiales y paramilitares de civiles, incluyendo la organización de "seguridad privada" que se refiere a organizaciones de escoltas de los burgueses ligados al narcotráfico y paramilitares.

Apelan ahora al Ejército. Están usando brutales métodos de guerra civil contra una población descontenta y desarmada, aplicando su tradicional terrorismo de Estado.

La resistencia del pueblo colombiano es heroica. Con su organización y masividad enfrentan valientemente la salvaje represión, logrando hacer retroceder los contingentes policiales; detectar y detener los agentes policiales infiltrados masivamente como provocadores en las manifestaciones. Los manifestantes han emboscado, capturado y desactivado comandos civiles que agreden con armas de fuego desde camionetas de lujo a manifestantes y a los puestos médicos de campaña que atienden heridos. La insurrección combate de pie.

La ciudad de Cali ha sido el centro más importante de la insurrección en curso. Por ello mismo ha sido el sitio donde mayor represión se ha ejercido, La insurgencia popular ha resistido toda esta arremetida. Por tal razón, el régimen de Uribe/Duque ha iniciado una ocupación militar desde la madrugada de este 10 de mayo, con el objetivo de "evacuar" la ciudad, y el resto de la zona del Valle del Cauca.

Cali no está sola. La batalla que libran hoy trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes y pobladores de las comunas de Cali, es la batalla de todo el pueblo colombiano contra el Estado represor, narcoparaco, neoliberal y explotador.

La Insurrección colombiana está enfrentando los mismos planes neoliberales de salarios miserables, aumentos de impuestos, privatizaciones de servicios públicos, que aplican los gobiernos de nuestro Continente siguiendo órdenes imperialistas del BM y FMi, enriqueciendo con nuestra miseria a las burguesías a las que ellos sirven.

La represión brutal del Estado burgués colombiano es la misma aplicada por los carabineros chilenos, por la policía peruana o ecuatoriana y por la represión en Guatemala o El Salvador.

La rebelión del pueblo neogranadino es igual a la que hizo retroceder las medidas de ajuste de Lenin Moreno en Ecuador, que impuso la convocatoria a Constituyente en Chile, que hizo renunciar al gobernador Roselló en Puerto Rico, que enfrenta a ]uvenal Moise en Haití, y que derrotó la incursión mercenaria en nuestras costas de Aragua y la dictadura de Añez en Bolivia.

Es necesario que los Comités del Paro se organicen y coordinen en cada ciudad, barrio y comuna, en base a las organizaciones obreras, indígenas, campesinas y populares, para transformarse en la dirección efectiva y democrática de la Insurrección y avanzar hacia el triunfo de sus demandas, incluyendo la salida de Duque del poder como paso necesario para desmantelar el Estado burgués colombiano y reorganizar el país desde sus bases dirigido por los sectores explotados y oprimidos.

La ofensiva de la guerra civil desatada contra el pueblo rebelde de Cali y todo el Valle del Cauca puede ser derrotada por la movilización revolucionaria del pueblo trabajador colombiano, cumpliendo tres condiciones:

Primero, ampliar e intensificar las movilizaciones de masas a toda Colombia, desde Pasto a La Goajira, desde Medellín a Villavicencio, desde Buenaventura a Cartagena. Esto ya se está activando.

Segundo, hay que actuar sobre el pueblo uniformado. Aunque el general Zapateiro y los altos oficiales estén comprometidos con el narcorégimen de Uribe/Duque, los soldados son hijos de trabajadores, campesinos e indígenas, y hermanos de jóvenes y estudiantes que protestan. Los soldados han mostrado varias veces rechazo a las acciones represivas aplicadas al pueblo y contra las bandas paramilitares que atacan las manifestaciones. Hay que llamar por todos los medios a los soldados a que no se presten a masacrar a su propio pueblo bajo órdenes de los explotadores y corruptos y se pongan del lado del pueblo, tal como ocurrió en Venezuela el 13 de Abril de 2002.

Tercero hay que desplegar la más amplia solidaridad militante internacional, mucha más allá de lo que está haciendo la diáspora colombiana. Deben incorporarse las organizaciones de trabajadores y poderosos movimientos sociales de todo el Continente. Es la hora de la unidad latinoamericana de trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, inquilinos y "sin techos" y comunidades populares en acciones de solidaridad con la rebelión colombiana.

¡Por la victoria del Paro Nacional en Colombia!

¡Cese a la Represión, Disolución del ESMAD y Desmilitarización Inmediata!

¡Fuera Duque. Cárcel para Uribe!

¡Por la Unión Obrera, Campesina, indígena Estudiantil y Popular de toda Latinoamérica!

Indexación Salarial. Un problema de clase.

La política económica y salarial del gobierno Maduro se ha atascado en el limbo entre las clases sociales.

