Medellín hacia un cristianismo ecuménico liberador

Viernes, 26/08/2022 07:53 AM

Mientras muchas comunidades de América Latina y el Caribe conmemoran otro año de la pascua del obispo brasileño Hélder Cámara, en Nuestra América hace 54 años se inició un camino pleno de esperanza transformadora la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada en Medellín del 26 agosto al 07 septiembre de 1968, la cual trajo al Continente de la Esperanza, el viento liberador del Concilio Ecuménico Vaticano II, impulsado por los Papas Juan XXIII y Paulo VI. Medellín constituye una referencia obligada para los países latinoamericanos porque defiende los derechos humanos al tiempo que denuncia sus violaciones, aboga por un modelo de desarrollo, critica al capitalismo, devuelve a nuestros pueblos sus propias raíces e identidades culturales.

Medellín dará un aporte avanzado en el contexto de América Latina, en su opción por los más pobres, y por la exigencia de justicia y paz. La Teología de la liberación que brota de la experiencia misma, une fe y política, y opta por los empobrecidos, en la exigencia de justicia. La persona debe convertirse en Sujeto de derechos, un nuevo hito en la historia de la Iglesia, en especial Gaudium et Spes con el compromiso de justicia. Se retoma nuevamente la inspiración del Pacto de la Catacumba de Santa Domitila cuando un grupo de Obispos, bajo la inspiración de Helder Cámara, y con la presencia de Enrique Angelleli, Leónidas Proaño, Juan José Girardi, Pedro Casaldaliga, asumen vivir una opción radical por los más pobres, dejar privilegios, lujos, y asumir una vida sencilla y pobre, al servicio de los más pobres, explotados y marginados.

Luego de períodos calificados de invierno eclesial por teólogos latinoamericanos, revive en Nuestra América, desde el trabajo de comunidades eclesiales de espiritualidad ecuménica liberadora, con esfuerzos de profetas como Martin Luther King, Oscar Romero, con movimientos sociales que impulsan una Diplomacia de los Pueblos, intentos de integración solidaria como los de Alba-TCP, CELAC, PETRO CARIBE y los esfuerzos constructores de paz responsable con la gente y con la Madre Tierra. El Cristianismo Ecuménico Liberador exige una actitud coherente y radical en la praxis política y en seguimiento de Jesús liberador del Evangelio, asumida en comunidad de base o desde la organización y en la defensa de los derechos económicos, civiles, sociales, políticos y culturales, para combatir toda clase de opresión como lo expresaba Helder Cámara "cuando doy pan a los pobres me llaman santo, cuando pregunto por qué no tienen comida me llaman comunista".

Las voces proféticas de Medellín, siguen hoy repotenciando la esperanza transformadora, para superar las tentaciones regresivas actuales y salir purificados, más fuertes y con un mayor sentido del destino al que esta llamado nuestro pueblo, para beneficio de todos, empezando por los más pobres y para toda la humanidad. Con la Alegría del Evangelio.

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