Santiago Niño-Becerra experto y catedrático emérito de la "Universitat Ramón Llull" explica el impacto de la rusofobia y las reacciones de comunicadores sociales, españoles aún con visos de creerse sangre azul. Los medios reflejan que las severas sanciones impuestas por el bloque europeo contra Rusia, traen fatales consecuencias que no se resuelven con el odio tradicional hispano a los rusos, ni porque las bases militares estadounidenses en España sean ductores en el trasfondo de poder, al mando de la nación española plena de blablablantismo-representativo.
Contrarrestar el desastre español con el parloteo político, no borra las consecuencias y lo manifiesta el Instituto Nacional de Estadísticas, sobre la tasa anual del índice de precios de consumo para Marzo 2022, un histórico 9,8%, la inflación más alta en España desde mayo de 1985, sin que tengan ataques desde el exterior para derrocar gobiernos como lo hicieron en Venezuela. La dependencia española del exterior en insumos comprende el 75% de la energía utilizada que es importada, amén del 25% del Producto Interno Bruto generado por turismo, hostelería, restauración y transporte y un 10% por la industria automotriz, absolutamente todo visto en este 2022 en la angustia para los españoles como quiera que piensen sus habitantes.
"La productividad en España es mucho más reducida que la de Dinamarca o Países Bajos, la economía española tiene escasos recursos para combatir rigideces como las provocadas por la pandemia que rompió cadenas logísticas mundiales", una apreciación de expertos sinceros desde antes del conflicto ucraniano informando que la inflación era del 7,4%. Triste para cualquier ciudadano de la vetusta monarquía europea, impreparada para consecuencias debido a severas sanciones contra Rusia, ideadas en locura mundial politiquera.
Entérese de este dato y terminará por considerar con mayor ojo avizor, que el gamelote de explicaciones, peleas, inacciones y soportes del PSOE, PP, y otros partidos, unos muy fogosos de dientes para afuera, no han tomado en cuenta lo siguiente, España importa poco gas y petróleo de Rusia, pero el 45% del maíz que consumen los españoles procede de Ucrania, las sanciones de EE UU y la Comunidad Europea agravan una economía dependiente de amplias limitaciones, mencionan apenas la obtención de gasoil enviado por Rusia, y no es lo único.
Las sanciones son relevantes al informar sobre petróleo y gas, pero olvidan informar que Rusia y Ucrania producen el 50% del grano en el planeta, lo que también golpeará la economía de diversos países y no solo la española. Ejemplo de economía dependiente es que se estima por el conflicto de Ucrania, la pérdida para España de siete mil millones de euros. Entonces, ¿va a poder compensar España esa reducción de ingresos con más turistas dependiendo de la procedencia?, una duda válida que advierte con sensatez el afamado y muy acertado analista Santiago Niño-Becerra.
El Gobierno de Pedro Sánchez acude a tímidas medidas para aliviar las sanciones debido a diversas razones que se lo impiden, entre ellas la dependencia de la economía española, más elevados déficit, y la alarmante deuda. Indudablemente la economía española será de las más afectadas, sin solución con las excesivas habladurías de politiqueros en las Cortes, decepcionantes y transmitidas a diario sin convencer. Menos aún, los berridos anti rusos trasnochados solucionan la tragedia española, excitada por intenciones abyectas de una potencia extranjera, la norteamericana siempre dominante, bélica y disimulócrata.