Diario de una Cuarentena Capítulo 405

Ganaron Petro y Marquez: ¿Se acabó el maleficio de Santander en Colombia?

Lunes, 20/06/2022 09:54 AM

A 827 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el inicio de la semana 119 de esta contingencia, y siendo el lunes 20 de junio de 2022, esta edición de esta columna debo obligatoriamente referirme a los resultados de la segunda vuelta presidencial en la vecina Colombia, donde la fórmula presidencial Gustavo Petro-Francia Márquez lograron un importante triunfo.

Con el 100% de los votos escrutados, la fórmula del Pacto Histórico representado por Gustavo Petro como candidato presidencial de la izquierda y Francia Márquez Mina como vicepresidenta obtuvo 11.279.917 votos imponiéndose en esta elección con el 50,5% de los votos versus el candidato de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández y su candidata a vicepresidenta, Marelen Castillo, quienes obtuvieron 10.576.617 votos, lo que representó el 47,3% de los votos. La diferencia fue de 3,2 puntos porcentuales y de 703.300 votos. Los votos en blanco o nulos fueron 501.943 y representaron un 2,2%.

De más está decir que el candidato derrotado, Hernández, reconoció el triunfo de Petro y la izquierda colombiana. Y de acuerdo a la Constitución colombiana, ocupará una curul en el Senado del Congreso colombiano, y Marelen Castillo, la candidata a vicepresidenta derrotada, ocupará una curul en la cámara de representantes del Congreso colombiano, también de acuerdo a la Constitución vigente en ese país.

En ese sentido, al igual que mi tocayo y hermano de la vida prestado hoy en funciones parlamentarias en nuestra Asamblea Nacional por el estado de la tierra del sol amada, el estado Zulia, Juan Romero y de las apreciaciones de Fernando Rivero, nos sumamos al júbilo y alegría que hay en la patria grande por el triunfo por primera vez de la izquierda colombiana en el cargo más importante de ese país. Sentido homenaje a Jorge Eliécer Gaitán, a Luis Carlos Galán, Jaime Pardo Leal, Benardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro Leongómez, que eran candidatos presidenciales de la izquierda, y que fueron asesinados por la oligarquía en algunos casos, y por las mafias del narcotráfico en otras.

Es decir, lo que le espera a Gustavo Petro y a Francia Márquez, tal y como lo señala Juan Romero, historiador y diputado, no es nada fácil, puesto que deberá lidiar con tensiones internas y externas muy complejas.

Petro encontrará el próximo 7 de agosto cuando asuma el gobierno, y de acuerdo a cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en 2020 Colombia padeció una pobreza de 42,5%, lo que la sitúa en más de 21 millones personas. En 2020, según el DANE organismo oficial del Estado colombiano, 2,78 millones de personas ingresaron a la condición de pobreza extrema. Bogotá, a pesar de ser la capital del país, 3,3 millones de personas viven en pobreza. En 2020 Colombia, de acuerdo al Índice de GINI del Banco Mundial, es el segundo país más desigual de América Latina y el Caribe. La concentración de la propiedad de la tierra es profundamente desigual al dejar en pocas manos las tierras más fértiles de Colombia. Colombia es una sociedad injusta que demanda grandes transformaciones económico-sociales.

Gustavo Petro ganó la Presidencia de Colombia, pero no significa que controle el poder en Colombia. Es su 1era tensión. El aparato institucional colombiano es de los más tradicionales, a pesar de la modificación de la Constitución de 1991 y que con ella se dió inicio formal al Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano. La estructura de poder, basado en la penetración se la narco-politica y lo que representa en términos de participación, democracia e igualdad, será una de las pruebas más duras que deba enfrentar. El Uribismo perdió poder, pero no significa que deje el poder.

Colombia satélite militar del Comando Sur. El uribismo ha permitido la instalación de múltiples bases militares estadounidenses en suelo neogranadino, las operaciones de la brigada norteamericana de Asistencia de Fuerza de Seguridad (SFAB por sus siglas en inglés), convirtió a Colombia en Socio Global de la OTAN y recientemente, le asignó la ignominiosa condición de Aliado de Importancia Extra OTAN de EE.UU., cuestión amparada por la Ley para la Alianza Estratégica entre Estados Unidos y Colombia de 2022. El Presidente Petro le tocará enfrentar el rol impuesto a los neogranadinos en la planeación militar del Pentágono.

