"Adiós muchachos compañeros de mi vida"
César Vedani
Este 7 de agosto se hace inolvidable para todos los pobladores de nuestra América, empezando por los venezolanos y muy especialmente para los colombianos, ya que, han llevado el peso de una sangrienta carga, desde hace muchos años y con la llegada del que ahora despiden la tragedia se hizo mucho mayor, después de una soberana evacuada cumpliendo órdenes directa de su promotor Álvaro Uribe Vélez, y de los dos últimos halcones, que se han posado en la Casa Blanca (Trump y Biden) representantes del imperialismo en su máxima expresión.
Iván Duque, pasó por todas las facetas posibles para hacer el ridículo, como mandatario de una nación. Le encomendaron una tarea nada fácil, como fue hacer lo posible e imposible por sacar a Nicolás Maduro de la presidencia, pero todos los intentos terminaron en rotundos fracasos, hasta rayarse frente al pueblo colombiano para degradarse en un simple payasito por demás devaluado contribuyendo en la aplastante derrota de la derecha, golpeando a más de uno, algo que parecía imposible en un país manejado a su antojo por una de las oligarquías más rancias de todo el continente americano.
Duque, como buen mandadero al estilo de un mercenario se movía para donde le indicara el imperialismo y Uribe Vélez. En una de esas actuaciones, terminó haciendo una de comiquitas, cuando se presentó, con otro fracasado peoncito: Sebastián Piñera, en el conocido episodio de tienditas, donde pretendían una invasión, con el falso cuento de la ayuda humanitaria. Al final, ni siquiera con la apabullante ayuda mediática desplegada por todos los medios posibles en manos de la oligarquía, pudieron esconder una pantomima que, a la larga les terminó de quitarles la careta, con el cual intentaban seguir engañando al noble pueblo colombiano y a la opinión pública internacional.
El servilismo de Iván Duque, echo por tierra cualquier residuo de respeto por la dignidad humana, si en algún momento la tenía. Los éxitos que siempre presentó en su sangriento gobierno, dependían de los serios problemas de Venezuela, creados en parte por la pandemia del Covid-19, los derivados por el bloqueo del imperialismo, el robo de monómeros en complicidad con Guaidó y la corrupción en muchos casos amparada por ellos, más una emigración incitada haciéndoles creer, que, Colombia es el paraíso terrenal, de ahí se apoyó para arremeter contra el gobierno venezolano, faltando poco para crear un enfrentamiento directo entre ambos países, para beneplácito del gobierno estadounidense y el imperialismo.
El último "logro" de Duque, es una abierta amenaza de perro enjaulado al soltar ladridos para demostrar que, es bravo y por eso está en esas condiciones, al oponerse a la presencia de Nicolás Maduro, a la toma de posesión del nuevo mandatario Gustavo Petro, otra reacción de niño malcriado, bajos los arrebatos de soberbia, que no ha tenido ninguna respuesta para terminar totalmente encolerizado; pero haga lo que haga se marcha, como perrito con el rabito entre las piernas. Lamentablemente en parte, cumplió con la tarea encomendada al dejar un país envuelto en problemas, más dependiente a los designios de los Estados Unidos y los narcoparamilitares sembrando el terror en cada rincón de Colombia. Esta es la papa caliente, que, hoy recibe Gustavo Petro. Sin embargo, hoy es fiesta en Colombia.