"La OTAN ha remitido una nota de inteligencia a sus países miembros en la que alerta de la movilización del submarino nuclear ruso ‘K-329 Belgorod’, portador del misil nuclear Poseidón, también conocido como el Arma del Apocalipsis, según informa este domingo el diario italiano La República".
"La OTAN teme que su misión sea ahora realizar una prueba del súper torpedo Poseidón, un proyectil con capacidad para desplazarse hasta 10.000 kilómetros bajo el agua y luego hacer explosión cerca de la costa para causar un tsunami radiactivo".
Lo importante, lo asombroso, lo alarmante de la noticia es la poca atención que se le presta, la humanidad está como narcotizada, distraída en pequeñeces, lo trascendente es dejado de lado. Es suficiente examinar la arquitectura de las páginas de información para darse cuenta del absurdo: al lado de esta grave noticia, encontramos las reseñas, de bolsonaro empatando con lula, de los cuadernos de superbigote, de las evasivas de putin, de los cinco minutos de gloria de Petro, las elecciones de los gringos, el frío que se avecina en Europa, el yuan chino, qué dijo Shakira, la gente peleando por sus reivindicaciones económicas… la humanidad tiene cien años dando la vuelta en el mismo lugar, distraídas con las mismas noticias intrascendentes que ocultan el problema real, mientras la conducen hacia su extinción.
Nos preocupamos por el punto de no retorno del desastre climático, pero no nos preocupamos por el desenlace del exterminio nuclear que es una realidad. La capacidad destructiva de una guerra nuclear de mediana intensidad destruiría la vida en el planeta. Podemos imaginar que las detonaciones nucleares desquiciarían el eje de la tierra, entonces, cambiaría la relación del planeta con el sol, ya las estaciones no serían las mismas, la rotación cambiaría, la traslación se descolocaría, la vida se extinguiría. Es suficiente pensar que con un pequeño choque cambiaron el rumbo de un meteorito de gran tamaño, con unas detonaciones nucleares, la tierra se convertiría en una nave errática en el espacio. Eso, sin hablar del invierno nuclear.
La situación es terminal, la humanidad no puede seguir distraída en pendejadas, este asunto es de vida o muerte, no hay nada más importante. La humanidad está en manos de cuatro locos que tienen la capacidad de destruir varias veces al planeta, secundados por otros locos de menor calado, que se distraen en gobiernos bufos, pendientes de sus intereses personales, de ser reelectos, de lucrar. La humanidad carece de líderes con visión de totalidad, sólo hay líderes con visión corta. La política que es la lucha por el poder en una parcela debe ser sustituida por la humanótica, la lucha, la visión de humanidad. Sin este cambio todo está perdido.
La humanidad, en esta hora definitiva, no requiere políticos, personas que se entiendan con los asuntos parciales, necesita, al contrario, humaníticos, personas con visión de humanidad. Sólo ellos podrán, desde lo nacional reflejarse en lo planetario, conducir a la masa humana hacia los objetivos propios de su salvación. Se debe detener, derrotar la mentalidad bélica, el gasto militar, desnuclearizar al mundo. Para eso es necesario superar al capitalismo, cuyo desarrollo tiene al final del camino de la mercancía la destrucción de la vida en la tierra. En la lucha contra el capitalismo se decide la vida. Cerramos diciendo, "el hombre no es una pasión inútil". Vale la pena luchar.
¡CHÁVEZ HUMANIDAD!