Colombia es pieza clave desde los inicios del Plan Colombia en el juego Geopolítico de EEUU. Es un Estado Tapón, un estado ejecutor de una Guerra Proxy (o de sustitución) contra Venezuela. Tiene 9 bases formalmente reconocidas, pero a través de argucias legales tienes otras 9 más,con presencia significativa de tropas norteamericanas. No puede abrir el frente interno y simultáneamente el frente externo procurando un cambio de esa situación. Asimismo, eso significa una relación tensa con los sectores militares colombianos, cuyo conservadurismo es más que conocido, amén de su postura de seguridad y defensa en las enseñanzas de la Escuela de las Américas y su tesis de la violencia selectiva contra los movimientos populares de izquierda.

Petro debe aprovechar la ola de participación y democracia que se desató, no solo en Colombia sino en otras partes de Nuestra América (caso Chile) y que estuvo signado por movilizaciones y protestas que por igual fueron duramente reprimidas, pero no silencio el descontento con décadas de abuso, violación de DDHH y sobre todo, en el caso de Colombia, de asesinatos y desapariciones forzadas. Debe conducirse hacía una gran convocatoria que generé el cambio que prometió, pero al mismo tiempo debe ser muy cuidadoso, por las razones que argumentamos en los puntos anteriores. Me recuerda un poco las tensiones generadas ante la promesa de Chávez de una Constituyente y como se manejó eso entre 1998-1999.

Colombia en el plano internacional. América Latina y el Caribe experimentan cambios políticos que marcan el inicio de una nueva época. La reciente Cumbre de las Américas en Los Ángeles lo evidencia. Es indudable que el Departamento de Estado define la política exterior de la Casa de Nariño. En el siglo XXI los distintos gobiernos de Colombia han servido como dique de contención ante el surgimiento de gobiernos progresistas o revolucionarios así como un instrumento para atentar contra organismos tales como CELAC, UNASUR, ALBA, etc. El Presidente Petro enfrentará una disyuntiva histórica en la colisión entre la Doctrina Monroe y el Ideario Bolivariano. América Latina y el Caribe esperan mucho del gobierno del Pacto Histórico.

El tema de las relaciones binacionales, tienen el componente económico. El comercio legal entre Venezuela y Colombia llegó incluso a alcanzar antes de 2010 más de 15000 millones US$. Y cuando las relaciones se enturbiaron, como consecuencia de las posturas de Álvaro Uribe, se uno abajo, afectando el comercio de los Departamentos Norte de Santander y Guajira principiante,pero alimentando el comercio ilegal llegando a cifras tan altas como los 25000 millones US$, en contrabando de gasolina, mercancia seca y cambio ilegal pesos/bolívares. Petro tiene como prioridad regularizar ese comercio para beneficio de los habitantes fronterizos y es una de sus promesas electorales. Eso significa reconocer al Gobierno Constitucional de Venezuela y normalizar las relaciones diplomáticas. Ahí debe jugar con el Congreso, que ya dirigió el año pasado una comunicación a la Asamblea Nacional sobre el tema.

Un Gobierno de Petro puede ser el comienzo del ciclo progresista en Colombia. Eso es: reforma del sistema electoral y la incorporación de mecanismo de democracia directa más amplio, fortalecimiento del Estado de Bienestar que se traduce en una mejor y mayor distribución de las riquezas y reducción de las desigualdades, atención a los problemas ambientales derivados de la acción expoliativa de más transnacionales que explotan carbón y otros recursos en Colombia, una reforma del sistema de salud y de educación, que contribuya a disminuir esas desigualdades tan arraigadas. Por otra parte, ese Ciclo Progresista significaría la incorporación de Colombia en los esfuerzos de relanzar la Unidad Gran Nacional, propuesta por Bolivar y relanzada por Chávez a través de la CELAC y UNASUR. Este es un aspecto clave y que se entronca con la relación Colombia-EEUU.

La relación Colombia-EEUU tiene varios componentes. Uno, el de seguridad y defensa por el hecho que Colombia no ha contado con una Geopolítica propia, más bien ha estado sujeta a los intereses y la Estrategia de Seguridad de los EEUU. Dos, eso se traduce en la posibilidad de un cambio en el enfoque militar y ahí entra el debate sobre el abordaje de DDHH del ejército Colombiano. Tres, los libros blancos, que son libros de juego de guerra que manejan los ejércitos,en el caso de Colombia siempre ha tenido como objetivo una expansión a costa del Occidente de Venezuela. Eso es así, desde la conformación de la Capitania General de Venezuela en 1777y las implicaciones para el Oriente Colombiano, que concentra las capacidades agrícolas productivas y que les queda más cerca los puertos y vías de comunicación de Venezuela que las de Colombia. Asimismo los estudiosos militares colombianos mantienen su interés en el petróleo que se encuentra en el Golfo de Venezuela. Es este un tema de tensión permanente, que debería ser tratado por las Comisiones Binacionales.

