China lanzó una importante campaña anticorrupción desde 2012, después de que el presidente Xi Jinping se convirtiera en jefe del Partido Comunista de China (PCC); desde allí han sido muchos los funcionarios públicos a los que se les ha aplicado la pena de muerte por actos de corrupción y ha redundado en un mayor control de las arcas públicas.
Muchos hablan y se escudan bajo la figura de los Derechos Humanos, cuando hay quienes violan los derechos humanos de los demás, hasta acabar con sus vidas o incluso dejar un pueblo desasistido, porque se han robado los recursos destinados a la atención de los ciudadanos; ¿si hay que garantizar la vida de estos monstruos, cuando a ellos no les importa, se burlan y apropian de la vida y la salud de todo un Pueblo?.
Creemos importante que nuestra actual Asamblea Nacional legisle en torno a esta materia, incorporando el delito de traición a la patria con la aplicación de la pena capital, porque tampoco es justo que connacionales nuestros se asocien con potencias internacionales para adueñarse de las riquezas de la nación y provocar un bloqueo, que ha cobrado la vida de mucha gente que nada tiene que ver con política.
En cuanto al proceso de aplicación de la pena de muerte, en China, pasa por varias fases. Primero, los jueces de primera instancia al fallar con esta sanción, deben remitir sus actuaciones a su cámara superior, para que ésta dé el visto bueno tanto fáctica como jurídicamente a la sanción empleada para castigar el delito; en segundo lugar, si la cámara superior considera adecuada la pena, volverá a remitir las actuaciones, esta vez al tribunal superior popular (lo que en Venezuela sería el Tribunal Supremo de Justicia); es este último, el encargado de confirmar o no las sentencias con pena de muerte.
Entre los argumentos de peso que sostienen los chinos para aplicar la pena de muerte, es que ninguna sociedad honesta y trabajadora merece vivir con tanto miedo; la eliminación de criminales peligrosos atemoriza al resto de los delincuentes; crecerá la seguridad pública y su gasto se reducirá drásticamente; y a futuro, se reflejará en cultura y comportamiento de las personas.
En China además de aplicar la pena de muerte a los corruptos, se exige la devolución total de toda la riqueza mal habida.
Los chinos manifiestan, y lo compartimos, que si un país quiere crecer debe producir los mejores profesionales del mundo; debe existir una reducción de la carga tributaria para incentivar la inversión de capitales privados y mayor producción, a pesar de ser un sistema comunista, pero viven en una economía global que entienden debe aperturar sus puertas al mercado nacional e internacional. El gobierno no debe perseguir a industrias y empresas, tampoco establecer cargas fiscales exageradas o confiscatorias, como bien lo establece el régimen legal venezolano.
Otro aspecto importante aplicado en China, que debemos considerar es que aquellos Jueces, Fiscales, Abogados corruptos, que vendan sentencias judiciales, debidamente comprobados, deberán sus bienes ser confiscados y aplicárseles la pena de muerte, por tener doble responsabilidad por el delito de crimen y complicidad, juez y parte.
Finalizo este artículo haciendo un llamado a nuestros Diputados a la Asamblea Nacional, para que analicen concienzudamente nuestra propuesta sobre la reforma del Código Penal, en los términos planteados, y sigamos el ejemplo de China, donde existe un dicho muy famoso y acertado: "Matar a la gallina para asustar a los monos"; expresión que se utiliza cuando se impone un castigo ejemplar sobre una persona con el objetivo de que el resto tome nota y no siga su ejemplo.