Guerras de siglo a siglo

Domingo, 12/06/2022 09:16 AM

Todas las guerras del siglo veinte son la continuación en el siglo veintiuno. Llevamos más de un siglo de guerras por los recursos energéticos. Este tema de guerra en la geopolítica se ha practicado para obtener energía al precio que sea. Esto ha llevado a cientos de crímenes mundiales planificados en contra de los países productores de petróleo, quedando la mayoría de ellos impunes. Uno de los más despóticos fue el saqueo a la energía en la India, Irak, Siria y Libia, con Yemen han querido hacer lo mismo, pero sus defensores armados hasta los dientes no se los han permitido. Las continuadas guerras nos llevarán de forma agazapada a la destrucción de la humanidad y del planeta.

Se espera que logros como la Exo—energía den soluciones en el desarrollo de energías duraderas en su uso y limpieza, que brinden soluciones de transporte, producción, comercio y habitacional, tan necesarios en áreas residenciales, zonas rurales y pequeñas industrias. Una posible unión desde su nacimiento de la Exo—energía con la Info—energía pudo haber ofrecido ventajas de ahorros a la población en determinadas regiones. Pero el nacimiento de cada nueva propuesta sigue al servicio de las grandes corporaciones.

Aún no termina de concretarse un manejo geopolítico serio y justo. Mientras no exista un deslinde con el fascismo europeo y sus mercenarios concentrados en el Golfo Pérsico, donde sus crímenes evidencian su barbarismo, las condiciones de impunidad después de cada conflicto son de total silencio jurídico. El orden de impunidad se maneja tras la justificada occidentalización, que aparte de ser guerrera, acelera el modelo impune del delito mundial amparado por verdades que van desde la carbonización. El pacto —carbón— con el acero sirve para rearmar a Europa y así ir todos en contra de la Federación Rusa. Por eso naciones proveedoras —como Venezuela— están en medio del juego de sus recursos.

Estas acciones de impunidad manifestadas por sus lenguas bífidas, van diciendo una cosa mientras manejan otras con astucia. El control de los recursos se hace a través de la guerra, sin castigo a los gobiernos practicantes del fascismo. Ejemplo de esto es Europa, que, teniendo las pruebas del fascismo, fueron incapaces de instalar un tribunal para castigar los crímenes a las corrientes que aún siguen el Mussolinismo, esto mismo pasa en el Estado español con el Franquismo. Nunca ha existido la mínima intención de cortar con la extrema derecha de los militares griegos, menos con la dictadura turca. Pero con Irán, Cuba y Venezuela sí ha habido sanciones, ataques y medidas coercitivas. Mientras la Europa de democracia dura es severa con estas naciones, es incapaz de mostrar respeto a favor de los familiares de las víctimas del fascismo, ya que toda la generación de mártires murió esperando justicia.

Así pasaron los horrendos crímenes de Italia en el Norte de África, el área de los bereberes del Magreb. Las violaciones sobre el pueblo saharaui por parte del Reino de Marruecos junto a España es una situación reprochable. Al igual que las espantosas transgresiones de Gran Bretaña contra la India durante la II Guerra Mundial, lo cometido en contra de la ex Yugoslavia, no se cansaron de bombardearla hasta disminuirla en ocho países, dejando a los croatas como una raza pura, blanca, en resumen, fascismo.

Europa se reconstruyó sobre cientos de violaciones para mostrar la hegemonía de sus poderes, pero ocultando sus atrocidades cometidas para transformarlas y presentarlas como ejemplo mundial. Por eso el capitalismo siempre ha necesitado de una potencia hegemónica la cual en la II Guerra Mundial estuvo en la geografía del Norte de Italia, pasando de imperio a ser una democracia dura. Desde aquel momento no han dejado de ser una jaula geopolítica.

Todas las reorganizaciones europeas de hoy están sentadas sobre la base de su grave problema energético. Así fue la geopolítica de los tiempos del imperio español, el cual hizo riquezas robando, llegando a construir en la región de Gipuzkoa edificios lujosos con el vandalismo desarrollado en contra de Venezuela durante la colonia, cosa que hoy pretenden seguir haciendo. Este saqueo lleva cinco siglos: primero se impuso el Reino Genovés, luego vino Holanda con toda su violencia, posteriormente Gran Bretaña y por último Estados Unidos. Todos han durado menos de un siglo, en sus días finales se van tornando más violentos. Su característica altamente violenta, como la presentada en Ucrania y en su progenitora Croacia.

La depresión de 1873 a 1893 originó los saqueos a la India y toda la periferia de África, la violenta industrialización por valiosas materias primas trajo el salto del carbón al petróleo en la primera industrialización. Luego de haber acabado la madera pasaron al carbón de mina y de allí, al gasoil proveniente del petróleo.

La guerra ítalo—turca en contra de Libia fue un enfrentamiento originado por el entonces Imperio italiano en contra del Imperio Otomano. Antesala de la destrucción de este último en la I Guerra Mundial. La crisis en las navieras de guerra inglesas impulsadas con velas, pasó al carbón y de allí al barco de gasoil en 1908. En medio de todo aquel desastre en 1917 surgió la URSS, un país con muchísimos recursos, siendo esta la causa para que Europa reorganice sus guerras mundiales. La primera de ellas se extendió a partir de 1914 uniéndose hasta la II Guerra Mundial la cual no culminó en 1945.

