El pasado jueves 03 de marzo, el Hno. de Clase, Nicolás Maduro, en el marco del 2do. Congreso de la Clase Obrera José «Chino» Khan, anunció el ajuste del Salarió Mínimo Nacional elevándolo hasta Medio Petro o su equivalente en Bolívares, con incidencia en todas las tablas salariales de la Administración Publicación Nacional. Asimismo, el ajuste del Cesta Ticket Socialista y otras medidas reivindicatorias no menos importantes. Habló, Nicolás, de la extensión de dicha medida a los pensionados y pensionadas de la Patria, tal como establece la Constitución Bolivariana de 1999. Solicitó, a sus colaboradores inmediatos, un plan para resarcir a los jubilados y jubiladas de los últimos cinco años de la Administración Pública, que se llevaron una miseria de jubilación; instruyó a la Vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, lo siguiente: «Yo quiero un plan para proteger y resarcir económicamente a todos los jubilados, de los últimos cinco años, a todos los jubilados y jubiladas, un plan especial». No menos importante, fue el anuncio de la creación de un fondo soberano para la estabilización del salario, las pensiones y las jubilaciones de los trabajadores y trabajadoras, para: «inyectar recursos a quien más lo necesita, a los trabajadores, trabajadoras y tener acceso directo como una gigantesca caja de ahorro (…) que sea un banco de los trabajadores de la ciudad, el campo y la pesca, un banco integral». Finalizando su disertación, con algo que se ha convertido en rutinario en sus alocuciones, la orden de actualización de las contrataciones colectivas, dijo: «Vamos aprovechar esta etapa para hacer nuevos modelos de contrato colectivo, que estén acorde a las necesidades que exigen las nuevas realidades». Un acto reivindicatorio de la Clase Obrera, sin dudas, sus justas reivindicaciones y de reconocimiento a su esfuerzo por mantener de pie y relanzar un país, que ha sido sometido a la más brutal guerra imperialista de parte del gobierno de los EEUU y la Unión Europea.
La Palabra es nuestra identidad, su cumplimiento dice mucho de lo que somos y cómo nos relacionamos con los demás. Define, nuestra credibilidad y honradez, estableciendo el grado de confianza que se merece esa persona que se expresa. En el caso particular de un Presidente, esas previsiones adquieren tal grado de notoriedad, que pudieran costarle el cargo al funcionario o funcionaria que se ha tomado el atrevimiento de desvirtuarse a sí mismo, burlando su Palabra, mintiéndole a su pueblo. En acto televisado desde el Poliedro de Caracas, repleto de hermanos y hermanas de la Clase Obrera, escuchamos decir al hermano Nicolás: «Uds. Proponen que se coloque el salario mínimo base de los trabajadores a Medio Petro ¡Aprobado! Estoy de acuerdo… Que eso impacte todas las tablas salariales hacia arriba ¡Aprobado! Medio Petro ¡Meeediooo Petro! Ahora, tenemos el pulmón para aguantar esto ahora, lo tenemos y yo pido que inmediatamente… encargo de esta decisión para en diálogo con la clase obrera, con las mesas de trabajo, en diálogo con todo el sector empresarial, en diálogo con todos los actores sociales como manda la OIT y José Ramón Rivero, en diálogo social y laboral, como manda la Constitución, conversar este tema e implementar estas decisiones que estoy tomando de cara al 2do. Congreso de la Clase Obrera de la Central Obrera y Socialista, encargo a la Vicepresidenta Delcy Rodríguez de todo el proceso de diálogo e implementación de esta decisión en el mes de marzo…» (https://www.youtube.com/watch?v=hRLyj9UjW-o). La felicidad de la Clase Obrera duró poco, en cuestión de horas, la Vicepresidenta anuncia que -la decisión Presidencial- entraría en vigencia «a partir del 15 de marzo» y no como había anunciado el Presidente Maduro: «en el mes de marzo». Ese primer machetazo -a la palabra Presidencial- implicaba reducir en un 50 por ciento las expectativas que se había planteado la Clase Obrera. Luego se publicó, en Gaceta Oficial, el Decreto Presidencial que hacía Ley de la República la Palabra empeñada por el Jefe de Estado. La Gaceta Oficial Nº 6.691, se publica el 15 de marzo de 2022, contentiva del decreto Nº 4.653, mediante el cual se aumenta el Salario Mínimo Mensual, obligatorio, así como el monto de Jubilaciones y Pensiones. Llegó entonces, el segundo machetazo. La palabra Medio Petro desapareció, esto pese a ser el Petro una criptomoneda de curso legal en la República Bolivariana de Venezuela. Algunos burócratas, han justificado dicho desliz sobre la base de que el Petro es una unidad monetaria cambiante, valga decir, puede bajar como crecer. Olvidándose de una previsión legal -estatuida por el Comandante Chávez- en su obra excelsa, definida como: Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), léase: Artículo 80: «Se considerará despido indirecto: b) La reducción del salario». Lo que nos indica, que si el Petro disminuyera su valor nominal; tal situación, no afectaría el valor del Salario Mínimo Nacional pues ese dispositivo de una Ley Orgánica como la LOTTT, obligaría a respetar su valor decretado en Gaceta Oficial que, a todas luces, sería una Ley de rango inferior al de una Ley Orgánica, por lo que privaría el enunciado del Artículo 80 de la LOTTT. El Salario, bajo ningún concepto podría reducirse. Este segundo machetazo, a la Palabra presidencial, refleja el odio que sienten los factores burocratizados contrarrevolucionarios por una criptomoneda soberana como lo es el Petro, idea concebida por el Comandante Hugo Chávez, pero hecha realidad por el Presidente Nicolás Maduro. El objetivo a mediano plazo, establecido por el Hno. de Clase, Nicolás, es llevar el Salario Mínimo Nacional a un valor equivalente -en bolívares- de 1 Petro; por eso, la importancia de dejarlo por escrito en la Gaceta Oficial.
