EEUU finalmente se salió con las suyas, sobreponiéndose a los organismos internacionales, sacó del secuestro que lo mantenía el gobierno de Cabo Verde para llevárselo a su país. Con esta extradición los gringos demuestran cabalmente ser un gobierno supra nacional, que viola y pisotea con vileza y ensañamiento las leyes internacionales. Para que apelar a esos parapetos; como la OEA, la ONU, la Corte Penal Internacional y demás organismos que rigen los destinos del mundo.
Significa que para estos inquisidores y gendarmes del mundo no hay ley que valga. A Alex Saab lo utilizaron como un chivo expiatorio, con todo un legado de acusaciones, sin sustento alguno; el único delito ha sido sus cercanías con el gobierno del presidente Nicolás Maduro y haber servido como puente en calidad de diplomático para esquivar las sanciones y el bloqueo que ahoga al pueblo venezolano.
Lo mas cuestionable de esta barbarie imperial, es el silencio cómplice de la oposición, más aún son pocos los países del hemisferio que se han pronunciado al respecto, a sabiendas que todo esto está creando un precedente de temibles consecuencias. Ahora los diplomáticos del mundo, que no guarden cercanías con las políticas estadounidenses, corren el riesgo de ser detenidos y extraditados. Ante esta injusticia nadie se pronuncia y nadie está exento a esa amenaza. El derecho internacional es letra muerta. En todas estas, como queda ante la opinión pública internacional el gobierno de Cabo Verde.