Diálogo de conversos (2016) de Roberto Ampuero y Mauricio Rojas es una conversación entre antiguos militantes de la izquierda en Chile que con el paso del tiempo entendieron que el marxismo es una utopía, un sueño que siempre se convierte en pesadilla, y nada más, según sus apreciaciones. Hablan de los errores cometidos por Salvador Allende que en realidad no fueron tales: eran las pruebas irrefutables de la inviabilidad del marxismo en la vida real.
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Allende era marxista y masón, una contradicción tremenda e insoluble por el lado que se le mire. El marxismo es una filosofía atea.
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Con Allende éramos campeones para ser solidarios con los recursos de otros.
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El partido (MIR) realizó una serie de acciones armadas con asaltos a banco y expropiaciones. Esto es clave recordarlo ,porque hoy se mistifica a estos supuestos "luchadores por la democracia" y hasta se los pinta como inocentes palomas.
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Marx analizó a fondo la economía capitalista del siglo XIX; pero nunca abordo la economía del estado socialista, que promovía como panacea.
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En el socialismo los salarios , además de ser magros, no te sirven de mucho en razón del desabastecimiento. "Ellos simulan que nos pagan y nosotros simulamos que trabajamos".
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Nosotros terminamos creando el monstruo que luego nos devoraría. Nosotros estuvimos en la primera línea en la obra de la destrucción de la democracia chilena y luego vinieron los tanques y los generales para concluir , de manera bárbara, lo que nosotros habíamos iniciado.
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Si en algo nos especializamos fue en destruir, de hecho y de palabra, la república democrática de Chile. Recordamos las consignas: "Expropiar, fusil, paredón". "Expropiar, expropiar es mandato popular".
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Vivimos y nutrimos la crispación, la división, la polarización, el hostigamiento de las bases de nuestra república.
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No hay nadie más reaccionario que los intelectuales marxista latinoamericanos., porque nunca piden disculpas y nunca admiten que se han equivocado. (Octavio Paz).
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Marx jamás pudo imaginar el potencial económico ,tecnológico y democrático que encerraba el capitalismo., el mercado, la libertad.
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La ruptura y desencanto con el socialismo emana de su realidad diaria: los mercados desabastecidos, las colas ante las tiendas y el monopolio informativo. Esa es la triste y deprimente realidad cotidiana del ser humano que habita el socialismo.
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Quien no ha vivido en el socialismo puede defenderlo en forma fanática, el que lo conoce sabe cuánto calza.
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El socialismo puede echar el mercado por la puerta, pero le entra de vuelta por la ventana del mercado negro.
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Siempre habrá admiradores abstractos del socialismo abstracto, los que no tienen idea del socialismo real. Debatir con ellos es inútil.
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La gran propuesta del comunismo moderno es la instauración de un paraíso terrenal que, en todo sentido, rescata la promesa esencial de toda la tradición judea cristiana acerca de un reino celestial donde se realiza el sueño de una comunidad absoluta , en la que no existe ni lo tuyo ni lo mío, ni envidia , luchas entre los seres humanos , enfermedad o pobreza.
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El sueño del hombre nuevo se paga inevitablemente con el sufrimiento del hombre realmente existente.
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Los sueños por imponer la sociedad perfecta producen monstruos y pesadillas.
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El socialismo es kafkiano.
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En el socialismo todos son dueños de todo en la teoría, pero en la práctica nadie es dueño de nada.
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En el socialismo se avanza un paso hacia adelante , dos para atrás , pero siempre aplaudiendo. (Heberto Padilla).
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Bertolt Brecht era un comunista muy sabio: se fue a vivir a la Alemania Oriental (socialista), en los años cincuenta, pero con un pasaporte austríaco en el bolsillo y una cuenta bancaria en Austria, donde le pagaban sus obras publicadas en el capitalismo. (Roberto Ampuero).
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Pusimos nuestro granito de arena (los allendistas) para que Chile se desbarrancara por la pendiente del odio y la lucha fratricida .