En el mundo entero a los aficionados al cine y la TV nos han convencido que los aliados durante la segunda guerra mundial eran los buenos, nadie lo ha negado considerando que el enemigo era Adolfo Hitler "El Führer". Desde entonces los nazis representan lo peor de la humanidad siglo XX en adelante, lo inimaginable era que esos "aliados" por su afán mercantilista malograran su participación en la derrota nazi 72 años después y con desmoralización galopante.
La ausencia de piedad en la conducta nazi masacrando adultos, ancianos y niños, hombres y mujeres judíos, tenía ejemplos anteriores en la historia, pero jamás en la magnitud del llamado holocausto. Precisamente por las imágenes de los campos de concentración nazis, la quema de seres humanos en los hornos crematorios y tantas asombrosas escenas, la colectividad universal quedó estupefacta.
En esta tercera decena del siglo XXI historiadores independientes relatarán con no disimulado asombro la manera como neoaliados sin planes moralmente eficientes, defienden a unos nazis representados por el ucraniano Volodomír Zelenski. Causa pasmo ver a quienes fueron aliados en el conflicto mundial de los años cuarenta del siglo XX por el bien común universal, darle ánimos ahora a quienes imponen su impiedad nazi, negando en las comunicaciones sociales el comportamiento asesino de ucranianos fascistas y el de mercenarios que elogian métodos nazis.
Redivivo afán pronazi exhibido sin pudor alguno sirve para mostrar que no son muy diferentes a la hora de aliarse con nazis, dispuestos a defender su paga y nada más, preparados los extranjeros y los ucranianos supuestamente nacionalistas, cometiendo fratricidios con tal de expulsar habitantes de dos territorios de habla rusa, hasta hace poco bajo influencia nazi y se separaron dos repúblicas independientes, el embrollo enluta Europa y parte de Asia, arrastrando miseria y hambre prácticamente al mundo entero, irresponsabilidad prooccidental.
La derecha capitalista es redomadamente corrupta y los soldados ucranianos ya vencidos ante el poder bélico ruso, cuentan con amargura que fueron carne de cañón, sus jefes negocian en el mercado mundial las armas de todo tipo que les remitieron los EE UU y gobernantes europeos, que no solo han hipotecado a los ucranianos de ahora en adelante, sino que para equiparse los combatientes han tenido que pedir dinero y ayuda alimenticia, atrincherados muriendo por abandono del poder en Kiev.
La impiedad nazi está respaldada mediante la multiplicidad de noticiarios a favor del pequeño país ucraniano, dándole espacio a las explicaciones de un orate como Volodomír, que ha roto relaciones con naciones a diestra y siniestra, esperando salir de este desastre no solo robustecido económicamente, sino en busca de dónde asilarse para que no le pase por ejemplo, lo ocurrido a la dirigente boliviana Jeanine Añez que deberá pagar cárcel producto de su torpeza política y abandonada por Washington, o el desprecio visto hacia el guaidiota autojuramentado en Venezuela.