Sobrevino entonces, un tercer machetazo contra la Palabra Presidencial, ésta vez en el cuerpo de los pensionados y pensionadas de la Patria. Si, la Vicepresidenta escuchó: «marzo», como «a partir del 15 de marzo»; en el IVSS, escucharon: «en la mitad de la mitad de marzo». Tal como lo reflejó, la migajita de 30,75 Bs, que fue el monto de la pensión que canceló dicha institución del Estado burgués, altamente burocratizado, a los pensionados y pensionadas de la Patria como pensión de marzo. Era más que obvio, que si la decisión era cancelar el ajuste de las pensiones en la segunda mitad del mes, una quincena equivale a Bs 65, como mitad de Bs 130 que sería el pago mensual de dicha pensión, según el Salario Mínimo Nacional aprobado. El mensaje –enviado, pero no expresado- por los factores contrarrevolucionarios burocratizados, era bien claro: «agarren su miseria, que eso es lo que hay para Ustedes». Tal nivel de indignidad y desprecio por parte de la burocracia del IVSS no lo habíamos visto antes, en estos 21 años de Revolución Bolivariana. Es, tan solo comparable con el trato dado a los pensionados y pensionadas del IVSS, en la cuarta república por Antonio Ledezma, su «ballena y rinoceronte», los cuales eran enviados como respuesta cada vez que éstos y éstas se movilizaban en exigencia del pago de pensiones dignas, acompañadas ambas unidades policiales por agentes de la tenebrosa Policía Metropolitana, armados con peinillas que descargaban sobre el cuerpo de abnegados venezolanos y venezolanas, que dieron lo mejor de sí para el engrandecimiento de esta Patria, y recibían como respuesta el más absoluto desprecio por parte de un Estado burgués en descomposición y putrefacción, como lo está hoy ese sujeto ex gobernador de Caracas, fétido personaje de la extinta cuarta república, hoy reivindicado por los factores contrarrevolucionarios del IVSS.
Una vez que el IVSS ejecutó su razzia contra las pensiones, pareció haberse dado la orden de iniciar operaciones por parte de la jauría contrarrevolucionaria que, con toda su furia y odio, procedió articuladamente en contra de la decisión Presidencial de iniciar el proceso de recuperación de los salarios de la Clase Obrera de la Administración Pública Nacional, trabajadores y trabajadoras en general. Recuérdese, que la guerra económica ocurrida entre los años 2015-2019, fue la modalidad de agresión utilizada por el gobierno imperialista de los EEUU y sus aliados de Fedecámaras, Consecomercio y el Pelucón, alias «Lorenzo Mendoza», contra los ajustes salariales decretados por el Presidente Nicolás Maduro y en procura del logro del objetivo imperialista del cambio de régimen. Objetivos explicitados por el propio Jefe del Comando Sur de los EEUU, Almirante Kurt Kidd, en el conocido texto titulado: «Golpe Maestro», leamos parte del mismo: «Incrementar la inestabilidad interna a niveles críticos, intensificando la descapitalización del país, la fuga de capital extranjero y el deterioro de la moneda nacional, mediante la aplicación de nuevas medidas inflacionarias que incrementen ese deterioro…obstruir las importaciones y al mismo tiempo desmotivar a los posibles inversores foráneos». En aquellos años, los promotores de la guerra económica lograron que los trabajadores y trabajadoras de la Patria odiaran, repudiaran los incrementos salariales pues cada vez que se aprobaban, sobrevenía una despiadada devaluación de la moneda nacional, pulverizando sus salarios. Acciones todas, que se acompañaban con el contrabando de extracción hacia Colombia, el desabastecimiento programado de productos de primera necesidad, largas colas, en fin, como reconociera el ex Senador Republicano y coronel retirado, ex funcionario de la OTAN, Richard Black, en diciembre 2019, en declaraciones a los medios, confesó: «Hemos desmonetizado su moneda y a través del sistema bancario internacional hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inútil su moneda».
