Revolución, política en México y Yucatán (III)

Miércoles, 15/06/2022 01:13 PM

17. La revolución mexicana tuvo que introducirse por la fuerza al estado de Yucatán en 1915. Después que los poderosos hacendados pretendieron recuperar el gobierno mediante la sublevación del militar Abel Ortiz Argumedo -quien incluso, con el apoyo de los hacendados y aristócratas, pretendió proclamar la autonomía e independencia del estado-, el jefe de la revolución constitucionalista en el país, Venustiano Carranza, le ordenó al general sinaloense Salvador Alvarado tomar Yucatán y hacerlo partícipe de la revolución. Alvarado, para entrar a Yucatán, tuvo que librar sangrientas batallas en los pueblos de Pocboc, Blanca Flor y Halachó, ubicados en el "camino real" (ruta corta Campeche-Mérida). Muchos campesinos inocentes, soldados, así como voluntarios armados e ideologizados por los hacendados, murieron en aquellos enfrentamientos defendiendo la "autonomía", el separatismo y la "independencia yucateca". Alvarado tomó el gobierno, el estado y decretó una gran cantidad de medidas, entre ellas la libertad de los peones, el fin de las tiendas de raya, así como la anulación de las "deudas en las tiendas de raya" que aprisionaban a los trabajadores en las haciendas.

18. Estas medidas modernizadoras de la revolución burguesa mexicana fueron combatidas con saña en Yucatán por los hacendados y sus ideólogos, pero Alvarado logró poner en práctica muchas de ellas. La revolución alvaradista en el estado llegó a los oídos de Carrillo Puerto quien, perseguido por rencillas políticas violentas en Yucatán, se había integrado a las fuerzas zapatistas en el estado de Morelos. El regreso de Carrillo en 1916 y su integración al amplio sector que apoyaba al gobierno de Alvarado, así como la organización de la Casa del Obrero Mundial (COM) en Yucatán ese mismo año, hizo surgir en el estado, por un lado, a una gran corriente de izquierda socializante que comenzaría a operar desde el poder, por otro, corrientes más radicalizadas e independientes ligadas al anarcosindicalismo, integrada por obreros, artesanos y uno que otro profesionista.

19. Salvador Alvarado promovió, además de la fundación de la COM, la integración del Partido Socialista Obrero y, más tarde la formación del Partido Socialista de Yucatán; pero al no poder continuar en la gubernatura- porque la Constitución de 1917 se lo impedía- dio paso al fortalecimiento del carrillismo y a la fundación del Partido Socialista del Sureste (PSS) en 1918. Carrillo Puerto se convirtió en el representante más destacado de la izquierda oficial en el sureste de México, una izquierda radicalizada pero dentro y desde el poder del Estado capitalista. A finales de la segunda década y principios de los veinte -debe tomarse en cuenta- el país y el mundo vivían momentos revolucionarios: en octubre de 1917 había triunfado en Rusia la revolución bolchevique y en México el grupo de Agua Prieta y el obregonismo -el más radicalizado de la revolución burguesa mexicana- empezaba a adueñarse del poder.

20. Carrillo no pudo continuar su obra, pues fue asesinado en 1924 por la rebelión delahuertista y los hacendados que se aliaron a ella; sin embargo su herencia, aunque muy deformada y degenerada, continuó levantando la bandera contra la derecha apuntalada por los hacendados y el clero. La izquierda nacional comenzó a integrarse en las luchas obreras, sindicales y entre los trabajadores del campo; los ideales del anarquismo y anarcosindicalismo, representados en el país por Flores Magón hasta su asesinato en 1922, por la Casa del Obrero Mundial fundada en 1912 y por los principios básicos del zapatismo de Morelos, fue lo más combativo del período; pero fue la fundación en 1919 del Partido Comunista de México, por consigna de la III Internacional encabezada por Lenin, el que -por su nombre- dio identidad al pensamiento de izquierda y socialista en nuestro país.

