Una mirada al futuro desde la Venezuela Bolivariana

Lunes, 27/12/2021 12:31 AM

El mundo Tierra, como lo conocemos en el presente, está evolucionando –aceleradamente- hacia algo totalmente distinto de lo que hasta ahora hemos conocido como sistema mundo. Estados Unidos, se constituyó en el gran hegemón y ahora realiza maniobras para evitar su declive imperial, ceder su espacio como factor determinante de la vida en el planeta. Joseph Biden, viejo burócrata formado en la disciplina imperial, que le debe todo lo que es, al Complejo Financiero-Mediático-Industrial y Tecnológico, alias Pentágono, cumple –fielmente- todas las directrices que desde ese centro de poder mundial, les son dictadas en función de no ceder un ápice de la posición de gran hegemón que aún mantienen en la actualidad. No obstante, China le está desplazando de su liderazgo tecnológico, económico y en un futuro nada lejano, de su liderazgo militar que, en conjunción con Rusia e Irán, pasarán a cumplir la función de grandes potencias militares del planeta, garantes de la paz mundial. Ello, derivará en la obsolescencia de la OTAN, AUKUS o cualquier otra organización de carácter militarista y demás bases militares, creadas por los Estados Unidos para sometimiento de los pueblos y gobiernos del planeta a sus directrices imperiales. El viejo imperio estadounidense, prepara su fin de las manos de Biden y la CIA. Ucrania, piensan que una guerra en esa nación se convertirá en el Vietnam de Rusia, antesala de la caída del gobierno de Vladimir Putin. ¡Sueños no empreñan! Mientras, en la zona Pacífico propician escenarios de guerra marítima y empujan a Taiwán a separarse de la China continental. Un movimiento separatista, que no tiene posibilidades de consolidarse y menos aún, de alzar vuelo pues como lo ha dejado -claramente explícito- Xi Jinping, Taiwán forma parte indivisible de la Gran China y los Estados Unidos, deberán contenerse en su ambición de colocar sus garras en esa región de la potencia emergente. En lo económico, los Estados Unidos han entrado en un período de turbulencias en que la alta inflación, el desempleo y la recesión continua y continuada, serán la antesala de períodos de grandes turbulencias sociales, que marcarán la historia del pueblo estadounidense en los años por venir. El ascenso de las movilizaciones populares en los Estados Unidos, servirá de antesala para el ascenso del fascismo, que será el refugio de su clase dirigente: la oligarquía de los millonarios. El atractivo por presidentes como Donald Trump, subirá tanto como los precios del petróleo en los Estados Unidos, en una etapa en que el fracking ya no será posible porque no queda ya, una sola roca con alguna gota de petróleo posible de extraer, ya todo lo que quedaba se lo chupó. Pero, ¿Qué nos depara los años 3.000?

Hacia mediados del siglo XXI, la deriva totalitaria del régimen de los millonarios, que gobiernan desde hace un siglo -en los Estados Unidos- es una realidad. La esperanza, creada por Donald Trump -en el público estadounidense- de volver a ser, alguna vez, la excepción del planeta: «Make America Great Again», todavía es recordada y anhelada por la población blanca estadounidense, minoritaria. De hecho, la presidencia de Ronald Trump III, pasado el 2050, hizo que los Estados Unidos se encerraran en sí mismos, con un muro de acero que circunda toda la frontera sur con México. No obstante, los opiáceos afganos siguen llegando a dicho territorio, como droga sustituta de la antecesora cocaína que provenía desde Colombia desde las fincas de la familia Uribe Vélez. El discurso racista y cargado de odio, sembrado en los años precedentes, comienza a dar sus frutos en el acoso y violencia desatada por la minoría supremacista blanca contra la población indígena originaria, afrodescendientes, latina y asiática. Su exterminio, comienza a ser una realidad en manos de la policía, que los persigue y encarcela por centenares de miles, privándolos de sus derechos políticos. Por oleadas de cientos de miles, buscan migrar al sur de La Florida intentando ingresar a Cuba. República, que ha establecido rigurosas medidas migratorias para impedir que el virus del odio y el consumismo, pueda contaminar sus ciudadanos y ciudadanas, hoy libres de ese mal. Algunos, son recibidos en Guantánamo, base militar estadounidense desde son deportados a los EEUU para ser encarcelados de por vida. Así de rigurosa, se ha puesto la vida en los Estados Unidos. El acoso permanente a latinos, asiáticos y población afrodescendiente y originaria indígena, han venido creando las condiciones objetivas para que una guerra civil se desate –abiertamente- en territorio estadounidense, tal como lo pronosticara la consultora de la CIA, Bárbara Walter, a finales de 2021. Sus advertencias fueron desatendidas, así como las de los militares que anunciaron en el diario «The Washington Post», sobre una eventual rebelión militar en 2024. No obstante, la élite imperialista gobernante, desatendió esas voces de advertencia y lo pronosticado, se hizo realidad hacia mediados de la década de los treinta, del siglo XXI. En 2032, oficialmente, el gobierno de los Estados Unidos ha anunciado a las Naciones Unidas, que en su territorio se desarrolla una guerra entre diversas facciones de sus poblaciones originarias indígenas, blancas, afrodescendientes, asiáticas y latinas. El terrorismo, ha encontrado en el territorio estadounidense, un espacio propicio para desarrollarse. La prensa occidental, se hace eco de robos en arsenales de armas convencionales de los Estados Unidos. La preocupación de la opinión pública internacional, va creciendo en la medida que la guerra civil estadounidense está dando cuenta que del arsenal de armas no convencionales (nucleares, biológicas y de otro tipo) propiedad del Ejército de los EEUU, se denuncian robos y desapariciones de las mismas. La alerta mundial, ya ha sido anunciada por las grandes potencias Euroasiáticas (China, Rusia e Irán) ante el Consejo de Seguridad, quienes se mantienen en expectativa y monitorean –diariamente- la situación en esa gran nación, devenida en fallida.

