Por la libre autodeterminación de Ucrania, pero también de las repúblicas de Luhansk y Donetsk

Ni OTAN, Ni Putin, Ni Biden. No a la Guerra

Domingo, 27/02/2022 02:00 PM

Polo Ciudadano

Ni OTAN, Ni Putin, Ni Biden. NO A LA GUERRA.

Por la libre autodeterminación de Ucrania, pero también de las repúblicas de Luhansk y Donetsk.

La invasión rusa contra Ucrania, con su secuela de muertes y amenazas a la paz mundial, es responsabilidad del gobierno de Putin, pero también y principalmente del presidente Biden de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, incluyendo al gobierno ucraniano presidido por Zelensky. En esto no cabe la simpleza de un lado bueno y otro malo.

Esta guerra es responsabilidad de Biden y del gobierno norteamericano, así como sus aliados títeres europeos de la OTAN, porque sostienen una agresiva política de expansión hacia el este buscando el cerco y la aniquilación de Rusia en el ámbito político, militar y económico, con lo cual han provocado la respuesta rusa en el plano militar. Es público que el gobierno de Estados Unidos intenta sostener su hegemonía imperialista a toda costa tratando a someter a los países que ve como potenciales competidores, China y Rusia. Ante el caso particular de Ucrania, el gobierno ruso solicitó garantías para la no expansión de la alianza militar (OTAN) norteamericana hacia sus fronteras, y la respuesta fue tajantemente negativa.

Esta guerra es responsabilidad de Putin y el gobierno ruso, porque ha violado la soberanía de Ucrania con un ataque militar masivo cuyo objetivo claro es someter a ese país como parte del área de influencia rusa con pretensiones imperialistas. Si bien, algunos de los argumentos de Putin pueden estar justificados, como la actitud del gobierno ucraniano contra los rusos del Donbas, su afirmación de que Ucrania es un país artificial creado por los rusos es una falacia histórica en el peor tono del nacionalismo opresor gran ruso.

Esta guerra es responsabilidad del gobierno ultraderechista de Ucrania, encabezado por Zelensky, porque desde el sangriento golpe de estado de 2014, no sólo ha pretendido afiliarse a la OTAN, con lo cual se posicionó como una amenaza concreta contra Rusia, sino que además desarrolla en ese país una política de persecución y crímenes contra los ucranianos de cultura rusa, en particular contra las provincias de Luhansk y Donetsk que han sido víctimas de una cruel guerra de exterminio por bandas neonazis y el ejército ucraniano.

Ucrania tiene derecho como estado nacional a que se respete su soberanía, aunque no nos guste su gobierno, pero cambiarlo es algo que debe decidir el pueblo ucraniano, no una invasión extranjera. Algo similar a lo que pasó en Panamá en 1989, el pueblo panameño no apoyaba al régimen del general Noriega, pero eso no le daba derecho a Estados Unidos de invadirnos como lo hizo, con la falsa excusa de "sacar al dictador".

Las repúblicas de Luhansk y Donetsk tienen derecho a que se reconozca su libertad, autodeterminación e independencia, si así lo deciden sus pueblos al verse perseguidos por los fascistas que gobiernan Ucrania, aunque estuvieran adscritos a este país desde su creación a inicios del siglo XX. Es el mismo principio que se aplica al país Vasco o a Cataluña en España si sus pueblo deciden democráticamente tomar el camino de la independencia.

La clase trabajadora del mundo y sus organizaciones deben combatir los intereses imperialistas de ambos bandos de esta guerra, sin caer en la trampa de falsas campañas propagandistas que pretenden presentar a la OTAN como "democrática" y "preocupada por la soberanía ucraniana"; como tampoco la ilusión de confundir a Putin con Lenin ni a la actual Rusia capitalista con la URSS.

Conviene tener presente que el corazón, el cerebro y los músculos del sistema imperialista mundial reside en Washington sin ninguna duda, que es quien impone la guerra, el hambre y los planes de expolio económico al conjunto de la humanidad. En ese sentido, Rusia es una potencia de segunda categoría y en decadencia, a la que Estados Unidos desea convertir en semi colonia.

Un repaso rápido a la historia reciente prueba que al gobierno de Estados Unidos, y a los títeres europeos de la OTAN, la soberanía y autodeterminación de los pueblos les importa un pito: Panamá, Libia, Siria, Yugoslavia, Vietnam, República Dominicana, Congo, Angola, etc., etc.

Que Putin no es Lenin, lo dijo el propio presidente ruso, que criticó en un discurso (22/2/2022) al gran líder comunista porque al crear la Unión Soviética partió del principio de la autodeterminación de los pueblos, lo cual se aplicó a la creación de la República Soviética de Ucrania. Putin hace todo lo contrario a Lenin. Él se imagina así mismo como el zar "Pedro el Grande" creando la Rusia imperial, no como Lenin creando la URSS.

La clase trabajadora y sus organizaciones debemos guiarnos por los principios con los que Marx y Engels, entre muchos, crearon el movimiento socialista en el siglo XIX, y que fueron defendidos por un puñado de internacionalistas cuando la socialdemocracia los traicionó al inicio de la Primera Guerra Mundial: la clase trabajadora no tiene "patria"; su enemigo son las burguesías nacionales que les explotan; entre los explotados solo cabe la solidaridad y el internacionalismo.

Pero también a los principios forjados por Lenin al crear la Unión Soviética, en que señaló que existen dos tipos de naciones, las oprimidas y las opresoras; y que por principio nos oponemos a las segundas y apoyamos la lucha por la autodeterminación de las primeras. Principios que aplicó la URSS en la aceptación de la independencia de Finlandia, y la autonomía de las repúblicas soviéticas, entre ellas, Ucrania. Principios que hoy también pueden aplicarse a las repúblicas del Donbas, que han expresado en más de un referéndum su deseo de independencia.

Panamá, 27 de febrero de 2022.

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