Cuando vamos más allá de las elecciones que, para algunos es una satisfacción inmediata, nos encontramos con una sociedad abierta sin ningún objetivo y, cuyos representantes públicos recién elegidos más bien reflejan un problema en sí mismo. Sin duda, estamos reflejados en una sociedad orgánica, donde los ciudadanos estamos expuestos a un constante peligro ético por quienes dicen ser servidores públicos.
La justicia tiene que asentarse, porque los jueces deben entender que nos encontramos en una sociedad globalizada y, en verdad requerimos es una sociedad del conocimiento que modifique entre otras cosas, el modelo de poder que internalizan los sujetos y, que constituyen su subjetividad. Los jueces deben simplificarse en sus tareas. Cristina Fernández, (Vd.) de Kirchner, en el discurso dado en la toma de posesión de Xiomara Castro de Zelaya fue muy puntual en cuanto al perfil de los abogados que se alinean al poder oscuro que encierran las facciones políticas, porque dejaron de ser partidos con estatutos y soberanías propias.
Así que, cuando hay una lista de candidatos para ejercer funciones públicas se debe habilitar a la comunidad y escucharla en un treinta, (30%) por ciento, lo demás es para la central de las organizaciones políticas y el espectro de su perfil acorde con su área de conocimiento.
Aquí se está eligiendo personeros sin aval político y menos ideológico, solo responde a simpatías personales y aparece el duopolio gobierno federal y Corte Suprema de Justicia, obviando que el Consejo Nacional Electoral tiene autonomía y sus propios postulados para ejercer sus controles ante la sociedad pluralista venezolana.
Ante los hechos y actos de la evidencia, entramos a una batalla ideológica y guerrerista, lo que se concibe como hibrida. Es la única manera de darle viabilidad al socialismo y, que el imperativo socialista asuma como tal, el momento político de la región. Son extremos del realismo, donde se debe concluir la esencia de las cosas y descifrar, cuáles son las bases de nuestra democracia.
El referente comunista ha desaparecido en Venezuela. Hay un choque de cultura y de civilizaciones, el Occidente y el Oriente que, se encuentra representado en Venezuela por los rusos e iraníes. Lo cierto, es que hay una inspiración en el pasado, donde la mejor expresión es el conservadurismo. Inspirarse en lo político debe ser un presente e, ir al reformismo con conciencia de clase. "Es apenas una rebeldía, porque debemos apelar al futuro. "Así lo dijo en una oportunidad el profesor de la Universidad Complutense, Juan Carlos Monedero.
No podemos permitir la estigmatización de los preceptos. Pero en nuestro continente, las fuerzas militares no expresan nada. Más allá del alcance de una señal representan una debilidad y, aquí en la región del Continente Sur, hay un despliegue de intereses en sabotear los procesos de paz, porque, a varias altas jerarcas no les interesa los nexos o tener tratos con ninguna administración exterior, ya que, muchos representantes de las alcaldías y gobernaciones tienen nexos con fuerzas oscuras que caminan por una suma importante de dinero, las rutas que le son favorables a, los que están fuera de ley.
El Consejo Nacional Electoral, (CNE), no puede hablar de democracia sincrética y responde a intereses exteriores del país. Eso está demostrado por la experiencia de las multinacionales en la absorción del consumo comercial, cultural y del conocimiento. Y la posición política y social de la alcaldesa del Municipio Semprún y de dos miembros del cuerpo legislativo del Estado Zulia debe llevarnos a una reflexión crítica y, es el momento que el Psuv se democratice. Es necesario colocar el debate en el escenario público y evitar la cultura zapping en su estructura partidista.
Simplemente, el Psuv no es un formato y debemos pensar en la militancia, aquí queda claro que la cultura cívico- militar ha fracasado por carencia de doctrinas disciplinarías y, no es cuestión presidencial, es de nosotros mismos que guardamos silencio ante algunas realidades.,
Aquí, buscan reprimir el malestar social, más no de aquellos que dañan con sus negocios al pueblo bolivariano de Venezuela.
Hay que hacer una ley fuerte para sancionar a los funcionarios públicos que se dediquen a fumigar los barrios de drogas y darle cargos de dirección política.
El sujeto humano es un ausente, como Dios está más allá de la condittio humana. Venezuela y América Latina es una región mítica y fundamentalmente militarista. De modo que déjense de ligar algunas asambleas cristianas con el vandalismo que practican, me refiero al Psuv. Entonces, ese marco mítico fundamental es de dominación e inversión y algunos le llaman el apocalipsis de la nueva tierra.
Es un horizonte mítico que se convierte en contingencia entre la tierra y la muerte, donde las elecciones fundamentales no se dieron en el voto del pueblo. Es entre camionetas blindadas, Toyotas, pepsicola o Coca-Cola. Es decir, una crisis de convivencia, que se encuentra subvirtiendo todas nuestras relaciones sociales y que en sus consecuencias nos hace imposible enfrentar la misma sobrevivencia política, son unos desconocidos en el campo político, a todos se les desconoce ese nivel, simplemente tienen emprendimientos.
Hay que tomar en serio el etsi deus non daretur del escolástico Alberto El Grande del siglo XII.
La pregunta es, ¿Desde el Psuv se ha proyectado un monstruo con un simple bla- bla? O lo que estamos observando es algo real.
Estoy hablando del socialismo histórico. Nunca he hablado mal del presidente Maduro, solo cuestiono la posición del partido al mal entender el sentimiento del pueblo. Preguntas como, ¿Conocen a estos jóvenes?, ¿Cuantos desnutridos hay en la comunidad? No habrá respuestas nunca. Los jefes de calle son tan delictivos como la alcaldesa. Les falta condición humana, jamás han sido revolucionarios, menos socialistas. Eso está claro.
El CNE, carece de direccionalidad y jerarquía, sus directores no hacen respetar su esencia.
Evidentemente, necesitamos de sujetos con convicciones y sepan controlar el poder del Imperio, necesitamos una reflexión trascendental Necesitamos a Putin o a Trump.