1. En todas las llamadas democracias –halagadas por EEUU, gobernantes, empresarios y militares- las decisiones siempre han sido tomadas- por los dueños del capital. Bien se ha dicho: los políticos gobiernan pero quien tiene el poder real y manda, son los dueños del dinero. Como en las candidaturas en el PRI y el PAN, hoy el presidente puede inclinarse por mujer u hombre, proponerlos; pero los que disponen, los que dicen la última palabra a partir las ofertas, son los más grandes empresarios y la embajada yanqui. Luego, muy fácil, se dirige, se empuja, se canaliza a los votantes, pues el dinero y los medios de información se encargarán de todo.
2. De 130 millones de mexicanos por lo menos 100 millones ignoran la política; votan porque se dejan engañar por los miles de millones de pesos que se dilapidan en regalos para comprar votos; se despilfarran en una gigantesca propaganda por medios de información, con mantas e impresos; sólo el dos por ciento vota por candidatos los demás por acarreos, manipulación y amenazas. Al pueblo le importa un bledo la tan desprestigiada política, no quiere hablar ni saber de ella. Sabe que todos los políticos entran a robar, a hacer negocios y que nunca han servido a los intereses de los pobres. "no hay buena política porque todos son lo mismo".
3. Los candidatos (del PRI, PAN. PRD, Morena) han sido siempre los mejores amigos de los políticos del más alto cargo; los que se mueven más, sin que importen los conocimientos, la honradez, el trabajo honesto. Así como en EEUU todos los candidatos son representantes abiertos de empresas y usan a los dos partidos (demócrata y republicano). En México igual lo son: las empresas ponen los millones de pesos necesarios para campañas y con ellas se firmará el compromiso de devolución de favores. ¿Quiénes escogieron y después cobraron inversiones en campaña a los candidatos, luego presidentes, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña y López Obrador?
4. Al presidente Salinas no lo puso el voto ni su antecesor De la Madrid, sino la selección empresarial que lo conoció bien como campeón privatizador. Zedillo llegó a la Presidencia no por los votos sino por orden de los empresarios después de ser asesinado Colosio, el incondicional de Salinas. ¿Qué decir de los panistas Fox y Calderón que, siendo derechistas panistas, tuvieron asegurado el total apoyo empresarial para sus presidencias? En Peña Nieto la selección empresarial –por parte de Televisa- fue descarada, directa, sin tapujos; hasta le puso a disposición una estrella, pero según dicen el pueblo votó, se contaron los votos y su victoria fue indiscutible.
5. En las elecciones de 2006 y 2012 los empresarios unidos aplastaron al candidato López Obrador; incluso le fue peor en 2012. Ocho años de campaña, pueblo tras pueblo, (de 2004 a 2012) valieron un carajo. ¿Qué sucedió seis años después que PAN y PRI gobernaron? ¿El pueblo despertó de pronto o los empresarios recapacitaron y lo apoyaron? Yo, después de ver en Internet a los 100 empresarios más poderosos en sus empresas y negocios en México, pensé en la gran capacidad empresarial para mover políticamente el proceso electoral en la nación. No sólo obliga a llegar a acuerdos sino que en la práctica se impone a cualquier partido o político cuando realmente quiere.