Venezuela. Petróleo y sus relaciones internacionales

Jueves, 30/06/2022 03:02 AM

Analizando detalladamente a los autores David J. Sarquís R, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ricardo Sebastián Piana y Juan Cruz Tisera y a Mark Leonardo con sus trabajos de investigación El "orden internacional" como objeto de estudio en las relaciones internacionales de Sarquís. Globalización, interdependencia compleja y mundialización: la dialéctica entre lo global y lo local, correspondiente a Piana y Tisera. Y, ¿Qué es el orden mundial liberal? de Mark.

Encontramos que en cada uno de ellos están en similitud planteamientos centrales a la necesaria configuración de una vía hacia las nuevas relaciones internacionales donde las mismas vayan acompañadas a elementos de integración y la delimitación en la necesidad de un nuevo camino en la configuración y visión de una necesaria seguridad y defensa regional.

David Sarquís recalca en su obra El caso del surgimiento de las relaciones internacionales como fenómeno observable en la realidad es particularmente interesante. Esto pone a significar la identificación de unas relaciones internacionales restringidas cuyos intereses públicamente pudieran estar en una posición tradicional, quizás estancada.

Este fenómeno histórico tiene su base a partir de 1648 en el renombrado concepto de Estado—Nación. Tal y como lo refiere el autor hablamos de la Guerra de los treinta años la cual tuvo como resultado la conocida Firma de paz en Wesphalia.

Por tanto, históricamente ha sido un duro batallar por nuevos espacios de concordia e igualdad surgiendo el impostergable juego de las relaciones internacionales donde es necesario un mundo de equilibrio, justicia y sobre todo paz.

Precisamente esa construcción de paz va atada a los sueños que imprimen los virtuosos al establecimiento de un nuevo orden el cual ya abrió sus puertas para entender que bajo la sombra de deseos y pensamientos dispares los países tienen sentimientos comunes, caminos, proyectos y estabilidad. Esto se logra apostando a premisas internacionales las cuales van identificando valores de convivencia, respeto y la obtención de acuerdos entre ambos.

El orden internacional no es un eufemismo. Resulta que la interrelación, unión y compromisos por lo internacional arropan un difícil camino en el cual privan detalladamente intereses al crecimiento de una nación, cuyos intereses siempre van a estar por encima de un camino polémico, principios y a la determinación de soberanía.

Ese impulso llevará la impresión de unas nuevas relaciones donde entre otros aspectos novedosos vean las fronteras como un mito, sencillamente sin traumas nacionales podrá ser superado. Donde los conceptos de alta rigurosidad transformen sin impedir hacia circunstancias reales las cuales se identifiquen con un sujeto en el cual un orden mundial configure el camino hacia la renovación constante en cuanto a la revisión permanente de las relaciones internacionales.

Referente a la propuesta desarrollada entre Piana y Tisera tenemos que partiendo desde lo "Glocal" el análisis lo impulsan detalles mínimos frente a la visión gigante al amarre en las relaciones internacionales. …el concepto globalización es la palabra o eslogan peor empleado, peor definido, pero, a su vez, la palabra políticamente más eficaz de los últimos años. Allí comienza la discusión entre lo local tradicional frente a los actores subnacionales los cuales impulsan a las relaciones internacionales.

Quizás la identificación de vastos pormenores han convertido a un gigante atrozmente enfrentado a los misterios de un término el que determine una salida a los atolladeros regionales: la mundialización.

El rumbo de esta nueva visión no parte de la imposición de una teoría única como acostumbradamente veíamos. Necesitamos de una manera plural revisar periódicamente y sin miedos o trampas la percepción y definición no de una teoría que de explicación de solo una parte de la sociedad como acostumbradamente nos lo han impuesto, necesitamos hablar de relaciones internacionales donde las preguntas, dudas y propuestas surjan tras el análisis de sus múltiples problemas y cuestionamientos.

Las relaciones internacionales que interpretan estos nuevos tiempos son de un ramillete múltiple, donde lo casual y sorpresivo, superan estos modelos para mostrar la realidad internacional.

Junto a la teoría de las relaciones internacionales es indispensable destacar los nuevos modelos, los cuales van marcadas por sus hechos, actuaciones, desenvolvimientos y hasta en sus mismas trampas. Una abstracción real toca todos sus caminos, modelos, metodologías, pero debe ser creativa, explicativa donde cada una de ellas permitan entender sin inconvenientes los diversos fenómenos a los que será sometida.

Por eso las relaciones internacionales antes que homogeneizarse mas bien han caído en el desaire de la solidificación impenetrable, capaz de negarse en cada uno de los errores, repitiendo veladas, incluso por modelos de desarrollo poco confiables, más bien determinada por perdidos intereses.