21. Al morir Carrillo Puerto, un degradado oportunismo político reclamó su herencia. Concluyó su período vacante de gobierno, Iturralde Traconis; vino después el derechista proempresarial Torre Díaz para luego dar paso al gobierno del radicalizado callista Bartolomé García Correa, quien en su período realizó tres congresos del Partido Socialista del Sureste. Eso hacía pensar que en Yucatán estaba en el poder la izquierda "socialista" porque combatía contra la derecha encabezada por los hacendados y por el Diario de Yucatán. Sin embargo, nada más falso o iluso, estaba en el poder un gobierno que mediante el uso de un discurso populista lograba engañar a las masas; pero al tener frente a él a una clase aristocrática formada por hacendados, parecía que no había más que dos caminos: una derecha agresiva, defensora de la explotación y la gran propiedad, y un centro populista que manipulaba a las masas campesinas. (Echeverría V., 1985)

22. Al salir México de la profunda crisis económica que abarcó los años de1929 a 1933, para calmar el descontento generalizado de los trabajadores frente a la política económica que los había golpeado con mayor rudeza, al interior del aparato del poder se registraron importantes cambios que llevaron al debilitamiento del "maximato callista" o gobierno de Elías Calles, y el fortalecimiento de nuevas corrientes que se aglutinarían para apoyar lo que sería el cardenismo. Dentro del mismo partido oficial -entonces Partido Nacional Revolucionario- se manifestaron posiciones de derecha, de centro y de izquierda que pertenecían a ese mismo partido en el poder. Con base en ello se fortaleció la corriente de centro izquierda que apoyó a Lázaro Cárdenas en la presidencia y fue sometida la corriente derechista que representaba al general Elías Calles. Los discursos socializantes dominaron durante el sexenio, pero también se registraron acciones de gobierno favorables a los intereses de los trabajadores.

23. En Yucatán, en 1934, después de que García Correa le entregó la gubernatura a César Alayola Barrera, surgió un fuerte movimiento ferrocarrilero que se enfrentó a las viejas fuerzas del bartolismo callista. En 1935 cayó del poder César Alayola y subió a la gubernatura, representando al cardenismo nacional, Fernando López Cárdenas. Alrededor de esa batalla ferrocarrilera se publicaron desplegados y manifiestos que demuestran acomodamientos políticos: 1) los funcionarios de gobierno cambiaron de discurso y se acomodaron a los nuevos tiempos (Antonio Betancourt, Pedro Castro, González Beytia, el joven Hernán Morales); 2. los pocos personajes de izquierda (Diego Rosado, Arturo Albertos, Mario Zavala, César Escalante), lucharon junto a los ferrocarrileros, pero no se deslindaron del apoyo de los hacendados que aprovecharon el movimiento para ajustar cuentas con el gobierno local. Betancourt ha dicho que él, Diego Rosado y César Escalante, pertenecían al partido comunista. (Echeverría V. 1999)

24. A partir de la segunda guerra mundial iniciada en 1939, la corriente del presidente Cárdenas en México perdió fuerza por poderosas presiones de los EE.UU. Se decía que había que hacer a un lado el enfrentamiento entre las clases para construir la "unidad nacional" frente a la guerra. Cárdenas no pudo imponer a su sucesor (Francisco Mújica), pero se vio obligado a aceptar al candidato presidencial que le impuso el gobierno yanqui y los conservadores mexicanos, al general Manuel Ávila Camacho. Lo anterior demostró que dentro del partido oficial (llamado entonces Partido de la Revolución Mexicana) las corrientes de centroderecha habían ganado la batalla. Ese mismo año, 1939, había nacido el PAN con el fuerte apoyo de grandes empresarios y el clero, partido que inmediatamente manifestó su apoyo a la candidatura del general Andrew Almazán que se ubicaba aún más a la derecha de Ávila Camacho. El Partido Comunista se pronunció por la política de "unidad nacional", mientras la poderosa CTM, acaudillada por Lombardo Toledano, Fidel Velázquez y los "cinco lobitos", Valentín Campa y Augusto Velasco, hacían lo mismo. La izquierda oficial y paraoficial se entregó al gobierno de "izquierda".