La contrarrevolución burocrática, arremetió con las armas que les da el propio Estado al colocarlos al frente de organismos del Estado como jefes de departamentos o direcciones relacionadas con asuntos vinculados al proceso social del trabajo. Un ejemplo a destacar, es el caso de lo hecho por la Oficina de Planificación del Sector Universitario, OPSU, en el objetivo explícito de pulverizar el anunciado ajuste del Salario Mínimo Nacional y su aplicación a las Tablas Salariales del sector universitario, reguladas por la IV Convención Colectiva Universitaria. Las interescalas, establecidos en la cláusula 67 de dicha Convención Colectiva fueron aplanadas, desconociendo los porcentajes establecidos contractualmente. Con ello, lograban frenar el crecimiento del Salario, según la calificación del trabajador o trabajadora y su ubicación en dicha Tabla. La contrarrevolución burocratizada, estableció un interescala lineal de apenas el 07 por ciento que aplanó la Tabla Salarial. En el mismo orden, primas establecidas –contractualmente- sufrieron recortes sustanciales y arbitrarios, como fueron los casos de la Prima de Actividad Universitaria reducida al 12,5 por ciento del Salario Tabla del 25 por ciento originalmente acordado en la IV CCU. La Prima Familiar fue reducida del 40 por ciento del Salario Mínimo Nacional al 10 por ciento según Instructivo emanado de dicho ente del Estado. Lo mismo aconteció con la Prima por Hijos e Hijas y las concernientes a profesionalización del servidor o servidora pública y de Antigüedad. Los bonos de la Patria, que serían «salarizados» o integrados al Salario fueron eliminados. En definitiva, la contrarrevolución burocrática desmontó la Contratación Colectiva Única del Sector Universitario, la eliminó -de facto- y se autoproclamó como Comisión de Seguimiento de dicha contratación. Igualmente, eliminó –de facto- la Constitución Bolivariana y la LOTTT, que previenen situaciones contrarrevolucionarias como ésta, LOTTT – Artículo 434: «La convención colectiva de trabajo no podrá concertarse en condiciones menos favorables para los trabajadores y trabajadoras que las contenidas en los contratos de trabajo vigentes…». Y cuando se refiere a «las partes» lo hace refiriéndose a la organización sindical que suscribió dicho acuerdo y la representación patronal, en este caso el MPPEU, no un determinado funcionario o funcionaria que –arbitraria y unilateralmente- decide qué hacer con una determinada cláusula contractual, como ocurrió en este caso y no cómo enfatizó y recomendó hacer el Presidente Nicolás Maduro a la Vicepresidenta: «…en diálogo con todo el sector empresarial, en diálogo con todos los actores sociales como manda la OIT y José Ramón Rivero, en diálogo social y laboral, como manda la Constitución».
Hugo Chávez, siempre alertaba a sus colaboradores y colaboradoras inmediatos: «El diablo siempre está en los detalles», recomendación del Comandante a sus colaboradores y colaboradoras a no dejar en manos cualesquiera, los detalles de un plan (en este caso: recuperar el salario de los trabajadores y trabajadoras de la Patria) que, aunque pudiera parecerle sencillo y fácil de ejecutar a la Vicepresidenta, lo cierto es que problemas y amenazas ocultas pudieran, como pudieron, amenazar la viabilidad de dicho plan, evitando –por ahora, en marzo, que pudiera hacerse realidad el plan revolucionario de iniciar -con pie firme- la recuperación de los salarios de los trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública Nacional. Iniciativa que, por más noble que parezca –como ha quedado demostrado- tiene sus enemigos bien contados e identificados, en el propio seno de la Administración Pública, por parte de quienes han hecho su divisa el aberrante lema que: «Maduro gobierna en Miraflores, pero en el ministerio mando yo»…
Postscriptum: «Con la NEP, las tendencias burguesas disfrutaron de un terreno más favorable. En marzo de 1922, Lenin puso en guardia al XI Congreso del partido contra la corrupción de los medios dirigentes. "Más de una vez ha sucedido en la historia —decía— que el vencedor haya adoptado la civilización del vencido, si ésta era superior. La cultura de la burguesía y de la burocracia rusa era miserable, sin duda. Pero, ¡ay!, las nuevas capas dirigentes les son aún inferiores. Cuatro mil setecientos comunistas responsables dirigen en Moscú la máquina gubernamental. ¿Quién dirige y quién es dirigido? Dudo mucho que pueda decirse que son los comunistas quienes dirigen." Lenin, no volvió a tomar la palabra en el congreso del partido. Pero todo su pensamiento, durante los últimos meses de su vida, se dirigió a la necesidad de prevenir y de armar a los obreros contra la opresión, la arbitrariedad y la corrupción burocráticas. Sin embargo, no había podido observar más que los primeros síntomas del mal…»
(La Revolución Traicionada ¿Qué es y a dónde va la URSS?,
León Trotsky, 1936).
Caracas, 27-03-2020