"Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos".
Karl Marx.
Todos los colombianos a escasas horas de este 29 de mayo del 2022, se estarán jugando el futuro de su país, solo ellos, unos a favor del totalitarismo estalinista con 60 años en una criminal guerra (FARC, ELN, M-19,narcotráfico etc.), contra el estado liberal colombiano, y otros a favor de la democracia, y la libertad. La obligación de mantener o revocar ese sistema, lo tienen los mismos ciudadanos colombianos, esta vez de forma cívica, y electoral, el decidir el destino de su patria, y el mas sagrado, el de participar o NO, en ese proceso de elección presidencial de la primera vuelta. Se están jugando nada, y nada menos que la joya de la corona, con 200 años de democracia con todas sus imperfecciones.
Ya la victoria estalinista se llevó la corona, en las elecciones presidenciales en Perú, Honduras, y Chile, analistas políticos, electorales, militares, nacionales e internacionales tienen sus satélites de análisis instalados sobre el territorio colombiano este 29 M-2022, sobre lo que sería para la ‘Farc, Eln, el cartel del golfo, el narcotráfico’ el mayor de sus éxitos esta vez en la urnas electorales donde corre el dólar sucio como aguas putrefactas cloacales: colocar un presidente de la ultra izquierda en ese país, con los tipos que lo acompañan en su alianza electoral, que con gran esfuerzo, y sangre de sus militares caídos, han logrado mantenerse firme durante 60 años frente a los ataques de la guerra del terrorismo, el secuestro, el crimen, las violaciones de mujeres, adelantada durante seis décadas, por quienes no han podido llegar al poder con el uso del secuestro, el terrorismo, la violencia, las armas, y el narcotráfico.
Se tienen ejemplos de amargas experiencias de estos regímenes políticos estalinistas en Cuba, y Nicaragua, con la estatización y expropiación de empresas, que frenaron de ipsofacto el crecimiento de esas economías, incrementando sus deudas externas, hiperinflaciones, incremento del déficit público, escasez de productos de primera necesidad, y desabastecimiento general, que se comparan exactamente con lo sucedido en Venezuela, y que Nicolás Maduro, está intentando revertir, con la devolución del Sambil de la Candelaria, la caída de los empleos productivos, por el desplome de PDVSA, y las empresas básicas de Guayana, y todo el sector productivo nacional, en la cual la población está migrando masivamente a otros países buscando medios para poder subsistir. El claro ejemplo venezolano que pasó de ser un próspero, y rico país productor de petróleo, y gas, y con el Sistema Eléctrico más moderno de América Latina, a una nación sin combustible, y con largas colas para surtir los vehículos, con apagones diarios, sin gas para cocinar, y largas colas para comprarlos, y con una hiperinflación atroz.
El progreso de un país en democracia, y con el equilibrio de poderes, está condicionado a los votos de sus habitantes, unos de forma político/ideológica, y otros a través de ofertas electorales, eligen a quien creen es la persona más preparada, más capaz, más competente, más experimentada, y que sirve de ejemplo ante los ciudadanos, por el currículo de sus actuaciones públicas, y privadas, y en quien se depositan las esperanzas para lograr el bienestar, y el progreso de el país.
Pero también existe un factor fundamental, que es la apatía, de muchos ciudadanos por lo publico, es aquí en este equilibrio del poder, donde se manifiesta la indiferencia, y el antiparabolismo, de quienes no asisten a las urnas electorales a manifestar su voluntad o preferencia, bien sea porque la apatía hacia lo público no les despierta el interés de participar de un derecho inalienable como es el voto , o porque no les interesa en lo absoluto el futuro de sus hijos, nietos, y mucho el rumbo del país. Era lo que Marx más o menos llamaba el lumpen proletariat.
Los dirigentes de la ultra izquierda colombiana, no son elegidos por las mayorías, sino por un lumpen minoritario que asisten, voluntaria o condicionados a votar, como sucedió con Gustavo Petro cuando lo eligieron como Alcalde de Bogotá, apenas con un 30 % de la votación, porque la abstención sobrepasó el 60 %, y el caso de la actual alcaldesa de Bogotá elegida con el 35 % de los votos, donde la abstención superó el 45%.
Los colombianos en su gran mayoría, si no salen a votar este 29 de mayo, sentirán en el corto plazo una gran tristeza cuando vean ultrajada la democracia de su país por la Farc, y el Eln, debido a la pasividad de muchos ciudadanos que no quieren ver el futuro, para sí mismos, o para sus descendientes.
La sociedad colombiana de Ganar Gustavo Petro en la primera vuelta vivirá la crueldad, y el terror que ejercerán los narcoterroristas de todos los pelambres que han causado tanto dolor en Colombia, basta ver sus prontuarios criminales. Es la juventud la que mas ha sido captada en las aulas de colegios, y universidades por parte de los narcos ideólogos de la mal llamada izquierda, quienes les han hecho creer que la libertad es el libertinaje al cual tienen derecho de gozar, que es el Estado quien tiene que suplir todas sus necesidades sin que se requiera trabajar, que quien ha trabajado toda su vida tiene la obligación de compartir lo suyo con quienes no han aportado nada, que las drogas forman parte del libre desarrollo de la personalidad, y que la Ley, y el Orden, es una opresión impuesta por la oligarquía.
Esa juventud serán las primeras victimas de sus errores, a estas alturas de mi vida no creo en esa lucha de clases, ni en ese falso dilema de izquierdas, y derechas, ninguno de los otros bandos políticos se ocupó de concientizarlos de lo que van a perder si llega al poder un sistema político lleno de contradicciones como el estalinismo, y que los falsos ideales que han vendido los detractores de la democracia serán el fin de su propia libertad.