25. En Yucatán las batallas más importantes se desarrollaron alrededor de los luchas del Sindicato de Cordeleros de Yucatán (SCY). Este sindicato, que conservó durante casi toda su vida los principios del anarcosindicalismo de "acción directa", prohibiendo la participación de sus directivos en partido o gobierno alguno, fue el que encabezó a otros sindicatos para organizar lo que sería la Coalición Sindical. Durante esas dos décadas dominadas por la segunda guerra, por la postguerra y por la guerra fría, los cordeleros del sindicato salieron a marchar a las calles por lo menos tres veces por año: durante sus revisiones y los primeros de mayo. Dentro del sindicato participaban obreros de derecha, clericales, pero también algunos obreros de izquierda que militaban en el Partido Comunista (que conocí personalmente): Luis Pereira, José Cisneros, Sixto Gutiérrez, Felipe Alpuche y Leonardo Aranda fueron acusados en 1939, amenazados de expulsión del SCY, por pertenecer al Partido Comunista Mexicano (PCM) (Echeverría V, 1983)

26. En 1948 Vicente Lombardo Toledano, poseedor de un enorme prestigio nacional por haber sido el fundador y primer dirigente de la CTM, y porque antes se había distinguido como un destacado intelectual universitario, fundó con un grupo de intelectuales de alto renombre, el Partido Popular (a partir de 1960, Partido Popular Socialista). Desde varios años antes Lombardo se había convertido en el hombre de confianza del primer ministro de la URSS, José Stalin. La confrontación por el control de la izquierda oficial entre el PCM y el PP, así como por lograr el apoyo oficial de Moscú, hizo trizas al movimiento de izquierda. Surgió entonces el Partido Obrero Campesino de México (con Sánchez Cárdenas) donde irían a parar los expulsados y disidentes de esos dos partidos que se disputaban la hegemonía en México. Así comenzó a surgir un tercer camino de izquierda en el país, al mismo ritmo en que en el mundo el stalinismo iba cavando su tumba y se iniciaba en el mundo el deshielo entre los partidos comunistas del mundo. (1)

27. El inicio del desplome del bloque soviético comenzó tras la muerte de Stalin en 1953 y se agudizó luego del XX congreso del PCUS en 1956, donde se atacó por primera vez la política staliniana y con mayor cautela al propio Stalin; ese año estalló en Hungría un descontento popular encabezado por Nagy, contra movimientos de tropas y tanques rusos dentro del territorio. La represión rusa contra el alzamiento fue brutal. El gobierno soviético impuso a Kadar al frente del gobierno de Hungría. (Echeverría V, 1978)

28. En Yucatán, a fines de los cincuenta, mientras Dionisio Encinas (secretario general nacional del PCM desde 1940) aplicaba con todo rigor la doctrina stalinista en la política del PCM, se había formado una fracción de ese mismo partido stalinista en la que militaban Franti Cardeña, José Gamboa, José Alonso, César Herrera, Gustavo Jiménez, el abogado Nemesio Pinto (y un numeroso grupo de obreros cordeleros, embotelladores, zapateros, que asesoraba jurídicamente éste último), quizá el Dr. Ramón Espadas y otros más. Cuando conocí a esa fracción en 1960, inmediatamente me hice alumno de ellos y pude descubrir que eran duros críticos de la corriente soviética Jruschoviana de Arnoldo Martínez Verdugo y Manuel Terrazas que se había apoderado del CEN del PCM.

29. Dado que la polémica chino-soviética se había iniciado, aquellos compañeros yucatecos suscribían las posiciones críticas del Partido Comunista Chino (PCCH), mientras el PCM nacional apoyaba incondicionalmente al Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Además, en aquellos años habían surgido en México otras posiciones de izquierda radicalizada: la de los dirigentes cubanos, la de los trotskistas y la de los espartaquistas encabezados por José Revueltas, González Rojo, Jaime Labastida, Eduardo Lizalde. La izquierda se dividía aún más en el permanente debate ideológico. Hasta 1965, sólo se conocieron de manera un tanto superficial, las posiciones del PCUS, las del PCCH y las de los cubanos.

Nota leída aproximadamente 1955 veces.

Las noticias más leídas: