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La polémica entre Presidente y Ex presidente, al parecer es la punta de iceberg, de una crisis de fondo, que aflora cada vez que hay elecciones cuestionadas y sobre la cual Jimmy Carter, advierte sobre más confrontación y quiebre de la Democracia, en la forma que ellos la entienden y practican.
Estamos ya en el 2022 y de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos ya distantes, pero las secuelas del “transparente” proceso electoral que los estadounidenses pretenden exportar al mundo como ejemplo de pulcritud electoral, ha traído secuelas donde los contendientes en el contrapunteo, no han ahorrado epítetos para calificarse mutuamente, y lo más interesante es que ambos parecen tener razón.
Antes de iniciarse el proceso formalmente, ya Trump (El Diablo), había cantado Fraude, acusando a Bien (Florentino), de intentar sumarse votos ilegales. Los votos ilegales, de acuerdo al argumento trumpiano, se referían a los enviados por Correo, modalidad utilizada en ese país sobre la cual no existe ningún control.
Ripostó, inmediatamente Biden (El Diablo); fíjense que indistintamente se les puede calificar a ambos de satanes, sin ánimos de equivocarse, y en versos de la estrofa caracterizó las declaraciones de Trump (Florentino) de indignantes y sin precedentes. Como En un ambiente, típico de contrapunteos callejeros, había tensión por el desafío y los concurrentes, atizaban para que los copleros afilaran sus dardos envenenados y subieran de tono sus versos.
A pesar de estos primeros pescueceos, como gallos en gallera, las elecciones se realizaron bajo un estado de tensión y suspenso, digno de las películas de Alfred Hitchcock.
Con una herida en el ala, ante los primeros sondeos, Tremp (El Diablo), volvió a descalificar el conteo de votos y sin que le quedara nada por dentro espetó: “Si cuentan los votos legales gano fácilmente”; “Si cuentan los votos ilegales nos robaran las elecciones” e inmediatamente Bien (Florentino), al pie del cuatro y las maracas, calificó: “como increíblemente irresponsables, las afirmaciones de su contrincante”. Nada dijo sobre el tema de fondo, que implicaban las estrofas de Tremp, pero en la concurrencia, animada por el tono que tomaban las versaciones, quedó sobre el tapete y en forma diáfana, de que se trataba: la corrupción del sistema electoral de los Estados Unidos.
Como suele suceder en algunos contrapunteos, cuando los ánimos se encrespan y las ofensas suben de tono, volaron por los aires las maracas y el cuatro fue descuartizado en la cabeza de uno de los contrincantes, mientras la concurrencia se guarecía donde mejor pudiera para evitar un botellazo de borracho en la cabeza.
Fue así como Tremp (Florentino y Diablo al mismo tiempo), movilizó a sus colectivos, que ellos llaman huestes y disfrazados de águilas y búfalos, tomaron el Templo, mejor dicho el Capitolio, lo que constituía en la historia de los Estados Unidos a juicio de los demócratas una verdadera acción pagana.
Vinieron las acciones legales, que en los Estados Unidos, pueden durar años hasta que se archivan, olvidan , de mutuo acuerdo se paralizan o llegan Decisiones de la Corte, verdaderamente milagrosas, para solventar las asperezas y todo parecía que volvía a la normalidad.
De repente cuanto todo parecía estar en calma, en el primer aniversario del nuevo Asalto al Capitolio, hecho que no se sucedía desde 1814 cuando fue quemada e incendiada por soldados británicos; Bien (Diablo y Florentino al mismo tiempo), acusó en discurso a Tremp de la toma de ese icono norteamericano, como intento para impedir su llegada a la presidencia y de difundir informaciones falsas e irregularidades sobre el proceso electoral en ese país.
Este contrapunteo estamos seguros, por los vientos que soplan, continuará, así como continuaran las graves anomalías del sistema electoral en los Estados Unidos, que no serán subsanadas, porque allí la dictadura Demócrata Republicana, que ha impedido por la fuerza y el chantaje el surgimiento de cualquier otra alternativa política, seguirán cruzándose palabras, pero manteniendo un estatus que se basa en su política interventora a otras naciones ,en la fabricación y venta de armas, su mayor sustento y con el mismo sistema electoral que les permite trampearse y alternarse, al margen de la voluntad popular. Sin embargo, el Ex presidente Jimmy Carter, ve este contrapunteo desde una óptica distinta, como una polarización tóxica que amenaza a la Democracia y otros analistas, alertan a que puede desencadenar en una Guerra Civil. Amanecerá y veremos..