"Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia"
Salvador Allende, 11 de septiembre 1973
¿Dónde quedaron los anhelos de justicia? Me refiero a los que mencionó Salvador Allende cuando dijo, en su último y emocionante discurso, que él solo había sido intérprete de grandes anhelos de justicia (1).
El próximo domingo diecinueve de diciembre, se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile donde, como señalan bien algunos analistas del tema, no se trata de unas simples elecciones presidenciales, sino que hay mucho en juego. Ni más ni menos están en juego esos grandes anhelos de justicia a los que hacía referencia Allende.
Anhelos de justicia que, con mucha esperanza, vimos en las calles de todo Chile durante el mes de octubre 2019, cuando gritaban a más no poder: ¡no son treinta pesos, son treinta años! Treinta años de cansancio, de hastío e indignación (2).
Este estallido social del 2019 comenzó con las protestas de los estudiantes por el alza de los precios del pasaje en el Metro de Santiago de Chile, luego de otro aumento apenas seis meses antes.
Luego se sumó gran parte de la población que se llenó de indignación por la represión y brutalidad, primero por la policía y luego por los famosos carabineros chilenos. Se señala que, hasta el momento, de tanta represión, hay una cifra oficial de 34 muertos, 1100 heridos, 400 de ellos con pérdida de ojos por disparos intencionales de la policía, más de 50 denuncias de torturas, denuncias por violencia sexual, y toda esta violencia policial y militar fue mostrada y replicada en las redes (3). No se pudo esconder como en otros tiempos.
A pesar de ello, el presidente Sebastián Piñera , justo en esos días de represión declaró que tenía un gran respeto por los carabineros de Chile y acusó de minoría de delincuentes y de terroristas a la población en protesta. Declarándoles la guerra al propio pueblo chileno (4).
Todo esto ocurrió apenas a días de que el presidente Sebastián Piñera declarara a una revista que, "en medio de una Latinoamérica "convulsionada", Chile es un verdadero "oasis" en comparación con otros países de la región." (5).
Ese paraíso –oasis latinoamericano del cual se ufanaba Piñera- demostró ser solo un espejismo, en un país regido por una Constitución de 1980, hecha en la dictadura de Pinochet (1973-1990) a su imagen y semejanza.
Una inmensa desigualdad social debido a la gran brecha entre ricos y pobres, fue causada por la neo liberalización de la sociedad a partir de la dictadura de Pinochet, con los Chicago Boys que se estrenaron en ese país, aplicando la teoría de Milton Friedman (6).
Fue una política económica que persiste y que dura desde hace décadas, precisamente esos treinta años de hastío que manifestó el pueblo chileno.
¿Consecuencias? La mercantilización de los derechos sociales como la educación y la salud, la privatización de los fondos pensiones, los bajos salarios, el encarecimiento del costo de vida (transporte, vivienda, servicios básicos), la segregación, discriminación y estigmatización de los pobres, fueron in crescendo por treinta años, en contraste con una mejoría en la calidad de vida de los sectores más acomodados, muy bien identificados como las élites en ese país latinoamericano (7).
Como ejemplo concreto, nuestro compañero Luis en el grupo de estudio baké biké, chileno, nos informa que muchos connacionales acostumbran a viajar hasta Mendoza, en Argentina, para adquirir las medicinas que necesitan.
Apreciados lectores, así serán de inaccesibles las medicinas necesarias para la salud, derecho humano, que prefieren costear un viaje ¡hasta Argentina!
Se suma a la indignación del pueblo chileno otro anhelo de justicia por el trato diferenciado que reciben los miembros de la elite política y económica, frente a los casos de corrupción y evasión, en comparación al trato que se le da al pobre y a la clase media.
Buen ejemplo de esto, es la investigación periodística realizada en el reciente escándalo de los Pandora Papers y la evasión fiscal en grandes paraísos fiscales, donde se evidenció sin lugar a dudas la participación del presidente Sebastián Piñera (8).
A pesar de ello, y de que el pasado nueve de noviembre la Cámara chilena de Diputados había aprobado la celebración de un juicio político para destituir al presidente, al pasar el punto a la Cámara alta, de mayoría oficialista, rechazaron la acusación constitucional contra el jefe de estado.
Y así, este presidente de la nación chilena, a todas vistas muy corrupto, concluirá su mandato como si "aquí no pasó nada".
Me viene a la memoria la frase que acostumbra a repetir mi querido amigo secreto Diogenes: la justicia no es más que la voluntad del más poderoso o del más fuerte (Trasímaco).
A pesar de tantos problemas económicos y sociales que, durante mucho tiempo, pasaron desapercibidos y llevaron a ilusionarse en un "oasis" latinoamericano, el presidente Piñera prefería, estando muy a la moda en el contexto del ya extinto cartel de Lima, hablar mal de Venezuela, como lo hiciera en su discurso ante las Naciones Unidas, en septiembre 2019, cuando señaló textualmente:
"quisiera mencionar antes de entrar a Chile, una necesidad de nuestro continente, América Latina: tenemos que terminar con la oprobiosa y cruel dictadura que afecta al pueblo venezolano, una dictadura corrupta e incompetente, que no respeta las libertades ni los derechos humanos y que tiene innegables lazos con el narcotráfico" (9).
Disculpen la falta de elegancia, pero yo le diría a Sebastián Piñera que se lavara esa boca antes de hablar de nuestro país. El presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro no estuvo implicado, ningún medio de comunicación pudo hacerlo a pesar de que no le faltarían ganas, ni en los Panamá Papers ni en los Pandora Papers, como sí este presidente de Chile.