Su enemistad, el violento avance y consolidación globalizante ayuda a congelar lo que pudo ser su conformación en lo que pudo ser una sociedad internacional global la cual bien pudo apartar lo local, escondiendo con ello un nuevo encuentro de la realidad internacional sino hacia lo global. Al menos si hacia lo local que afecta el surgimiento del bloque sudamericanos o el caribeño.

Las relaciones internacionales tienen sus debilidades sobre todo en la conformación de determinadas áreas. Por eso se aspira a la interpretación desde la arista de la glocalidad la cual genera un concepto glocal. Y en las ideas de una nueva interdependencia, sociedad internacional global, la mundialización, la glocalización.

Ese debate mundial empuja a sociedades enteras, pero sobre todo a sus instituciones en las cuales descansa su debate mundial empujado necesariamente a la mundialización. Aun cuando este se plantea desde la soberanía de los Estados igual pasa por lo científico y a paz de lo económico. Pero también se acompaña de la burguesía que históricamente se adueñó de las ganancias originadas desde la revolución industrial y en una tercera medida y no menos importante está lo cultural.

La importancia de cada realidad local necesariamente nos debe llevar a formar parte de la glocalidad lo cual nos ubica en la demanda de una nueva sociedad real. Por eso Mark Leonard desafía el debate en cuanto al hundimiento liberal, solicita la interpretación, visión y camino de quienes se han empeñado en la defensa mundial por un orden donde permanecen serios conflictos que a diario expresan inmensas contradicciones y sus instituciones defienden sus caminos sin oír a quienes han sido sus impulsores.

La red de Internet, la migración, el comercio y la aplicación del derecho internacional se convertirán en armas de nuevos conflictos, en lugar que dichos conflictos sean gobernados eficazmente por normas mundiales. El conflicto internacional será impulsado principalmente por una política interna cada vez más definida por la ansiedad del estatus, la desconfianza en las instituciones y el nacionalismo de mentalidad estrecha". En estos momentos los continuados alertas retumban en un modelo que no son la extensión completa y verdadera de las relaciones internacionales, sino que dejan un fuerte espacio abierto al cuestionamiento de un modelo que por las cuentas de sus intereses han llegado a arriesgar el funcionamiento de de guerras, modelo por demás atrasado como arma de diálogo.

Por ello el actual modelo de cinco siglos desde el Reino Genovés, pasó a Holanda con toda su violencia como su predecesor, llegando luego al de Inglaterra y ahora al último imperio: Estados Unidos. Todos han durado menos de un siglo y en los días finales de cada jornada se van tornando más violentos. Su característica altamente racial, violenta como las presentadas en Ucrania y en su progenitora Croacia. Después de esto lo que viene es la porquería.

Antes era el Florín de Ámsterdam. Posterior a este Gran Bretaña ganó pues tenía más energía imponiendo la Libra Esterlina sobre el Florín. Ahora es la bidictadura del dólar y el Euro, sobrepesos bajo cualquier método de fuerza en economías enteras.

La gran depresión de 1873 a 1893 originó los saqueos a la India más toda la periferia de África y la violenta industrialización por valiosísimas materias primas traían el salto del carbón al petróleo en la primera industrialización. Luego de haber acabado la madera pasaron a la carbonización de mina y de allí al gasoil.

La guerra ítalo—turca en contra de Libia fue de enfrentamientos originados por el entonces Imperio italiano en contra del Imperio Otomano. Antesala a la destrucción de este último en la I Guerra Mundial.

La crisis de navieras inglesas de guerra impulsadas con velas pasó al carbón y de allí al barco de gasoil en 1908. Y en medio de todo aquel desastre en 1917 surgió la URSS un país con muchísimos recursos, siendo esta la causa para que Europa reorganice sus guerras mundiales. La primera de ellas se extendió a partir de 1914 uniéndose hasta la II Guerra Mundial la cual no culminó en 1945.

Aun cuando el fin de la I Guerra Mundial formalmente finalizó en 1918 esto no fue así pues el corto intervalo de 1919 a 1939 fue una sola guerra de agresiones y consolidación del colonialismo. Lo mismo ha pasado desde 1945 hasta nuestros tiempos donde la expresión de la guerra ha sobrepasado cualquier nivel en las relaciones internacionales las cuales de manera justa jamás han existido.

Estamos frente a un poderoso llamamiento en el control de las relaciones internacionales, donde muchos ni siquiera desean participar en su defensa. Mientras Europa anda aprobando leyes para devolver a jóvenes que andan escondidos por todos sus territorios luchando sin saberlo, reproduciendo un modelo antiguo.

Este mentirometro pudiera estar en su mismo anuncio de fin. Y el nuevo antídoto para tratar la aplicación de otro derecho internacional donde el arma de los conflictos no gobierne desde el poder desvencijado, sino que este sea traspasado por una nueva etapa glocal y mundialmente respetuosa de una mentalidad y sentido.

Hasta más pronto…

 

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