Desde 2018 arrió las banderas del socialismo. El gobierno "obrero" quedó para los discursos y se dedicó a intentar un gobierno de alianza con la burguesía nacional. Para ello ha buscado mil y uno acuerdos políticos, mientras se ha desarrollado esta ya intolerable hiperinflación impuesta por la burguesía parásita con su dólar, destruyó las convenciones colectivas, prestaciones sociales y demás derechos laborales y le ofrece privatizaciones en bandeja de plata al capital nacional y transnacional.

Su plan ha avanzado en medio de la decepción, desmoralización y confusión de los trabajadores y trabajadoras y de las propias bases chavistas que no les convence el sacrificio sin límites del pueblo trabajador, mientras la burguesía se enriquece y la corrupción hace fiesta.

Pero no ha logrado sus objetivos. La sobreexplotación no ha sido suficiente aliciente para hacer invertir a la burguesía parasita local que jamás ha invertido nada. Tampoco para atraer capitales foráneos.

Más lejos está de cumplir su ilusión de convencer algún sector burgués para que se incorpore directamente a su gobierno. La cacareada burguesía "revolucionaria" ha quedado como eslogan manoseado de los altos burócratas del Estado para transformarse en burgueses dueños de medios de producción, a partir de sus privilegiadas posiciones actuales.

Sin embargo, la paciencia del pueblo tiene sus límites.

La recesión reduce las oportunidades para soluciones individuales, como los "emprendimientos" caseros o la migración aventurada a los países vecinos.

Frente a ello, muchos trabajadores estén volviendo de nuevo su atención al tema salarial.

La propaganda burguesa vendía como "modelos" de desarrollo a países hermanos que, por tanto, atrajeron los sueños de buena parte de nuestra juventud, como Chile, Perú y Colombia. Los estallidos sociales ocurridos allí, demostrando su realidad, contribuyen decisivamente a este cambio de opinión en curso.

El gobierno ha cesado su silencio de meses sobre el tema salarial y ha vuelto a enarbolar promesas de mejoras laborales e incluso de participación obrera en las decisiones de producción.

No obstante, no ha logrado ningún entusiasmo en millones de trabajadores/as decepcionados de tantos incumplimientos. No se olvida para nada el ofrecido anclaje del Salario Mínimo al Petro. Esto ocurre, mientras se aplasta nuestra calidad de vida bajo el peso de la hiperinflación.

El Gobierno de Maduro "deshoja la margarita" con el tema de la Indexación salarial. Por un lado, no se atreve a aplicarla porque estaría en contra de su política proburguesa, claramente expresada en la Ley Antibloqueo y el proyecto de Ley de Zonas Económicas Especiales (Maquilas), y en las privatizaciones de entes y empresas del Estado.

Por otra parte, sabe y siente que la paciencia del venezolano de a pie, de la clase trabajadora, se está agotando en el empobrecimiento y frente a la inacción negligente y entreguista del gobierno.

Como han demostrado hasta la saciedad los economistas de izquierda (Boza, Curcio, etc.),la indexación salarial es justa, posible y necesaria de inmediato.

La lucha por la mejora urgente de las condiciones de vida de los trabajadores y nuestras familias, no es ninguna deslealtad con el legado de Chávez; al contrario, es un reencuentro.

No se puede seguir esperando a que los burgueses viejos y nuevos se sientan rebosantes y satisfechos de ganancias.

Los trabajadores/as tenemos que organizar esta lucha sin esperar a que el gobierno termine de decidirse. ¿Qué tanto más entregar a la burguesía para buscar su aceptación? De nuestra movilización y organización saldrán las soluciones.

Israel ataca de nuevo a Palestina

El Estado sionista de Israel protagoniza una nueva y creciente oleada de agresión al pueblo palestino en el último mes; los bombardeos del pasado 09 de mayo a poblaciones civiles en la Franja de Gaza; las incursiones policiales a mezquitas en Jerusalén Este ocupada, en momentos de oración colectiva; el bloqueo de la Puerta de Damasco, principal entrada a esta ciudad amurallada, el desalojo de familias palestinas en Jerusalén; son parte de la agresión sistemática del terrorismo de Estado sionista que busca humillar y amedrentar al pueblo palestino, cuando realiza actividades religiosas del mes sagrado musulmán de Ramadán, que son parte de su idiosincrasia.

Como de costumbre las cadenas informativas imperialistas y los organismos multilaterales minimizan las victimas mortales y heridos de la población civil palestina y culpabilizan o igualan al agredido cuando se defiende del agresor, que tiene siete décadas de una ocupación militar brutal y racista. protegido por EEUU y la UE.

Llamamos a la solidaridad con la lucha y resistencia del heroico pueblo palestino y exigimos su derecho a organizarse como nación en su propio e histórico territorio.

Secretariado Nacional de LUCHAS.

Venezuela, 11 de mayo 2021.

 

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