La guerra en Ucrania cambia la geopolítica mundial

Miércoles, 02/03/2022 12:53 PM

La Historia en el continente de Europa se ha sustentado en praxis políticas de "amor y odio". Nada extraña que Gran Bretaña y Rusia, desde tiempos pretéritos y a pesar de lazos familiares, no actuales, practiquen con vehemencia esa realidad de "amor y odio". En esa misma línea nos encontramos con aquel sector social ruso que añora el ser reconocido por ese dolor de cabeza que se ha expresado desde la zarina en lo que significan "los Campos Elíseos", en París. En esa praxis de "amor y odio", históricamente, se han manifestado motivándose Napoleón y Hitler, por diferentes razones geopolíticas. Añorar el control y el dominio de Rusia han sido, en la modernidad, las aspiradas aspiraciones de las capitales europeas exceptuando aquella ocupación de los suecos hasta que apareció Iván, el Terrible. Cabrían preguntarnos dos inquietudes: porqué Napoleón y Hitler añoraron controlar a Moscú. El primero, posiblemente, por lo que significaba "el Poder" frente a Londres y Viena; mientras que el judío-austriaco, por "lo mismo" y el petróleo del Caspio. La Historia, camaritas.

Henry Kissinger aún no se ha manifestado con su tesis de la "Real Politik" para los escenarios en curso en tierras ucranianas porque lo que está en juego es el sistema y quizás porque Washington y Londres sustenten sus quehaceres geopolíticos en las tesis de Isaiah Berlin. Es de toda lógica cuando la trayectoria legislativa del camarada proto-socialdemócrata-católico, Joe Biden, como del cínico conservador neoyorquino, Boris Jhonson, aun cuando no hayan leído el exquisito análisis que realizara el intelectual nacido en Riga, Letonia, Isaiah Berlin, bajo el título: "los rusos". Así es la alienación cuando de comunismo se trata.

Todos estaremos de acuerdo cuando consideramos a la OTAN como el "brazo armado" del Imperialismo. Sobre esa sustentación conceptual es de toda lógica que, por ahora, solo se dediquen a ser el "Amazon de armas" con destino a Ucrania aun cuando su utilización por tropas y batallones nazi-fascista, probablemente, no traspasen las puertas del "warehouse" (depósito). O, quizás, se estén acumulando para cuando las tropas de la OTAN traspasen las fronteras ucranianas tal como ya ha amenazado la señora canciller británica que oye pero no escucha como dijera Serguéi Lavrov. El problema ya traspasó fronteras.

La guerra en curso, a pesar de la sincera y sentida angustia de Su Santidad Francisco como la alegría de Pietro Parolín, "el Canciller", muestra una profunda y muy seria enseñanza para políticos, militares, expertos y analistas en geopolítica mundial. Es, al tiempo, un escenario muy digno de atención y estudio para diferentes países cuales son fundamentales para la supervivencia del Poder norteamericano por lo que deberían "mirarse en ese espejo" ante la brutalidad del accionar de las derechas mundiales cuando se sienten amenazadas debido a la paulatina pérdida de sus poderes, beneficios y prebendas; cuando se sienten desplazadas del significado de la centralidad del Poder global; cuando comienzan a sentir las derrotas y las pérdidas de las mieses significadas en el ¡%; cuando comienzan a conocer el significado del concepto geopolítico de "Decadencia a la romana"; cuando los vasallos, en concepto estadounidense de "socios y aliados", son los "siervos de leva" quienes son supremamente necesarios para poder mantener la supervivencia del "Edén terrenal" como se autocalifican los yanquis. En definitiva, es la supervivencia del sistema capitalista. Vayamos por partes.

China y Taiwan. Ha corrido un decir desde Taibei, Taiwan, de comparar su realidad actual con la realidad en guerra en curso en Ucrania. Tal discurso es de toda lógica en cuanto se sustenta, ese su discurso político y geopolítico, en la base ideológico-bábariana-germana del actual partido de gobierno, Partido Progresista Democrático, en la isla china de Taiwan. Para ello el gobierno de la señora Tsai Ing-wen se respalda totalmente en la ayuda militar norteamericana, como también en su alienación colonial al sentir imperial del Japón, así como en sus bases ideo-religiosas. Al tiempo Beijing debe estar repensando sobre los posibles y probables efectos que se están observando en Ucrania en cuanto a la decisión final referida a la "isla rebelde" de Taiwan. En ese orden de ideas resulta curioso la muy reciente declaración desde Beijing sobre la amistad histórica, tradicional y realista con la denominada en occidente como "Corea del Norte" (República Popular Democrática de Corea).

Venezuela y los Estados Unidos de Norteamérica. Es muy posible como lógico de entender que izquierdas y derechas observen los escenarios europeos "empantufladas y achincorradas". Tamaña equivocación ante tal realidad porque Nico no lo compra. Hay demasiados escenarios objetivos para "no caer en la trampa". La realidad TransAtlántica es una situación geopolítica en decadencia tanto por su inmovilidad histórica desde la caída del muro de Berlín como por la propia decadencia del sistema capitalista. Su resurgimiento, mejor, su resurrección, en estos tiempos de Pascua, son una oportunidad necesaria para el imperio norteamericano aun a costa de las muertes que se pudieran suceder cuando Washington sustenta su propia supervivencia a futuro en "su patio trasero". Es decir, las realidades geo-económicas que se encuentran, para sus beneficios, al sur del río Bravo como también al sur de la península de la Florida le dan un poder inigualable a dicho imperio norteamericano que van desde la mano de obra barata hasta la propia y significada realidad geopolítica continental frente a sus dos contradicciones fundamentales: Rusia y China. En ese orden, para Washington, es de vital importancia geoestratégica el "control de Venezuela" que es la "puerta de entrada y salida" del continente meridional americano como la fachada sobre El Caribe compartida con la región meridional de los EEUU de Norteamérica.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.

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