Petro debe enfrentar la tensión interna con la terrofagia. La concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos es uno de los grandes problemas sociales en Colombia. Es la base de los desplazamientos forzados y la base simultánea de los cultivos de hoja de coca. Los propietarios de la tierra,los terrateniente colombianos han mantenido relaciones cercanas con los grupos paramilitares que cuidan y protegen los cultivos de hoja de coca,base de la cocaína comercializada mundialmente. Es un negocio multimillonario en Colombia y base de una nueva oligarquía, ostentosa y muy peligrosa.

La Vicepresidenta de Petro, Francia Márquez, representa las exigencias de la afrocolombianidad y su deseo del fin de la segregación y la exclusión. Le agrega la lucha ambiental y eso agrega otra tensión que debe manejar. Debe equilibrar las promesas de revisión de la legislación ambiental y la reivindicación del pueblo afro-colombiano.

Las relaciones colombo venezolanas en esta era de Gustavo Petro no estará exenta de tensiones pero que abre una posibilidad de regularización de los intercambios diplomáticos y el fortalecimiento de unas relaciones históricas antiquísimas y que hermanan a ambos pueblos,por encima de los intereses excluyentes que han caracterizado a los grupos de poder en ambos lados. Creemos que está oportunidad del pueblo colombiano es también una oportunidad del pueblo Nuestro Americano para retomar el camino de una paz estable entre todas las Naciones, con vínculos históricos importantísimos.

Debo hacer mención a lo señalado por quien esto, escribe, en la edición 388 de esta columna, donde realice una radiografía del parlamento colombiano, la cual arrojó el siguiente resultado: El Pacto Histórico obtuvo 20 senadores (de 108) y 28 representantes (de 188); el Partido Conservador obtuvo 15 senadores y 25 representantes; el Partido Liberal obtuvo 14 senadores y 32 representantes; La Coalición Alianza Verde y Centro Esperanza obtuvo 13 senadores y 11 representantes obtenidos; El Centro Democrático de Uribe obtuvo 13 senadores y 15 representantes; Cambio Radical obtuvo 11 senadores y 16 representantes; Unión Por La Gente obtuvo 10 senadores y 15 representantes; la Coalición MIRA-Colombia Justa Libres Nos Une Colombia obtuvo 4 senadores y 1 representante; Fuerza Ciudadana, Nuevo Liberalismo sólo un representante.

Es decir, que la correlación de fuerzas en el parlamento no le sería nada favorable a Petro y a Márquez, ya que las organizaciones políticas y coaliciones en ambas cámaras representan el conservadurismo, el liberalismo económico, la derecha pues. Y se podría convertir en obstáculo a la gestión de Petro. Acá se evaluará la capacidad de maniobra y negociación que el nuevo mandatario tendrá una vez llegué al poder.

Además del enfrentamiento frontal que debe tener con las mafias del narcotráfico que han demostrado tener mucho poder en ese país, ya que no podemos olvidar que Colombia es un Estado Fallido. Y las instituciones, la superestructura en ese país obedece a los intereses de la oligarquía, eso debemos tenerlo muy claro.

El Presidente Gustavo Petro enfrenta grandes desafíos. Las mayorías en Colombia anhelan cambios y demandan justicia social. Quienes creen en la vida, desde Colombia y otras latitudes, se irradian de esperanza con el triunfo de Gustavo Petro. Esperan cambios, aunque comprenden que el socialismo en Colombia aún está muy lejos. Sin embargo, el papel de los bolivarianos debe consistir en acompañar al pueblo colombiano en su brega por las transformaciones de su sociedad, en el avance hacia la Nueva Colombia, en la construcción de la paz total con todas las organizaciones insurgentes y en el reencuentro con el ideario emancipador de Simón Bolívar. Sin dudas como dijo Bolívar "América es la Esperanza del Universo" y en esa esperanza Colombia es fundamental.

En 47 días se comenzarán a despejar las incógnitas…

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y patria socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

 

 

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