Claro, las comparaciones sobran, por no hablar de la política del gobierno socialista que busca de todas las maneras posibles una redistribución del gasto social, entregando viviendas dignas, hasta ahora aproximadamente 3.800.000, ofreciendo educación y salud gratuita.
Tampoco hay que dejar pasar por alto la gran diferencia entre el manejo de la pandemia de covid-19 en nuestro país, asediado y bloqueado, con las cifras que se manejan en Chile, a pesar de que ya en ese país se están aplicando tres dosis obligatorias de vacuna, y para Luis nuestro compañero chileno, le tocó la vacuna de AstraZeneca que, por suerte, más bien con mucha conciencia y protección hacia el pueblo venezolano, Venezuela no adquirió por los graves y numerosos casos de efectos secundarios al aplicarla (10).
Volviendo a las protestas en Chile de octubre 2019, cuando el presidente de ese país aplicó no sólo el estado de emergencia sino también toque de queda por algunos días, observamos como el advenimiento de la pandemia en 2020 cortó de cuajó toda esa efervescencia de las manifestaciones, lo cual le vino como anillo al dedo al gobierno chileno.
Sin embargo, a pesar de esto, el estallido social dio sus frutos, y condujo en plena pandemia, a que millones de chilenos salieran a votar en el Plebiscito y aprobaran el cambio que eliminará la constitución pinochetista vigente desde 1980 (11).
Fue considerada una votación histórica donde fueron a votar aproximadamente ocho millones de chilenos donde, además de rechazar a la constitución de Pinochet, se planteaba por primera vez, desde 1833, que una asamblea de ciudadanos fuese elegida en votación popular para elaborar la nueva Constitución (12).
De esta forma, los constituyentes fueron elegidos el pasado mes de mayo 2021, siendo escogida como presidenta de la Convención Constituyente, Elisa Loncón, dirigente mapuche y lingüista, y una de las diecisiete constituyentes indígenas que forman parte de los 155 miembros (13).
Curiosamente, al respecto de la Convención Constituyente, leo en la página del gobierno chileno:
"La Convención tiene por objeto exclusivo redactar y aprobar una nueva Constitución, por lo que no puede intervenir ni ejercer ninguna otra función de otros órganos o autoridades. Además, en la redacción de la nueva Constitución deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas, y los tratados internacionales vigentes ratificados por Chile "(14).
¿Qué significará para el gobierno chileno el régimen democrático? ¿Y cuáles son esas sentencias judiciales firmes? Me pregunto: ¿cuáles serán esos tratados internacionales? ¿Tendrán que ver con la explotación de las riquezas del subsuelo?
Lo cierto es que esa Convención Constituyente ya pareciera estar empezando con las manos atadas.
Apreciado lectores, esas grandes masas que manifestaron su indignación en octubre 2019 con las masivas protestas en las calles, además esos casi ocho millones de personas que manifestaron su voluntad de cambiar la Constitución de Pinochet al votar en el Plebiscito un año después, todo ese proceso demostró, de alguna manera, no tener concordancia con los resultados obtenidos en la primera vuelta en ocasión de las elecciones presidenciales, realizada el 21 de noviembre pasado, el mismo día de las elecciones regionales en Venezuela.
El pueblo chileno sorprendió a la comunidad internacional, cuando observamos que, en el primer lugar, con veintiocho por ciento de los sufragios, quedó el candidato de ultraderecha José Antonio Katz, seguidor y admirador de Augusto Pinochet, feroz dictador que dejó más de 3.200 muertos y desaparecidos (15).
Mientras que, en segundo lugar, con el veintiséis por ciento de los votos, quedó Gabriel Boric, candidato de la coalición Apruebo Dignidad.
El joven Gabriel Boric, con apenas 35 años de edad, formó parte del Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre 2019 que selló el camino para la elaboración de una nueva Constitución y que hoy está en manos de la Convención Constitucional.
Como este tema es tan largo, interesante y de actualidad, me permitiré hacer algo que no acostumbro: escribir una segunda parte que publicaré sucesivamente.
Para intentar seguir reflexionando sobre las inmediatas elecciones presidenciales en Chile. Este resumen fue apenas un repaso de la historia reciente en Chile para una mejor comprensión de lo que acontece, para nosotros aprendiendo de otros países de la Patria Grande, y para los amables lectores que me siguen.
Postdata: Agradezco a todos mis compañeros del grupo baké biké (que significa estudio y reflexión), particularmente a Luis nuestro compañero chileno, por la investigación realizada y utilizada en este texto.
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https://www.ex-ante.cl/ni-treinta-pesos-ni-treinta-anos-por-camilo-feres/
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https://www.vtv.gob.ve/fuerte-represion-chileno-oasis-sebastian-pinera/
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https://www.cnnchile.com/pais/pinera-america-latina-chile-oasis_20191008/
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Orlando Letelier, Socialismo Chileno, 1976.
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https://movin.laoms.org/2019/11/12/30-anios-fin-del-espejismo-chileno/
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Presidente Piñera realiza discurso ante la Asamblea General ...https://prensa.presidencia.cl › discurso
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https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210325-venezuela-dice-que-inform%C3%B3-a-la-ops-negativa-a-recibir-vacuna-astrazeneca
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https://revistaideele.com/ideele/content/la-crisis-social-y-pol%C3%ADtica-en-chile-%E2%80%9Cno-son-treinta-pesos-son-treinta-a%C3%B1os%E2%80%9D
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https://www.telesurtv.net/news/chile-mujer-mapuche-presidira-mesa-convencion-constitucional-20210704-0017.html