Asidero

Chips y vacunas asumen transmisión de datos digitales desde Estado del Vaticano

Domingo, 07/11/2021 02:18 AM

El futuro está dado En el cálculo matemático y en los microprocesadores para tener una funcionalidad estratégica, como es la cooptación de ciudadanos hacia una plataforma ideológica única, cuyos ciudadanos serían controlados con absolutismo y, la manera más fácil de llegar a ellos serán los chips, con anterioridad el organismo sería manipulado por una diversidad de virus metalizados, luego de esta pandemia tendremos un rediseño de los sistemas computarizados. Es una forma sencilla de controlar a la perfección nuestra memoria y, se pondrán de moda los registros electrónicos acoplados a un sensor central que automatizaría directamente nuestra conducta.

Tanto para la izquierda o derecha, no hay concesiones. La tierra es una estación terrestre de caprichos para los millonarios. Nos están vigilando desde teleconferencias y estimulan a las Iglesias protestantes, cuyos pastores se prestan al juego político y elevan a sus fieles a un servicio eclesiástico, donde sus miembros ya han venido siendo idiotizados.

Hay un espionaje de alta tecnología a las empresas manufactureras y agrícolas. El caso de Alex Saab Morán es típico, más allá de sus implicaciones políticas Esto es económico. Me estoy refiriendo al espionaje desarrollista e industrial. De allí, desde esa base vienen los litigios, dejando su rastro en el mercado gris y negro, aunado a las sospechas sobre los circuitos electrónicos.

Aquí, las corporaciones no siempre hacen la vista gorda, el gran negocio es vender los secretos mercantiles para obtener dólares con ganancias indirectas dadas a testaferros. En nuestro caso, América Latina ha fallado en esto, sus líneas de mando se encuentran infiltradas, los proyectos de análisis revelan los costes de confidencialidad, de otros documentos de evaluación y revisión.

Muchos desean continuar con la corrupción., destrozar nuestros recursos naturales y las cuencas hidrográficas. Las naciones del Tercer Mundo desean tener sus propios satélites y frecuencia para sus comunicaciones internacionales. Los Estados Unidos de Norteamérica tiene que escuchar. Necesitamos de las frecuencias de radio y, darles otorgamiento a diversos servicios de telecomunicaciones espaciales, como a las orbitas geoestacionarias de los satélites que cumplen estos servicios.

, En un futuro cercano, las máquinas robóticas enfrentaran la mecanización de las industrias y, quien no sea profesional y no tener un perfil laboral, es mejor que se largue al campo a recoger cosechas. No hay duda. Existe un programa catalizador de esta gran verdad. El microchip nos dominará, donde el hombre del futuro estará marcado por el Estado del Vaticano, el cuál ejercerá su ley religiosa como económica. El Estatuto de Roma será vigilante para ser cumplidas las leyes, por los Tratados Internacionales y la Haya.

Nada será impermeable. Estamos ya en un proceso de automatización y las vacunaciones del coronavirus es un aporte de esa tecnología y, por la tanto, estaremos en un mundo completamente nuevo.

Al principio los pueblos colonizados perciben las telecomunicaciones como un instrumento visible del poder colonial. Son palabras del académico vietnamita Tran Van Dinch. Las telecomunicaciones apuntan hacia la unificación del globo y el libre flujo de la información internacional. Pero, las naciones en desarrollo a menudo tienen que conllevar también a un menoscabo de su soberanía nacional y, una creciente dependencia económica respecto a las principales potencias.

No podemos depender de China, Rusia e Irán. Debemos mejorar nuestra tecnología, perro, hay que dejar de emitir monedas porque no es inversión y productividad. Es seguir devaluando y entregando nuestra soberanía a estos países.

Nos encontramos en una línea de investigación entre los gigantes, un hacer constante que se inició después de la I guerra mundial y, en la actualidad triunfa, quien posea una mejor energía eléctrica que es la base para mover la tecnología. Así, he dicho en otros artículos que, desde 1934 es el momento que se inicia el monopolio legal en la AT&T y se unifican las patentes, dando lugar a una guerra intestina entre los gigantes.

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