Irrumpe el Cuarto Poder

Watergate el día que fue derrotado el gobierno de EEUU

Martes, 07/09/2021 08:18 AM

Hace unos años leí el best sellers "Todos los Hombres del Presidente" de los periodistas Bob Woodward y Jonathan Bernstein, ya había oído del caso Watergate; a pesar de mis pocos años cuando ocurrió; recuerdo completamente la noticia el día que dimitió el Presidente de los Estados Unidos Richard Nixon, por el escándalo político como resultado del espionaje al cuartel general del Partido Demócrata

Ese hecho se había producido el 17 de junio de 1972, situado en el edificio Watergate de la capital norteamericana. Ayer conversando telefónicamente con mi buena amiga Yajaira Torres, de la que tengo la satisfacción de ser el tutor de sus pasantías en Comunicación Social, me habló sobre este caso.

Mi amiga me señaló sobre el caso Watergate, en donde los periodistas del Washington Post, Woodward y Bernstein llevaron adelante una investigación que derivó en que el escándalo llegó al Senado de EE.UU y Nixon tuvo que renunciar.

Debemos conocer que este caso es el único en donde debe renunciar un presidente estadounidense por las presiones del Cuarto Poder; la Prensa; que tuvieron una averiguación por parte del Senado.

El escándalo comenzó cuando cinco hombres fueron sorprendidos una madrugada tomando fotografías y revisaban archivos, además de colocar micrófonos en la sede de Partido Demócrata.

Los detenidos por la Policía como ladrones eran James McCord, que había sido agente de seguridad del Comité de Reelección del Presidente, Bernard Barker, Virgilio González y Eugenio Martínez también agentes.

Estos sujetos no eran simples delincuentes sino espías al servicio del mandatario yanqui, con el trabajo de colocar micrófonos e intervenir teléfonos de partido rival de Nixon, que después confesaron que habían sido contratados como "fontaneros", que según el argot de esos grupos de Inteligencia son agentes especiales que espían.

Revelaron que fueron contratados por Howard Hunt y Gordon Liddy, dos hombres vinculados al Comité de Reeleccción del Presidente, un equipo formado por militantes del Partido Republicano creado por Richard Nixon y al que el presidente había encargado su campaña de reelección en los comicios de noviembre de 1972.

Los inculpados "fontaneros" eran destacados agentes que realizaban acciones desestabilizadoras contra Presidentes extranjeros "supuestamente" contrarios a los intereses de los Estados Unidos.

Los periodistas Woodward y Bernstein comenzarían la investigación cuando el primero conoció que los "rateros" eran agentes y uno de los acusados era James W. McCord Jr. el consejero de seguridad de la CIA y el coordinador de seguridad del Comité para la Reelección del Presidente en la campaña electoral.

Más llamarían la atención de los periodistas la conexión entre el capturado y el entorno próximo a Nixon que eran encomendados para solucionar cualquier contrariedad incómoda.

Los exhaustivos periodistas Bernstein y Woodward trataban de sonsacarle información a empleados del Comité para la Reelección del Presidente, consiguiendo datos importantes dados por una contable y un responsable de control de finanzas, inquietos por el uso ilegal de fondos en la campaña.

La fuente más definitiva de la investigación; que se mantuvo oculta por más de 35 años, conocido como Garganta Profunda, que era Director Asociado del FBI de nombre Mark Felt.

El confidente reconocía ciertos datos, más no revelaba información y Woodward se orientaba parar sus averiguaciones, Felt reveló la provocadora estrategia del gobierno norteamericano para espiar a sus contendientes políticos, periodistas y a cualquiera que creyesen desleal.

El día 10 de octubre de aquel año de 1972, el Washington Post anuncio que el asalto al Partido Demócrata era parte de un plan de sabotaje y espionaje a los "señalados" como enemigos de Nixon, pero esto no evito que el Presidente fuese relegido a pesar del escándalo.

Los dos sabuesos periodistas continuaron las investigaciones y prosiguieron publicando en el periódico las informaciones que sobre el caso obtenían. Al principio del año siguiente los asaltantes al Partido Demócrata fueron condenados.

James W. McCord envió una carta una carta al juez de la causa reconociendo que había cometido perjurio y que ellos debido a las presiones, decidieron declararse culpables que había personalidades muy importantes implicadas y que temía por su vida si revelaba todo lo que sabía sobre el asunto.

Esta misiva daría un nuevo giro a la investigación y a la cobertura del caso, todo el Cuarto Poder se unió a la indagación del caso. El Tribunal Supremo de los Estados ordenó a Nixon ceder las cintas secretas conseguidas en las escuchas a sus rivales políticos para utilizarlas en el juicio contra sus hombres.

Los jueces de ese tribunal en un debate histórico en votación contra los argumentos del mandatario, hicieron perder el apoyo de los mismos miembros del Partido Republicano, que estaban dispuestos a votar a favor de una solicitud del Congreso de los Estados Unidos para iniciar un proceso de destitución del presidente.

Para el mes de agosto, el día 8, Nixon notificaba su renuncia con estas palabras "es algo que aborrecen todos los instintos de mi cuerpo. Sin embargo, como presidente, debo anteponer los intereses de América".

Palabras que impresionaron a un niño de nueve años, que pasados tantos años abrazaría esta profesión que honraron Woodward y Bernstein; día que me recordó mi amiga Yajaira Torres; donde el Poder Ejecutivo fue derrotado por el Cuarto Poder haciendo letra viva aquel dicho "La mentira es alcanzada por la verdad en un segundo".

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