Burbujas, dumping y refugiados

Jueves, 02/09/2021 08:10 AM

Las ideas que se enseñan como ciencia económica está llenas de errores de interpretación y disparates. Tanto en el campo etiquetado Marxista como en el campo etiquetado Liberal.

La primera y más grave confusión es confundir dinero con riqueza y dinero con capital.

El marxismo no el tema de este título. El marxismo, al final es la única ideología que cumple con su objetivo; una sociedad sin clases: todos pobres.

El tema aquí es la inconconsecuencia lógica, el capitalismo liberal.

La teoría liberal tal como la enseñan en las facultades de Economía está equivocada. Dicen que Adam Smith, quien es el padre del liberalismo económico y del laissez faire. Smith hizo el más importante descubrimiento en el que se basan las otras escuelas.

Smith descubrió que la única fuente de riqueza no son los metales preciosos ni la tierra. La fuente de la riqueza es el Trabajo.

También se atribuye a Smith el descubrimiento del comercio basado en ventajas naturales. Esa idea ya estaba desarrollada en la carta firmada por Elisabeth I dirigida a los gobernantes de las Islas de las Especias que llevaba consigo el Sr. Lancaster, capitán de la primera expedición al Lejano Oriente (1610) de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, una empresa notable por haber sido la dueña privada de un Imperio. La bandera de sus barcos, rayas blancas y rojas con un recuadro en el ángulo superior izquierdo para el Unión Jack, obviamente inspiró la de Estados Unidos.

El Laissez Faire no tiene nada que ver con la escuela liberal anglosajona, es un enunciado francés de la escuela Fisiócrata de Quesnay. Ese término aparece ligado con el Liberalismo en Estados Unidos para rechazar la intervención del Estado en la economía retomado por los argumentos de la Escuela Austriaca (Von Misses y Von Hayek) retomados por Friedman en Chicago con el estandarte de Neoliberalismo. El Liberalismo económico norteamericano argumenta usando principios fisiocráticos como el Laissez passer) contra la protección por el Estado de la producción nacional y contra las guerras aduaneras (Mercantilismo), en los años de 1920/30. Ambos coinciden en ser usados contra los principios de equidad social impartida desde el Estado que se anuncia el New Deal. La idea del Laissez Passer, se predica a los socios comerciales de Estados Unidos.

Estos orígenes los menciono para dar una idea del cocktail doctrinario que contaminó el liberalismo ricardiano puro que mira sólo a enriquecer a los ricos.

El mayor de los disparates viene del francés Jean Baptiste Say que se impuso como verdad económica en el mundo anglosajón porque fue endosado como cierto por David Ricardo.

El disparate de Say dice que toda producción crea su propia demanda. Sismondi es el primero en denunciarlo (1819) como contrario a la lógica económica más elemental; esa mentira conviene a quienes les abunda el dinero y quieren sacarle un provecho mayor que el simple interés, un caso muy corriente en la Inglaterra del siglo XIX.

Adam Smith, Sismondi, List, Marx o Pareto creen que la demanda debe ser anterior a la producción.

El disparate de Say (llamado Ley de Say) hace que cuando abunda el dinero (en USA la FED se encarga de eso) se le invierta en instalaciones para producir algo; esto se convierte el dinero inorgánico virtual en capital fijo y en capital circulante. Así comienza una producción que deberá crear su propia demanda.

Se le crea martillando con la propaganda y vendiendo a crédito; por eso en Estados Unidos hay muy poco ahorro.

Al final el consumidor como todo aquel que vive de deudas no puede pagar su hipoteca y los bancos rematan en las bolsas, paquetes de hipotecas insolventes que ofrecen con el ingenioso eufemismo conocido en la jerga de Wall Street como Subprime Mortgages (hipotecas sub óptimas) los bancos norteamericanos han inundado Wall Street y Frankfurt con ese engaño. Se rematan casas al mismo tiempo a precios inferiores al costo (Dumping) y los inmuebles siguen sin venderse.

A ese deplorable desorden congénito de la Economía de la Oferta ahora lo apodamos burbujas. Cuando suceden varias burbujas a la vez se le llama Crisis Económica.

Un fenómeno que se ceba en las endeudadas clases medias del Tercer Mundo, que terminan en la calle. Como esa clase suele tener formación útil emigran hacia el Primer Mundo en busca de un empleo profesional subalterno y con ello desplazan al profesional local e incrementan el desempleo de los jóvenes profesionales.

A la abundante conversión de dinero virtual en inversión capitalista para producir algo para lo que no exista la demanda ni mercado o cuando se produce por encima de la demanda se le llama en Estados Unidos Supply Side Economics (Economía de la Oferta) y eso según Sismondi y algunos marxistas ese proceder causa de las crisis recurrentes con que el capitalismo estilo norteamericano contagia a la economía europea. Hay un paliativo que no las cura, sino que agrava.

El paliativo consiste en emitir dinero inorgánico (deuda pública) para regalarlo a bancos privados para que no quiebren, con el pretexto de que puedan seguir prestado a los consumidores. Este regalo a los ricos se le llama en la jerga eufemística de la FED Quantitative Easing. Esa Facilitación Cuantitativa no llega nunca al consumidor; porque los bancos como los adictos al juego que son, corren a la bolsa para hacer subir el valor de sus malas inversiones en bolsa con compras masivas. Inflan precios que luego se desinflan.

