Hay mitos demoniacos desde el siglo XVI y Europa drena sus sueños imperiales porque ha trocado todos sus sueños y, en la actualidad su población campesina debe buscar leña y llenar su cuerpo de hollín para poder calentarse en invierno. Es un polvorín desde que los no arios fueron llevados a las cámaras de gas, la tiranía nazi ejemplifico en el destierro, silencio y cautiverio los mayores peligros de nuestra civilización. Es un balance de la historia inmediata, estamos acorralados en el tiempo por zorros y lobas., por lo tanto, un gran vendaval le espera a Alemania, las divisiones rusas desean producir un apocalipsis con las cenizas de los viejos políticos europeos.
El nazismo es una fuga del tiempo. Putin desea superar a Hitler y a Stalin, pero, todo ha sido descargado a los judíos. No necesita ser profeta, místico o reformador religioso. Desde El Vaticano hasta Alemania el mensaje del nuevo profeta lleva la sombra de Schiller o de la libertad moral. Pero, siempre habrá un egoísmo gozoso. Allí están las fotografías inglesas que arropan el planeta, anunciando que viene un Nuevo Orden Mundial., por lo tanto, se cierran las puertas del palacio inglés.
En el antiguo Israel, como en la Alemania de Hitler hay un mesianismo que tiene un ideal, es que existe la misma pasión nacionalista y, es una fuerza por la fuerza. Es el tiempo de los nuevos Césares, ahora suma Carlos III sin la princesa Diana de Gales. Es que en el pasado hubo profetas coléricos y xenófobos con ideales germánicos.
Entendamos el Derecho Romano y su tradición jurídica clásica que aún subsiste en Alemania y América Latina. Simple, la cultura europea poco logro calar en el Sur, menos en las enrarecidas punas del Perú. Ahora, hemos sido redescubiertos por religiosos, puritanos que constituyen un patrimonio del pasado. Entonces, desmenuzamos los ritos y llenémonos de la antigua nostalgia utópica para tener una visión histórica de lo que sucede en América, de modo que nadie se atreve a colonizar nuevas tierras.
El hombre es una simple bandada en cautiverio. Ante tantas sectas lunáticas y de las ilusiones religiosas, siempre hay un pagano que no encuentra su verdad y causa alarmas, Me acuerda a la Inglaterra Victoriana de 1880, donde los decálogos de las religiones brotaban en aquel suelo de Francia, perturbados por La Biblia, el libre examen, la niebla y economía política. Ahora los partidos en América Latina tienen un decálogo religioso copiado de Inglaterra y, no es extraño que los venezolanos alaben a la reina Isabel, sin importar sus benevolencias hacia nuestro país al negarse asumir sus atribuciones sobre el oro guardado en los sótanos bancarios porque es una costumbre inglesa. Es un disparadero de la época y, donde los grandes sociólogos de la época no encuentran la salida.
Italia no pasará de este éxtasis. La liturgia bizantina se encuentra presente y nos hace pensar que los venezolanos somos una colectividad medieval. Donde el hombre desaparece mientras reza y la crónica abre sus cauces hacia lo terrenal. Olvidamos que estamos frente a un espíritu burgués representado por el Estado y, hace de toda una historia.
La humanidad cristiana estará siempre presente. Todos oramos por Venezuela y que mejor sitio que el Páramo La Negra, yo fui allí, cuando tenia once años llevado por seminaristas del Seminario Kermaria. Todavía conservo el rosario que me dio el sacerdote para romantizar mis pedidos a Dios en voz alta y con libertad, mientras veíamos a ciudadanos cruzar las picas, torrenteras y caminos hacia Colombia o a Tovar. Allí no se necesita máquinas para volar como los drones, sino buena salud, voluntad y piernas. Hasta pueden subir jeeps. En esa montaña uno se contagia del paisajismo, subí ocho veces entre los 11 y trece años, ya tengo 71. Cuánto tiempo ha pasado, en La Grita todos se conocen. Cada quien sabe de cada quien.
Más allá de lo concreto, lo limitado y lo corpóreo, se encuentra Dios. Y los ingleses y alemanes creen que el Vaticano esta con ellos. El asunto es dominar toda la escena y, el individualismo moderno, hay un secretismo psicológico y un misterio vital, como el que atormento a Leonardo Da Vinci. Todos queremos orar a cielo abierto, bajo la tempetuosidad de la soledad.
Es el signo de la época, Inglaterra no tendrá cambios con Carlos III, Italia se prepara para gobernar el mundo desde El Vaticano y los fieles religiosos seguirán subiendo al Páramo La Negra a orar y rezar, como lo hice cuando era un párvulo. Allá quienes están acostumbrados a alarmar una población y, lo extraño porque las autoridades civiles no ascendieron rápido al Paramo, si nosotros, siendo muy jóvenes lo hacíamos a pie y los labriegos nos daban alimentos cárnicos y vegetales y nosotros le ayudábamos monetariamente, eso, esta lleno de fincas, parcelas y de labriegos humildes que tienen el mejor café, porque no está mezclado como los del Clap.