Que las fuerzas armadas rusas sean el molino de las armas de Washington es una cosa, pero para completar la demolición, se debe avanzar en la guerra. Por ese sector es cuestionado el ejército y el gobierno de Putin.
A finales de septiembre las críticas públicas a los generales y al gobierno rusos, por la lentitud y los repliegues tácticos de las fuerzas armadas rusas, que abandonaron amplias zonas de Járkov y ciudades del norte de Donetsk, se concretaron en las palabras del líder checheno Ramzán Kadirov y en las exhortaciones del líder comunista ruso Guennadi Ziungánov.
Ambos dirigentes coincidieron en convertir la operación militar especial en una campaña militar más agresiva y reforzada con hombres y recursos; pues de otra manera se va camino a la derrota.
Estas dos demandas sacaron al Kremlin de un status quo de inmovilidad y relax, que vivían mientras sus fuerzas armadas libraban encarnizados combates en el frente. El impacto en la política calmada y cautelosa del Kremlin hacia la guerra en Ucrania, fue de tal magnitud que, los cambios concurrieron drástica e inmediatamente. Miremos lo que pasó:
En el transcurso de 10 días, los referéndums se organizaron, se llevaron a cabo y se logró la adhesión a la federación rusa de las nuevas repúblicas y las regiones de Jersón y Zaporiyia. Se logró movilizar a 300,000 hombres de las reservas para reforzar las zonas bajo control ruso. El presidente Putin, confirmó en su discurso de unión a Rusia de las nuevas repúblicas y las regiones, el uso de los recursos necesarios para esta nueva etapa y se hizo el llamado a la unión patriótica de todos los rusos para defender la nación de las agresiones occidentales.
Ramzán Kadirov líder checheno con influencias militares decisivas en Zaporozhie y Jersón. Quien viendo el repliegue de las tropas rusas de Jérkov y de otras ciudades de Donetsk, exigieron a los militares que dirigen la guerra y al gobierno encabezado por el presidente Putin. Incrementar la presencia militar con hombres y recursos, a la vez hacer más agresiva la campaña militar, incluso propuso el uso de armas atómicas. Kadirov va enviar a sus hijos de 14, 15 y 16 años de edad, al frente de batalla.
Guennadi Ziunganov líder del Partido Comunista ruso; en dos alocuciones en la Duma. Dijo a mediados de septiembre que la operación militar especial se ha convertido en una guerra y que ya no se puede entrar y salir de ella, cuando quiera. La guerra demanda la máxima movilización de fuerzas y recursos. En octubre, demandó aceptar que se está en guerra contra todo occidente, desarrollar la campaña militar más agresiva, dotar la campaña con más hombres y recursos y que está de acuerdo con el discurso del presidente Putin, cuando hace un llamado a la unión patriótica de todos los rusos.
Las demandas y críticas al Kremlin se dan en un contexto internacional de apoyo a Ucrania, como se puede corroborar con los siguientes datos: a Kiev llegan todos los líderes políticos de la Unión Europea, generales y ministros de defensa de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y los líderes militares de la Otan. Llevan consigo decenas de miles de toneladas de armamento. Y una mínima cuota de 24,000 millones de dólares para mantener al régimen y la guerra, que ya dura 7 meses.
En la guerra contra Rusia, todo occidente está participando, a veces directa y a veces indirectamente, dentro de la lógica de sanciones, del dinero, las armas y los mercenarios. Sin tregua. En ese afán otros países, sucumbieron: Yugoslavia, Libia, Irak son casos dolorosos de las embestidas de Washington y la Otan.
Con Rusia, las cosas no les salieron bien a los guerreristas occidentales. Tampoco vamos a sostener que los rusos son los inmortales y los guerreros invictos, pero sí, son buenos estrategas y no se desesperan, a menudo.
Aunque es así su lógica, hace poco las críticas de Kadirov y Ziuganov mostraron bastante alarma y desesperación que, traducidas a acciones políticas de respuestas, se puede afirmar que tales exigencias, le sacaron trote a Putin y al Kremlin.
En este momento se está llevando una contra ofensiva en las zonas abandonadas, con victorias sensibles para los rusos y aliados y, pérdidas gigantescas de la Otan.
El líder comunista exhortó que se examine bien la justificación pública de la guerra, ya que advierte la carencia de una explicación a los rusos, de los motivos de la guerra. Por ello. exigen al gobierno y a todos los rusos, el involucramiento con más conciencia en este suceso histórico. Aclarando que se debe comprender que la operación militar especial se ha convertido en una guerra. Donde Washington, la Otan y toda Europa unida lucha contra Rusia. y que se debe responder, a la altura de las circunstancias.
De Crimea a Lugánks, y de Kaliningrado a Vladivostock y Anadyr. la nueva Rusia necesita más hombres que la defiendan. Fue la esencia del discurso de Putin, en el evento de firma de los acuerdos de unión de las repúblicas del Donnbás y las regiones de Jersón y Zaporiyia. Otras medidas inmediatas del presidente Putin son: firma del acuerdo del traspaso inmediato a Rusia, del control de la planta nuclear Zaporozhie y la afirmación de que la situación en los nuevos territorios incorporados a Rusia, se estabilizará.
Como dijimos, un jefe checheno y un líder comunista ruso, le sacaron trote a Putin y despertaron al Kremlin.