Aun cuando el fin de la I Guerra Mundial formalmente finalizó en 1918, esto no fue así, pues el corto intervalo de 1919 a 1939 fue una sola guerra de agresiones y consolidación del colonialismo. Lo mismo ha pasado desde 1945 hasta nuestros tiempos, donde la expresión de la guerra ha sobrepasado cualquier nivel de paz que nunca ha existido.

La crisis de 1929 en Estados Unidos sentenció la II Guerra Mundial. Antes de esto, vino el estado de guerra en Sevilla en 1931 con el franquismo. Posteriormente impusieron la guerra entre China y Japón, la cual se extendió desde el 7 de julio de 1937 hasta el 9 de septiembre de 1945 y posteriormente vino la guerra sobre Vietnam (1/nov/1955—30/abril/1975), Corea (1950—1953), Irak—Irán (1979—1988). Resultados: millones de muertos.

La guerra de Somalia en 1991, donde fue derrocado su gobierno para controlar la entrada al Cuerno de África, en la cual participaron Eritrea y Etiopía financiadas por EE.UU. Es difícil leer hoy el relato de 1959 respecto al control del Canal de Suez, que fue allanado mediante amenazas hacia Gamal Abdel Nasser, que tiene una posterior finalización con la muerte en la cárcel del General Hosni Mubarak. Francia y Gran Bretaña se retiraron del Canal de Suez, pues el poder de Estados Unidos en aquel momento al igual que ahora es infinito. Sin mover un solo soldado los apartó del poder de sus armas financieras y energéticas en 1956.

El control de las vías del flujo energético como el Estrecho de Malaca, por donde pasa gran parte del petróleo mundial. Más el Estrecho del Canal de Suez, Canal de Adén, Canal de Panamá, Estrecho de Ormuz donde transita el 20% del petróleo mundial, todas estas vías impulsan desde ya un nuevo conflicto en Centroamérica con la construcción del Canal interoceánico en Nicaragua. Incluso será centro de conflicto, los primeros desarrollos en comunicación que se están dando en México con la unión terrestre entre los océanos Atlántico y Pacifico. Pronto veremos cómo los Aztecas impulsarán la unión de ambos océanos por la vía marina a través de un nuevo canal mejor que el de Panamá, este nuevo paso será centro de nuevos conflictos.

Los conflictos y las agresiones tienen como finalidad controlar el acceso a las materias primas, las agresiones son para controlar los flujos energéticos de petróleo. Crear el precio del petróleo e impulsar el petrodólar, todo después de EE.UU. sufrir varias derrotas como la de Vietnam y de sus empantanamientos en Afganistán, Irak y Libia. Ahora, Estados Unidos prepara las condiciones para que Europa le obedezca y para esto les exige rearmarse en la OTAN.

La violencia energética se alienta desde los estudios producidos desde el 2010, los cuales han dado cuenta que para el 2030 Alemania y toda Europa no tendrán autonomía energética. Y para esa misma década EE.UU. dejará de ser la primera potencia del mundo. Por eso hoy el 60% del ejército y marina de EE.UU. están rodeando y amenazando a China, esto justificó la salida de Afganistán. Han movido sus tropas hacia Nueva Zelanda, Corea del Sur, Filipinas y Australia. Derrocar a China se programó desde Obama con Japón y una nueva guerra requiere de austeridad, orden, contrario a la corrupción que sucedía en Afganistán. El Departamento de Estado se propone racionalizar, ahorrar dinero.

Desde 1904 Eurasia es considerada el corazón de la tierra geopolítica por Norteamérica. Sin dudas, Eurasia es el centro de la tierra y para dominarles hay que dominar a Eurasia. Tal y como lo proyectó el geógrafo británico del siglo XIX Halford John Mackinder en su teoría sobre el juego geopolítico tras el control del centro del mundo con su teoría Heartland. Allí está la base de la actual geopolítica.

Ahora, cuando el planeta apenas sale de la pandemia del Coronavirus que deja una recesión mundial aún no cuantificada, la cual se ve en sus cifras económicas y su devastación proyecta dejar veinte millones de muertes. Hoy, cuando hay un verdadero quiebre mundial con un sistema económico resquebrajado, justo en ese momento a EE.UU. se le ocurre declararle la guerra a la Federación Rusa la cual reacciona y las primeras consecuencias van hacia los altísimos precios del petróleo y del gas los cuales podrían elevarse en el caso del petróleo a más de 170 dólares por barril. Todos los marcadores están enloquecidos y en el medio la economía mundial se resquebraja.

Como hemos visto —desde 1900— han existido muchas guerras lo que significa que las mismas son una sola guerra o una gran guerra prolongada, no nos equivoquemos, este conflicto del último siglo ha sido uno solo, pero por diferentes motivos. Los imperios han peleado por su máximo objetivo: el control geográfico del planeta y ahora el plan no impensable es atacar a la Federación Rusa.

Recordemos siempre que la energía es el problema fundamental de la guerra y eso es justamente de lo que Rusia se percata en el 2014 cuando se da cuenta que no puede seguir cediendo y esa es la exigencia de la burguesía rusa que apoya a Putin. Alemania, Gran Bretaña, el Este europeo querían balcanizar a Rusia y eso en el Asia Septentrional nadie estaba dispuesto a permitirlo, sin embargo, en septiembre de ese mismo año (2014) llegaron a los acuerdos de Minsk, esto como último intento para frenar un nuevo enfrentamiento que no es más que el inicio de la III Guerra Mundial tal y como lo estamos viendo a partir del 2022.

Hasta más pronto…

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