Desde el primer anuncio realizado por las instituciones electorales de la República de Nicaragua, estableciendo la fecha para la realización de los comicios electorales en ese país, se desató una campaña nacional e internacional donde se denunciaba los supuestos abusos, la represión y el carácter "dictatorial", del gobierno presidido por el Comandante Guerrillero, Daniel Ortega.
La misma orquesta mediática internacional, con el apoyo de los medios en manos de la derecha interna, al mismo estilo de lo que ya ha sucedido en otros países de nuestra región, afinaron sus instrumentos para estigmatizar a la Revolución Sandinista, sus líderes y la convocatoria para la realización de nuevas elecciones presidenciales en Nicaragua.
Por supuesto, la derecha interna, debilitada y sin credibilidad en Nicaragua, conspiradores de oficio, siempre presta a favorecer a los intereses imperiales en nuestra región, se prestó para las maniobra y a punta de dinero recibido desde el exterior, más el apoyó mediático y declarativo de los mismos payasos que son utilizados para estos fines, salieron a estigmatizar la convocatoria del proceso electoral, a colocarse como víctimas perseguidas por el Reeeegimen y todo el arsenal de vocablos que utilizan contra estos países, pero que tienen el mismo fin, desacreditar a los liderazgos, para justificar, posteriormente acciones de represalia, sanciones e intervenciones.
Es el mismo formato, que han utilizado contra Venezuela, en Perú en Bolivia y que continuaran realizando, combinando con el control de los movimientos de derecha interna, para jugar también a los golpes de estado, la violencia y el descrito de los países a los que pretende darle el zarpazo.
Pero esa misma derecha internacional, norteamericana-europea que pretende erigirse como Tribunal Internacional para juzgar la pulcritud de las elecciones y calificar como dictador o no a cualquier gobernante que aspire a ser reelegido a la presidencia de los países, que no bailan al son que ellos le tocan, tiene un doble rasero, que los convierte en verdaderos hipócritas electorales.
Critican por ejemplo y descalifican a Daniel Ortega, quien por voluntad popular ha sido electo por su pueblo y lo califican como Dictador, pero a la Canciller alemana, Ángela Merkel, quien llevaba dieciséis años dirigiendo a Alemania, la colocaban como en pedestal, un verdadero ejemplo de Democracia.
Critican por ejemplo, a Nicolás Maduro, Presidente Constitucional de Venezuela, reelecto en comicios libérrimos, pero atizaron y estimularon el golpe de Estado contra Evo Morales. Apoyaron a la dictadora Jeanine Áñez, quien hoy es acusada de masacres contra su pueblo y también la apoyaban colocándola como un ejemplo de Democracia.
En esa misma tónica, hicieron lo imposible por descalificar a Pedro Castillo Terrones, nuevo Presidente de Perú, pero como no pudieron evitar su limpia y clara victoria electoral, ahora tratan de subvertir su mandato movilizando a la derecha reaccionaria y golpista interna, apertrechada en la ciudad de Santa Cruz, para desestabilizar su gobierno o estimulan a la derecha parlamentaria, para que a través de cuestionamientos internos y votos de censura permanentes, mantener al gobierno paralizado, provocado denuncia y destituciones de ministros. Estas fuerzas internas, que ellos financian y estimulan para derrocar a los gobiernos legítimamente electos, son para ellos los verdaderos demócratas.
Con el mismo estilo, la derecha internacional, norteamericana- europea, y su fuerza mediática, fomentaron la creación del llamado "Cartel del Pacífico", para que sirviera como Caballo de Troya, contra los gobiernos progresistas de la región. Algunos de sus presidentes integrantes han sido derrotados por sus propios pueblos y son objetos de investigación por corrupción, Sin embargo, para la derecha internacional, estos corruptos que hoy han salido del gobierno y otros que se mantienen con el agua cuello por ser impopulares, son los verdaderos demócratas.
En el medio de acusaciones mutuas entre Biden y Trump, se realizaron las elecciones en los Estados Unidos, culminando en un verdadero caos, cuando partidarios de Trump, asaltaron el Palacio de Gobierno, que allí llaman El Capitolio (donde hubo una persona fallecida por la violencia), para denunciar un fraude electoral y luego de cuatro días de haber culminado los escrutinios, en un país que alardea del avance tecnológico, dieron a conocer que el nuevo presidente era Joe Biden. Un país, donde el presidente, supuestamente derrotado se niega a llamar a su adversario para reconocerlo como nuevo presidente y por el contrario inicia una andanada de demandas y denuncias sobre posible fraude. Pero allí, la cumbancha internacional que cuestiona los comicios electorales en nuestra región calla, se mantiene silente, no pide sanciones, ni investigaciones, a pesar que hubo hasta fallecidos. Allí con su silencio, otorgan el certificado de verdaderos demócratas, porque esperan que los Estados Unidos, los mida con la misma vara.
Vemos de esta manera como es el comportamiento de esta orquesta derechista internacional, que pretende erigirse como Juez, como los cultores de la democracia y de los procesos electorales impolutos. Son unos verdaderos hipócritas, porque en realidad no le interesan para nada las instituciones democráticas ni los procesos electorales, sino, solamente, cuando estos arrojan resultados donde resultan favorecidos los candidatos que apoyan y financian, para que luego, como contraprestación, estos, pongan los recursos de nuestros países a su disposición. Ese es el verdadero propósito de la derecha internacional, de los imperios, lo demás es fraseología y bagatelas. "La Hipocresía es el colmo de todas las maldades". Moliére.