Ucrania vive en conflicto armado latente desde la anexión de la península de Crimea por la Federación Rusa y los enfrentamientos armados en la región de Donbáss. Una disputa que ha provocado miles de muertos, desplazamientos de población y un buen número de personas refugiadas.
En pleno proceso de sustitución del petróleo, la mezcla del lugar del gas ruso y su suministro, los intereses imperiales de los EEUU y de la propia Rusia, así como los de Alemania, Gran Bretaña, Francia y el resto de Estados de la Unión Europea o la OTAN organizan una ensalada en la que, precisamente, el supuesto "ingrediente principal" desaparece. Porque las grandes ausentes son la opinión y capacidad del pueblo de Ucrania para decidir de manera soberana su futuro y sus relaciones con el resto de la comunidad internacional. A día de hoy, sabemos lo que dicen las potencias imperialistas y sus aliados en cada bando, pero lo que opinan los ucranianos, no.
Todos hablan de Paz desde Washington a Moscú y a la vez todos suman tropas en un oxímoron que garantiza cualquier cosa menos la paz y el respeto a los derechos y soberanía de los pueblos.
Nos sumamos al manifiesto por la paz suscrito por Podemos, IU, En Comú Podem, Alianza Verde, EH Bildu, BNG, Compromís, Más País, Verdes Equo y CUP. Representa un paso importante que dos de los tres partidos que forman el gobierno de coalición progresista se separen y no incorporen su apoyo a la política militarista que marca la OTAN y que defienden Sánchez o Casado con el beneplácito de Vox y C’s.
En junio habrá cumbre de la OTAN en el reino de España. El relanzamiento de la política exterior, aquello de lo que se hace bandera en el orbe internacional, no supone tener la mejor sanidad o ser puntero en las energías limpias; tampoco ser el primero en igualdad o en garantizar una vivienda. Cuando esta semana pone su alma gorila a pasear, José Manuel Albares, ministro de Exteriores del reino, saca pecho del envío de más tropas españolas (fragata al mar Negro y aviones a Bulgaria) a una zona de posible conflicto. Es decir, músculo militar, bota de opresión y muerte en vez de palabra, diálogo o paz.
La movilización y la lucha constituyen el mejor medio para evitarla. Si continúan por el camino de la escalada militar que sepan que ya tienen a muchos enfrente. Ni un soldado, ni un barco, ni un avión, ni un euro para la guerra.