Todos los colombianos que salgan a votar este 29 de mayo del 2022, serán los responsables del futuro de su país, tienen la obligación con ellos mismos, y con su patria de tomar parte en los procesos de la elección popular del próximo presidente de Colombia. La joya de la corona llamada Colombia entró en zona de alto riesgo.
Colombia es un país sin memoria, en el que el 29 M, puede pasar cualquier cosa.
Según mi análisis, y opinión solicitados por muchos lectores venezolanos y colombianos, sobre las elecciones presidenciales de primera vuelta dentro de 48 horas en la hermana Colombia, la mayoría de los medios, incluso los ubicados en el ámbito de la llamada "derecha", consideran poco importantes para la democracia de ese país, los problemas de estos últimos años: la corrupción política de liberales, y conservadores, no así la de las Farc, Eln, y M19; las cloacas del Estado colombiano con unos bicharracos de las farc que en la sede parlamentaria nacional de ese país alardean de su patriotismo de terror de 60 años; la actuación de unas fuerzas armadas, y policías que los han combatido durante mas de seis décadas para perseguir a determinados jefes terroristas; los comportamientos poco ejemplares de algunas personajes como Juan Manuel Santos; la esclerosis de una justicia militante, y profundamente conversa, y endogámica; el avance de la extrema izquierda narcotraficante, y terrorista, con su defensa de la xenofobia, de la homofobia, y la negación de la violencia dejadas por sus secuestros, incluida la hija del Candidato presidencial Rodolfo Hernández, y el padre de Álvaro Uribe Vélez, que rompe muchos de los consensos alcanzados por esa democracia durante 200 años; el mantenimiento del voto resentido que imposibilita en torno a millones de colombianos en el extranjero poder votar; los terribles niveles de terror-afectando fundamentalmente a los jóvenes, mujeres e inmigrantes venezolanos-; las políticas de los paros de las primeras líneas contra el Estado de bienestar; la desvalorización del trabajo por medio de una propaganda brutal del Pacto Histórico de Petro; los desahucios a muchas familias en un país con un exceso de violencia terrorista en las zonas rurales; las amenazas de imponer una ley mordaza estalinista contra los derechos de la ciudadanía, criminalizando las futuras protestas de la ciudadanía en caso de Ganar Gustavo Petro; la futura desaparición de la competencia en un mercado de la comunicación audiovisual, así se pinta el futuro gobierno de Petro, será algo inconcebible en la democracia colombiana.
Las Farc, y el Eln a la hora de trasmitir su mensaje dan lecciones amenazantes a la población rural, el porque deben votar por Petro.
De acuerdo con lo expuesto, se entiende que la gran mayoría de los medios estén ahora trabajando a conciencia para la llegada de la narco güerilla a golpe de noticias favorables a ellas, y de encuestas prefabricadas. Conclusión, ya los colombianos tienen un gobierno de la narco guerrilla, como si fuera la ley de gravedad. En las noticias, ya no se habla de otros partidos políticos, que tienen mayoría de diputados, y senadores, en el Congreso Nacional actual: Estas fuerzas políticas se confía que sean un reaseguro para evitar el gobierno de Petro.
Una máquina mediática tan potente, y tan bien engrasada al final alcanza sus objetivos. ¿No es lo suficientemente preocupante? Mas ese país llamado Colombia es un país sin memoria, y un país sin memoria es un país a merced del viento, en el que puede ocurrir cualquier cosa, son más de 60 años de terror de las farc-eln.
Los partidos democráticos colombianos en caso de llegarse a una segunda vuelta, tienen que implementar los cordones "democráticos" para impedir el ingreso de la extrema izquierda aliada con el narcotráfico en el gobierno, y sus instituciones. Ejemplo el reciente caso de los 68.000 dólares de Piedad Córdova en Honduras, esto incumbe, especialmente, pero no solo, a las formaciones de los partidos políticos tradicionales que, en esta cuestión, debería actuar como Álvaro Uribe, y no como Juan Manuel Santos. Los políticos colombianos en la segunda vuelta de darse, deben unirse, y analizar el auge de la extrema izquierda, con la aplicación de un "cordón sanitario al Pacto Histórico", o como otros analistas prefieren llamarlo como un: "cordón democrático", solo así podrán tener una estrategia exitosa, si es conjunta, y bien coordinada, y carecería de sentido si no es secundada por todos los partidos democráticos. Este cordón democrático no supone la solución del problema; es solo un paliativo, o si se quiere, un primer dique de contención para evitar que la marea narco extremista entre en las instituciones, con las secuelas que estamos contemplando en el gobierno de Iván Duque. Tengo mis serias dudas que Sergio Fajardo esté por esta labor. Fico Gutiérrez, y Rodolfo Hernández también deben ser responsables, y superar determinados bloqueos mentales y prejuicios políticos para alcanzar pactos con los otros partidos clásicos, al menos en esta cuestión. Cuando hablo de partidos clásicos mantengo en ellos, lo que me supone no poco esfuerzo, en muchas cosas. La oposición a Petro debe mostrarse pragmática, evitando caer en el gravísimo error del cortoplacismo: El centro democrático no desparecerá si compra y asume el discurso o si se alía con Fico. Todo lo contrario, de esa forma, además de hacer un flaco favor a los valores democráticos, se blanquean, se legitiman, y se normalizan.
Ahora desde la cúpula de los que se oponen al pacto histórico de Petro, se debe empezar a estar educando a sus votantes en ese sentido. Como conclusión, nadie debería utilizar el "cordón sanitario, o democrático", ni como posibilidad ni como espantajo, con el fin de buscar réditos electorales.