WikiLeaks, en 2040, revela al mundo documentos desclasificados mediante los cuales se demuestra que el cambio climático, y toda la campaña informativa que se montó a su alrededor, se debió a una operación de marketing montada por las transnacionales para impulsar a la baja los precios del petróleo e impulsar la venta de los vehículos eléctricos, más costosos y contaminantes que los movidos por gasolina. HAARP (Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia), dejó de ser un proyecto para convertirse en un arma climática, que fue utilizada –intensivamente- por el gobierno de los Estados Unidos para revertir la opinión pública internacional a favor de los intereses de las trasnacionales, mediante la generación de sequías, grandes inundaciones, huracanes y terremotos: «El HAARP podría contribuir al cambio climático mediante el bombardeo intensivo a la atmósfera con rayos de alta frecuencia…». Ya para entonces, son pocas las naciones que aún mantienen reservas de hidrocarburos en su territorio, apenas Venezuela, Irán, Irak, Rusia y México, cuentan con reservas para algunos pocos años más. Hacia finales de siglo XXI, el planeta Tierra presenta las llamadas zonas oscuras. Se trata de territorios antes ocupados por naciones relevantes del planeta, que hoy están devastadas, solo muerte y destrucción es lo que queda de aquellos pujantes y vigorosos territorios del planeta. Se ubican éstos al norte de la América, EEUU y Canadá. Al este, atravesando el Atlántico, territorios antes ocupados por lo que se conoció como Inglaterra, Francia, Alemania y España, que siguiendo las órdenes de Washington, arremetieron –ferozmente- contra Rusia, fueron barridos por las poderosas armas y mejor Ejército de esa gran nación que, en su defensa, no le quedó otra opción sino emplearlas en la protección de su pueblo, viéndose obligado a barrer con naciones cargadas de rusofobia, mucho odio, terminando convertidas en nuevas zonas oscuras del planeta. Sin vida y sus antiguas poblaciones, errantes y vagando por el mundo, en busca de un refugio seguro en África.

En la América, ha emergido como gran potencia planetaria, la zona del Alba-TCP. Las reservas de hidrocarburos de Venezuela, aún activas y en producción, y el gas boliviano, se convirtieron en las fuentes fundamentales de energía para sustentar todo el desarrollo de esa porción de la América y el Caribe, que no sucumbieron a la hecatombe de la guerra de rapiña, que caracterizó la historia de la humanidad en los años precedentes. Porciones territoriales, que se mantuvieron firmes, una vez que el norte del continente americano sucumbiera ante la prolongación de la guerra de exterminio, que se generó al norte de la cúpula de acero que separó al norte continental del sur, construido en tiempos de la Administración de Trump Jr. III. A mediados del siglo XXII, año 3050, la paz ha reinado por más de medio siglo en el planeta, y para que ello fuera posible, ha tenido que ocurrir toda esa catástrofe mundial…

Caracas, 26-12-2021

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