De los resultados electorales en Colombia. ¿Qué va a pasar con Petro?

Lunes, 30/05/2022 03:28 PM

Ya hemos leído o escuchado a muchos "expertos" descifrar lo que "pasará" en Colombia el 19 de junio cuando se vaya a la 2da. vuelta, en la que se enfrentarán Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, este uno de los dos candidatos de la extrema derecha que compitieron en la primera. El primero, Petro, obtuvo el 40 % y más de los votos y el segundo el 28, lo que significa una diferencia sustancial, bastante grande de 12 %.

Días atrás, las encuestas hablaban de la posibilidad que Petro ganase en la primera vuelta y que el uribista "Fico" Gutierrez llegase en segundo lugar. Pero en los últimos días Rodolfo Hernández, según algunos comentaristas, haciendo uso de recursos muy novedosos logró desplazar a Gutiérrez. En este caso, parece pertinente pensar que la derecha y sus mentores extranjeros, optaron por esta opción, pues parece más práctico y fácil, sumarle votos del uribismo a Hernández que proceder en contrario, dado que Petro tomaba demasiada ventaja.

Es cierto que el tercero "en discordia", Fico Gutiérrez, el candidato del uribismo y todo lo que eso encierra, lo que lector bien conoce, empezando por el respaldo de EEUU, apenas obtuvo un 23%.

Antes de continuar hablando de este asunto, debo advertir a mis lectores que lejos estoy de ser un experto, ni siquiera exquisito conocedor sobre el asunto colombiano, sólo sé lo que la mayoría de los venezolanos conocemos que, por razones obvias no es poco. Pues se trata como de hablar del vecino de la casa de al lado con quien hemos tenido durante largos años, desde la infancia, buenas relaciones y tropiezos y, como apenas entre él y uno, hay una delgada pared de por medio, escuchamos hasta el respirar y los cuidadosos lamentos.

Ya hay, los he leído, quienes hablan no de un triunfo rotundo, en primera vuelta de Petro, sino de la derecha. Para confirmar eso suman los votos de quienes arribaron en segundo y tercer lugar, lo que llega al 51 % y más y, dado que el uribista ha hablado de antemano que daría sus votos a Rodolfo Hernández, matemática o mejor mecánicamente, concluyen que siendo 28 más 23, 51%, entonces ganó la derecha y ganará en la 2da. vuelta. Es decir, para ellos, ya todo está hecho y puesto. Y entre estos "analistas", los hay de la derecha y de la izquierda. Y de allí no pasan.

No obstante, de esos resultados hay muchas cosas por hablar y factores a tomar en cuenta para establecer un pronóstico, por lo menos serio, de lo que podría pasar en la 2da. vuelta.

No hay duda en afirmar, que esta primera vuelta, sólo ella, demuestra en lo inmediato dos cosas. La primera, aunque algún iluso y hasta sabio de uno se mofe, diciendo que forma parte de los "caliches" y "clichés" de un izquierdista, fue que la diplomacia de EEUU, de nuevo fue derrotada.

Colombia es como "la joya de la corona", para aquel país o mejor para sus clases dominantes en Suramérica. Para sustentar esto basta tomar en cuenta que en el país suramericano EEUU tiene 11 bases militares, es un integrante, como emergente, de la OTAN, fuera del territorio de ese organismo, tanto que el gobierno de Duque les ha ofrecido o está prestando ayuda en el conflicto entre Rusia y Ucrania y todo lo relacionado con el negocio de la droga. El candidato uribista, de Duque y por ende de EEUU, en primera instancia, "Fico" Gutiérrez, llegó de tercero con un 23% del electorado. Es decir, el 68% y más se pronunció contrario al candidato preferido de EEUU.

La segunda, que es como lo mismo, al "uribismo", la extrema derecha colombiana, la que promueve y siembra odios a granel contra los venezolanos, facilita las operaciones de los carteles de la droga, desde hace muchos años atrás, incluso despoja de sus tierras a humildes campesinos y responsable de los falsos positivos, lo enterraron ayer domingo 29 de mayo.

Su candidato, que llegó de tercero, con una pobre votación con respecto a Petro, sólo le queda la opción de intentar, dije intentar, traspasar su votación a Rodolfo Hernández para que derrote en el 2da. vuelta a Petro.

Nadie duda que Rodolfo Hernández, quien alcanzó el segundo lugar, desplazando en los últimos días al candidato del uribismo y por ende de Duque y el preferido de EEUU, pudiera ser la carta para "cambiar sin que nada cambie", como que continúe un "uribismo" sin Uribe y Duque, quienes ya no hacen falta en rol preponderante, dado no cuentan con respaldo electoral significativo. Pero para que eso sea posible tendrían que darse unas condiciones y expectativas nada fáciles de alcanzar.

