El presidente López Obrador se enoja, se revuelca, busca sacar su cuello pisado por los yanquis

Sábado, 02/04/2022 01:36 PM

1. Hoy apoyo con todo el enorme esfuerzo de AMLO por liberarse de las fuerzas asesinas del imperio, pero al mismo tiempo sé que es inútil porque los yanquis tienen al "pobre México" –no solo como su "patio trasero" (donde arrojan su pestilente basura) sino que nuestro país tiene con los EEUU un gigantesco endeudamiento, además de millones de "braceros migrantes" que por su trabajo esclavo, envían grandes remesas de dinero a sus familiares en México. Señala hoy AMLO no estar de acuerdo con la instalación de una comisión yanqui que vigile los negocios de México con las empresas extranjeras. Grita AMLO la defensa de la "independencia y la soberanía", pero su protesta es muy débil y penosa.

2. Si AMLO, por falta de una izquierda en México, sacara a la calle a millones de trabajadores y ciudadanos para: a) protestar contra el trato de los EEUU a México, b) exigir el finiquito de las privatizaciones firmadas, c) castigar a los 500 privatizadores, d) reducción al mínimo del presupuesto dedicado al IFE y partidos políticos- otro gallo, el de la participación directa, cantaría a AMLO. Ya no sería una concentración de acarreados para aplaudir al gobernante en turno, sino una concentración muy combativa para repudiar a los reales enemigos del país, que no son otros que los que lo mantienen desde hace décadas en la miseria y la desigualdad social. EEUU seguirá pisando a México si éste no lucha en las calles por liberarse.

3. Cuando pienso en las terribles guerras entre países, cuando contabilizó las intervenciones yanquis en cientos de naciones del mundo, me resurge la convicción que en el universo no deberían existir fronteras ni nacionalismos, que la cooperación entre regiones productoras de la tierra sería suficiente para que todos los seres humanos vivan en paz. Sin embargo también sé que esto de la "defensa de la patria, la bandera, el himno, los héroes, sobre todo los dioses de las religiones y los equipos de futbol, es una misión casi imposible de acabarse y desaparecer. Con ello –pletórico de un acendrado individualismo- se educó al mundo durante cientos o miles de años. Ese terrible individualismo y nacionalismo produce las invasiones y las guerras.

4. EEUU es hasta hoy la nación más poderosa del mundo; es el país que gasta o derrocha más combustible, electricidad, dinero, construye bombas y fabrica más armas; además paga salarios de sus ejércitos de ocupación y en su millar de bases militares. ¿Cómo puede vivir una nación si no hace guerras, invasiones, saqueos, para conseguir el presupuesto económico que necesita con urgencia para mantener a su país? Por ello si Rusia, China, India, algunos países de Europa, logran acabar con el predominio del dólar en el mundo, reivindicando el patrón oro, darán un golpe definitivo al imperio; pero los EEUU estarían dispuestos a desatar la llamada tercera guerra. Quizá el desplome del dólar sea el camino antimperialista más rápido.

5. Todos los presidentes de México vivieron apergollados en el cuello por los diferentes gobernantes de los EEUU. Sólo Lázaro Cárdenas (1934-40) y Echeverría Álvarez (1970-76) se indisciplinaron un poco de los yanquis cuando el primero rompió relaciones con el dictador español Franco, así como el segundo desconoció a los regímenes militares de Argentina y Chile y dieron ambos entrada –con fuerte oposición de la derecha- a miles de refugiados o asilados. Ahora parece invertido esto de los "refugiados": se aplaude a los ucranianos que llegan en avión y no son nada pobres; pero se desprecia y persigue a los miles de migrantes de Centroamérica, miserables, desesperados, que buscan internarse a los EEUU para trabajar.

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