Ucrania libre - No a la guerra - Fuera las tropas rusas
La invasión de Ucrania por el ejército ruso es un ataque a la integridad territorial y un salto adelante en la inestabilidad política y económica mundial. Putin pretendía una conquista rápida y triunfal, pero se ha encontrado con mucha más resistencia de la que esperaba y, sobre todo, un futuro más que incierto en su intento de reconquistar y mantener la opresión sobre el país.
Ucrania es rica en tierras, cereales y minerales y básica para la red de oleoductos y gasoductos. Su control y explotación es lo que fundamenta la intervención militar de Putin. La guerra iniciada por Rusia, siguiendo la estela de la tradición imperial zarista, extenderá miseria entre las poblaciones trabajadoras. La guerra en el seno de Europa, de alcance impredecible por la globalización, agrava la crisis económica y las nefastas consecuencias de la pandemia de la Covid.
Putin es el responsable, pero tampoco son inocentes quienes desde la OTAN y la Unión Europea llevan años desarrollando una política de militarización en la zona y de amenaza de la seguridad de otras naciones. Porque también tienen puestos sus ojos e intereses económicos en Ucrania. ¡Rechazamos la amenaza y extensión de la OTAN!
La desmilitarización y desnazificación de Ucrania que clama Putin es demagogia propagandística. Su proclama de que "Ucrania no es una nación diferenciada de Rusia" entronca con la historia autocrática imperial de los zares. El ataque del sátrapa ruso contra la doctrina de Lenin sobre el derecho de autodeterminación, a la fraternidad y la convivencia entre los pueblos, va destinado a borrar de la memoria colectiva el legado revolucionario soviético irreductible en la defensa de los derechos de los pueblos, de la integridad de Ucrania, de la unión libre sobre la base trabajadora y del derecho a la autodeterminación.
El movimiento nacional ucraniano surgió a finales del siglo XIX en reacción a la opresión nacional y social del zarismo. En palabras de un alto dignatario zarista de la época, surgió “llevando las palabras del poeta nacional ucraniano Schevchenko en un bolsillo y las de Karl Marx en el otro”. En los grandes acontecimientos tras el final de Primera Guerra Mundial, la revolución también triunfó en Ucrania y en 1919 se proclamó estado independiente. En 1922, fue uno de los países que constituyó la URSS. ¡Que nadie se engañe! El pueblo ucraniano tiene su historia y derecho a defenderse y ser libre e independiente. En 1991, tras el hundimiento de la URSS, volvió a declararse estado independiente.
Para la tradición marxista, democrática y revolucionaria, el derecho de los pueblos a la autodeterminación es una exigencia imprescindible para su emancipación, y también para lograr la unidad entre las clases trabajadores, sea cual sea su ascendencia nacional. “Un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre”.
La incapacidad de Europa para unirse, soberana y democráticamente, de oeste a este, facilita las imposiciones y liderazgo de EEUU. La complicidad y supeditación europea a la estrategia comercial y militarista estadounidense con la OTAN aboca a crisis y guerra. Los derechos de los pueblos, la diplomacia y las condiciones de las vidas trabajadoras son golpeadas en cada movimiento de las bolsas y de las políticas neoliberales privatizadoras de los Estados. Alertamos de que el gobierno español no debe formar parte de la escalada militar, que en ningún caso favorece los derechos de los pueblos ni de las clases trabajadoras.
Animamos a la más amplia y unitaria movilización de solidaridad: contra la invasión de Ucrania, NO a la OTAN, por una Ucrania libre y soberana, derecho de autodeterminación por sus pueblos, por la paz y NO a la guerra. Por todo el mundo se están desarrollando acciones de protesta. Especialmente importante por su significado es la valentía de los militantes rusos que han salido a la calle en protesta contra su gobierno. También la posición del Congreso de los sindicatos democráticos de Bielorrusia (cuyo gobierno es un fiel aliado de Putin). “Ninguna nación -dicen- del mundo desea una guerra. Los pueblos ruso, ucraniano y bielorruso no son una excepción. […] En este período difícil y fatídico, declaramos que nuestros espíritus y corazones están con vosotros, queridos ucranianos. Deseamos que resistáis y venzáis”.
Llamamos a participar en todas las movilizaciones por la paz. La guerra siempre es expresión de opresión y de la competencia interimperialista. A través de la historia, el movimiento obrero y socialista se movilizó contra la guerra como una expresión de la lucha contra los opresores y contra quienes quieren enfrentar a unos pueblos contra otros. La paz y la seguridad colectiva tendrá que construirse derrotando a los opresores mediante la solidaridad internacional entre las clases trabajadoras y los pueblos.
Sus guerras son nuestras muertes.