Colombia internacionaliza la violencia

Miércoles, 15/09/2021 07:52 AM

Recientemente el Presidente de Colombia, Iván Duque, frente a un ataque, en la guerra interna que se desarrolla en ese pais, que costó la vida de cinco soldados y otros heridos, acusó al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, de ser responsable del atentado, en una supuesta alianza con el Ejército de Liberación Nacional, uno de los grupos armados que se mueven en esa región, desde hace muchos años.

La conducta del Presidente de Colombia no es novedosa, sino, que obedece a una política de la Casa de Nariño, que vienen conformando desde hace varios años con la pretensión de expandir la guerra más allá de sus fronteras, como una manera de internacionalizarla, involucrando a países fronterizos, particularmente a Venezuela. Se debe recordar también los bombardeos del Ejército Colombiano, en territorio Ecuatoriano.

Sobre este tema me he referido en varios artículos anteriores, alertando a los últimos gobiernos venezolanos ante esta situación.

El gobierno de Colombia, no ha podido por ninguna vía neutralizar la violencia en su país, que lleva más de 70 años aproximadamente, no lo ha podido hacer con el uso de las armas del Estado y muchos menos con cacareados acuerdos de Paz, que nunca llegan a final feliz, porque los sectores guerreristas internos del gobierno colombiano no están interesados en logar la paz, pues la violencia, ya hecha sistema, es la base de esa sociedad, y es utilizada por la oligarquía para justificarse en el poder, con el apoyo del gobierno norteamericano y la fortuna mal habida de los Carteles de Drogas.

Esa es la triste realidad y en eso se han convertido a Colombia, los gobiernos oligarcas, han conformado un Estado que hoy constituye un amenaza para toda la región, en desmedro de su pueblo, acuciado por la violencia, que ha ocasionados millares de muertos y millones de nacionales colombianos deambulando por todo el mundo en busca de una vida libre de violencia, que pernotan en los países fronterizos con Colombia, particularmente en Venezuela, Europa y Los Estados Unidos, sólo por mencionar algunos.

Frente a esta realidad y la incapacidad del gobierno colombiano de neutralizar los grupos armados que se les oponen, se han propuesta la idea de internacionalizar el conflicto, de llevarlo fuera de sus fronteras, involucrar a sus vecinos fronterizos, para generar un estado de violencia en la región que sólo los favorece a ellos, porque les sirve de base para solicitar ayudas económicas y militares sistemáticas (Ergo, Bases Norteamericanas en su territorio), que le permiten a los gobiernos colombianos consolidarse en lo interno y provocar desestabilizaciones en la región, como punta de lanza de los gobiernos norteamericanos.

La violencia resulta un negocio para los gobiernos oligarcas colombianos. Fíjense y recuerden lo que sucedió con el denominado Plan Colombia, contra las Drogas, elaborado en Los Estados Unidos. Esto permitió no solamente la apertura de bases militares en su territorio sino, también el ingreso de millones de dólares y también de euros porque Europa también cayó en la trampa de la supuesta guerra contra las drogas en Colombia. Por supuesto, no podía haber resultados positivos como resultado y hoy Colombia, de acuerdo a la ONU y organismos especializados en la materia constituye el país donde se radica el mayor cultivo coca y exportación cocaína.

¿Qué ha pasado con los acuerdos de Paz? Los gobiernos de la oligarquía se han deslindado de ellos y progresivamente han guillotinado a centenares de ex guerrilleros que se acogieron a esos planes. (Ergo, los militantes de la Unión Patriótica, 1.620 asesinados según la propia Fiscalía de la Nación, entre 1992 y 2002) y ahora de los Farc-ep, que se acogieron a la pacificación). No hablemos de la escandalosa muerte de líderes sociales (Según el Instituto de Estudios Para el desarrollo de la Paz, INDEPAZ, 1.217 asesinados desde la firma de los Acuerdos de Paz). Millones de Desplazados a lo interno (Se calcula 8 millones) . En Colombia no se salvan ni los Ambientalistas más de 65 han sido asesinados. Y ahora la formación y exportación de sicarios y mercenarios que cumplen planes hasta de magnicidio (Ergo, Haití; Caso frustrado el de Venezuela).

De allí que frente a las intenciones de los gobiernos oligárquicos de Colombia, debemos estar claros: Mientras sus vecinos hacen esfuerzos por resolver sus problemas internos mediante acuerdos y conversaciones, a ellos, lo que les interesa en la Violencia, porque les da dividendos. Mientras sus vecinos buscan la Paz, como medio indiscutible para fomentar un desarrollo armónico entre sus pueblos, a ellos, lo que les interesa es extender la violencia, porque además de los dividendos que le generan, ya señalados, le hacen el trabajo sucio a los Estados Unidos en la región, fomentando la inestabilidad de los gobiernos progresistas o impidiendo que nuevos sectores progresistas, con propósitos independentistas y soberanos, puedan ser una alternativa clara de poder.

La Paz para la República de Colombia podría ser la mejor noticia para la región, pero sólo la presión popular, de un pueblo que ya despierta, la actuación de la Comunidad Internacional y la presión igualmente, de sus vecinos fronterizos afectados por la ola de violencia, puede cambiar este rumbo que ha impuesto la oligarquía colombiana, con la anuencia de los Estados Unidos, quien cosecha en rio revuelto.

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