Esos excedentes de producción fueron denunciados por Sismondi como dañinos para la economía general porque causan las crisis económicas cíclicas del sistema manifestadas en quiebras masivas y las quiebras causan desempleo. El desempleo contrae el mercado y eso aumenta los excedentes. Rosa Luxembourg está de acuerdo con Sismondi.

Los excedentes de Estados Unidos son vendidos en el mercado internacional utilizando el Dumping (vender por debajo del costo). El Dumping es una práctica ilegal predatoria usada para destruir la economía y la producción propia de los países que lo reciben. Al quebrar los productores nacionales el exportador del Dumping se queda solo en el mercado y fija luego fija precios monopólicos; por eso es falaz el argumento de que el dumping favorece al consumidor con precios de ganga porque luego le toca pagar el precio más alto. Por eso, se le considera un delito comercial que el derecho comercial internacional autoriza a castigar con un arancel adicional ll llamado anti- dumping.

Como con la Supply Side Economics, apoyada con subvenciones por el gobierno Estados Unidos produce muchos excedentes que deja caer a precio de Dumping en los mercados internacionales. Precios artificialmente bajos que hacen descender los precios internacionales y los productores legítimos no logran vender sin perdida, eso causa la quiebra de las empresas.

El caso más grave se da en la agricultura; porque en muchos países en desarrollo, la agricultura es la base de la economía que da empleo y sustento.

Tal es el caso del algodón. Hay 4 países africanos para los que el cultivo del algodón sustentaba la vida de su población rural, hablo de: Mali, Benín, Senegal y Burkina Faso.

Brasil, cuyos productores se quejaban y amenazaban con abandonar el cultivo, aunque Brasil tiene muchos otros cultivos de exportación y el algodón no tiene tanta importancia: Brasil por solidaridad, demostró, en Ginebra, entre un panel de la OMC que el algodón norteamericano vendido en el mercado internacional está subsidiado por el gobierno de Washington en un 80%. Que Washington quiere mantener el precio del algodón por debajo del costo, se demostró cuando después de su condena en la OMC se negó a eliminar el subsidio y ofreció dar a los algodoneros del Brasil (país acusador) un subsidio igual al que otorgaba a los norteamericanos.

Con ese proceder quedó claro que su propósito es mantener el precio internacional del algodón tan bajo que se abandone su cultivo en esos 4 países africanos. Los precios artificialmente bajos provocan tal desesperación que su población rural emigra.

Primero hacía Libia donde permanecían buscando hacer una nueva vida; es que la Libia de Gadaffy era el país más próspero de áfrica, con un nivel de protección social de un nivel de vida parecido al europeo.

Pero Libia fue destruida por la OTAN en una ofensiva aeronaval de apoyo a una rebelión de salafistas islámicos que comenzó en la ciudad de Benghazi.

La OTAN destruyó Libia y sigue sumida en una guerra civil.

Desde entonces esos campesinos africanos desgraciados huyen del hambre, huyen en intentos de llegar a Europa con embarcaciones precarias con riesgo de su vida, porque el dumping norteamericano del algodón les impide la vida en sus patrias.

La Comunidad Europea en cuyo regazo y presupuesto terminan cayendo los refugiados debiera protestar ante los organismos internacionales, por la crisis social que en su desmedro causan los Estados Unidos; pero no lo hace, porque desde 1944 Europa es un territorio vasallo de Washington.

Como Estados Unidos sin hacer Dumping, no es competitivo en el comercio internacional. Negocia acuerdos comerciales de trato preferencia, que etiqueta como de Libre Comercio. En ellos sus socios latinoamericanos se comprometen a abrir completamente sus mercados a todas las exportaciones de Estados Unidos renuncian expresamente a la aplicación de los aranceles antidumping que permiten los acuerdos de la OMC.

Las subvenciones agrícolas norteamericanas subsidiadas desarraigan la población rural centroamericana que huye del campo atravesando a pie toda Mesoamérica hacia los Estados Unidos en busca de trabajo y pan.

Hay otro excedente industrial creado por el excedente en dinero inorgánico emitido por la FED. Mucho de ese dinero virtual se invierte en producción de armamento y produce un excedente. Un producto cuyo mercado es la guerra y la destrucción.

Por ese motivo Estados Unidos busca provocar guerras y establece bases en todas partes. En este caso el Dumping (dejar caer) tiene un significado literal que mata y destruye en todo el cercano oriente. Un ejercicio bélico en que Estados Unidos destruye deliberadamente instalaciones civiles de servicios indispensables para una vida moderna civilizada, mientras finge combatir milicias jihadistas que el mismo equipa y financia con el pretexto de que luchan contra una dictadura. Las guerras ilegítimas que Estados Unidos hace en el Cercano Oriente además de sembrar desolación y muerte para enriquecer a sus fabricantes de armas sirven de pretexto, para seguir creando una producción de armas excedentaria sin mercado previo, cuya burbuja cuando explota lo hace con una lluvia de refugiados musulmanes, sobre Europa. Se trata siempre de refugiados musulmanes.

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