Ya es público que el uribismo ofreció sus votos a Hernández, pero también es verdad que, buena parte de los votos de este, se manifestaron contra el estado de cosas imperantes en Colombia y es poco dudoso que todo ese universo, esté dispuesto a volver a votar por quien pase a asumir el rol que antes desempeñó Duque, presidente a quien una determinante mayoría de los colombianos rechazó en aquellas gigantescas manifestaciones populares del año pasado y ahora en la elecciones, al relegar al tercer lugar a su candidato. Y también es dudoso, que de manera mecánica, como un simple sumar, el uribismo logre que sus votantes, que obedecen a diferentes intereses y hasta accidentes, en su totalidad, se decidan por apoyar a Hernández, lo que a este le hace falta para ganarle a Petro.

Pero las elecciones colombianas también hablaron de otra cosa o se manifestaron contra procedimientos que buena parte de la izquierda se niega a reconocer públicamente como negativos y pareciera interesada, por razones que uno bien conoce, a mantener en el olvido. El triunfo parcial o en primera vuelta de Petro, con un poco más del 40% de los electores, constituye una demostración que las tácticas y estrategias de la izquierda colombiana, como la de buena parte de América Latina en el pasado, sobre todo en aquellos países o momentos que no habían dictaduras reales, como las de Somoza, Batista, Pérez Jiménez o Rojas Pinilla, en la misma Colombia, fueron absolutamente equivocadas. En este momento, la izquierda colombiana, tiene un poder electoral significativo, gane o pierda la segunda vuelta.

La presencia del movimiento popular unido, en eso llamado el Pacto Histórico, logró que en Colombia esta vez, la abstención retrocediera abundantemente y, dado los resultados, es de esperar que en la segunda vuelta, despertados los entusiasmos necesarios, siga reduciéndose y en buena medida eso sería en favor de la candidatura de Petro. Pues esa abstención, en su mayoría, se corresponde con el universo popular que nada esperaba de esos gobiernos, sino represión, falsos positivos, erradicación por la violencia.

Es decir, los resultados electorales de este domingo demostraron una vez más, esta vez que en el país donde más ha habido violencia en los últimos 60 años, circunstancia que sirvió para que la derecha allí impusiese su mandato, que siendo nuestro suramericano, fuese uno de paz y unidad, se estableciera ese espacio como una retaguardia de la OTAN y las fuerzas más regresivas del planeta, "si se puede" ganar las elecciones y maniobrar pacíficamente, movilizando a las multitudes, en el mejor sentido del término, que podría ser "empoderándose", para lograr que la unidad de las fuerzas latinoamericanas, en el sentido bolivariano, se consoliden y den un rumbo diferente y justo a nuestra historia. Porque Colombia no estaría sola, dado que ese sentimiento despierta en toda América Latina y el triunfo de Petro y el de Lula en Brasil darán a eso un nuevo impulso y hasta despertarán los sueños y energías de quienes como Boric en Chile vacila o Pedro Castillo en Perú se percibe atrapado. Y entonces, hasta el mismo Manuel López Obrador se sentiría más estimulado y acompañado.

En Colombia, como en toda América Latina, incluyendo Venezuela, se ha demostrado que, si impera la sensatez, la visión del mundo tal cual como transcurre en todos los sentidos, lo que determina la necesaria unidad, comprensión entre sí de todas las fuerzas del cambio, es posible derrotar o por lo menos obligar al imperialismo o la diplomacia de EEUU a relacionarse con nosotros con el debido respeto y obviar la pretensión de continuar con su hegemonía que nos aniquila y anquilosa.

Quienes sacan cuentas y suman dos más dos son cuatro, como que el 28 % de Hernández más el 23% de Gutiérrez, suman 51% y eso ya asegura el triunfo de la derecha, lo que no es más que un enfoque matemático, simplista, mecánico, hierático y nada dialéctico, pudieran estar equivocados, como que hasta Hernández pudiera ser electo sin que esa suma de votos resulte la de los votos que emerjan de las urnas. Como pudiera ser cierto, y más cierto aún, que ese 40 % y más de Petro, despierte el interés de quienes han permanecido al margen, perdida la fe, abandonen el universo de los abstencionistas y de otros espacios, hasta de los mismos que votaron por los candidatos de la derecha, para optar por una opción novedosa que representa una verdadera esperanza para cambiar a Colombia e integrarla más en el alma de América Latina, tal como le corresponde.

Lo que suceda después, una vez estando Petro en el Palacio de Nariño, es harina de otro costal y asunto a dilucidar en su momento.

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