Terrorismo, venganza, Ucronazis y Nord Stream

Domingo, 16/10/2022 07:26 AM

Fue al expresidente de Irán, Hasán Rohaní, a quien escuchamos decir en 2018, que: «EE.UU. es el Gobierno más vengativo en la historia». Los gobiernos de EEUU, no le perdonan al pueblo iraní el derrocamiento de la dictadura monárquica que les impusieran por intermedio del autoproclamado Sha de Irán. Dicho pueblo, se vio obligado a derrocarlo, mediante el triunfo de la revolución islámica de Irán, en 1979. Han transcurrido desde entonces, 43 años, y los gobiernos imperialistas de los EEUU, no han cesado de agredir a la Revolución Islámica en procura de su destrucción. La venganza, definida por la Real Academia de la Lengua, como una satisfacción que se toma alguien por agravios recibidos, valga decir, una forma de castigo que aplica ese alguien que se cree ofendido o maltratado, en un intento por reparar lo sucedido, valga decir: la autojusticia. Decía Gandhi: «ojo por ojo y el mundo acabará ciego». Tan ciego, como lo está el gobierno imperialista de los EEUU, en su ansiedad de venganza con el pueblo persa. ¿Qué ofensa o maltrato pudo haberle propinado el pueblo iraní al gobierno imperialista de los EEUU? Si en los hechos, fueron ellos quienes acudieron a su territorio a agredirlos, maltratarlos e imponerles una dictadura que abolió sus libertades democráticas durante años. EEUU, una nación que se autoproclama como la más moderna y democrática del planeta, aplica el Código de Hammurabi (1728-1688): «ojo por ojo y diente por diente», como su código de justicia. Los hechos confirman, que el desarrollo y progreso que los llevó a conformarse como la otrora gran potencia del planeta, no se compaginó con un desarrollo humanitario propio de lo que debió haber sido una potencia hegemónica. Como narró, el Presidente Donald Trump, en una cena privada de recaudación de fondos para su campaña de reelección en 2020, refiriéndose al asesinato del General Qasem Soleimani. Reivindicándose, como autor intelectual de dicho crimen, lo justificó con sandeces tales como: «Se suponía que era invencible», finalizando con la excusa de siempre: «Dijo cosas malas sobre nuestro país». ¡Tal es, el nivel de desprecio por la vida humana de parte de los adoradores de la muerte! No se equivoca, el hermano Evo Morales, cuando sentencia y acusa al gobierno imperialista de los EEUU: «Vivir de la muerte es inhumano». Adolf Hitler, era tan igual de rencoroso que ellos. Baja tolerancia a la crítica, tendencia a menospreciar a las personas y buscar venganza; ése era, el perfil psicológico elaborado en 1943, por el psiquiatra Henry Murray, de la Universidad de Harvard, a petición de la Oficina de Servicios Estratégicos, antecesora de la CIA, para ayudar a los aliados a entender el carácter de Hitler. Hoy, dicho perfil, es muy común apreciarlo en todos los presidentes de EEUU, sin excepción. Nada casual, la admiración que sentía John F. Kennedy por Hitler, y que describe en su Diario de viaje y cartas (1937-1945). Hoy, el mundo es testigo como los demócratas de ayer han vendido su alma al nazismo. El Presidente Joe Biden, ha logrado erigirse en gran líder del nazismo internacional. General en Jefe del Batallón Azov. Ayer, era Obama, General en Jefe del Estado Islámico. Tal es, la deriva terrorista de quienes en el pasado reciente, se autoproclamaban como líderes de la democracia representativa del planeta.

Cuba y Venezuela, dan fe de lo expuesto. Pequeñas naciones, que tan solo se han valido de su poderosa Fuerza Moral para imposibilitarle al bárbaro imperio del norte, el logro de sus objetivos de dominación y destrucción de sus Estados-Naciones. Bloqueos, sanciones criminales, intentos de invasiones mercenarias y terrorismo, mucho terrorismo de Estado, han sido las fórmulas de juicio para cobrar venganza a ambas naciones. Al no poder lograr sus objetivos de colonización y dominación, EEUU ha dado rienda suelta a su yo interno: la barbarie. En Cuba, las apetencias del naciente imperio, lo llevaron en febrero de 1898, a la ejecución de un auto atentado terrorista contra un barco de su marina de guerra, que realizaba una visita amistosa a la Isla. Ante la negativa de la corona española de venderles la Isla, y la falta del reconocimiento de beligerancia de los cubanos en su lucha contra el coloniaje español; el naciente imperio, optó por implosionar su propio barco, importándoles un pito que muriera su tripulación, compuesta por 26 oficiales y 328 marineros estadounidenses. Como es costumbre de ese imperio, sus medios de incomunicación y desinformación, responsabilizaron de tal acto terrorista a España. Fue así, como crearon una cortina de humo mediante la cual, España había volado el barco con una mina desde el exterior partiéndolo en dos a la altura de la proa; creando así, las condiciones necesarias para un conflicto bélico entre ambas naciones. Como consecuencia de esa guerra, Cuba pasó de ser colonia española a colonia estadounidense. EEUU, imposibilitó que una comisión internacional inspeccionase los restos del barco. No sería sino hasta 1978, valga decir: 80 años después, que peritos estadounidenses con el almirante H.G. Rickover al frente, harían público un nuevo dictamen, afirmando que la explosión fue accidental y producida desde el interior por combustión espontánea del carbón. Poco creíble esa versión, pero ya la realidad cubana era otra. Con la llegada de los nuevos colonialistas, llegó también Fulgencio Batista, y una nueva dictadura se le impuso al pueblo cubano, hasta que Fidel Castro y la Revolución, tomaran al poder el 1º de enero de 1959, y nuevos aires de soberanía e independencia nacional se apoderarían de la Isla. EEUU, nunca ha abandonado –desde entonces- la idea de que Cuba les pertenece. La venganza del imperio estadounidense, hoy en día, los castiga con bloqueo, sanciones de todo tipo y agresiones militares, terroristas, mediáticas, psicológicas, biológicas, en fin, toda una guerra multiforme que pasa de los 63 años, sin que se vislumbre un final. Al respecto, decía el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la Cumbre de la CELAC-2021, lo siguiente: «Washington, nunca ha dejado de realizar operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del río Bravo» (…) «Solo existe un caso especial, el de Cuba, el país que durante más de medio siglo ha hecho valer su independencia, enfrentando políticamente a los Estados Unidos, podemos estar de acuerdo o no con la Revolución cubana, pero al haber resistido 62 años sin sometimiento, es toda una hazaña» (…) «Creo, que por su lucha en defensa de su soberanía, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad». ¡Aprobado!

Decía Henry Kissinger, ex Secretario de Estado de EEUU, en una Conferencia que dictara en el London Center for Policy Studies, el 31 de octubre 2001: «el terrorismo, se define como ataques indiscriminados contra civiles con el fin de romper el tejido social». Terrorismo, es lo que hemos visto como práctica consuetudinaria de la política exterior de los gobiernos imperialistas de los EEUU contra Irán, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Muestra palpable de ello, fue el apagón o blockout del Sistema Eléctrico Nacional de Venezuela (SENV), con el claro objetivo de generar un escenario de caos y desestabilizar la sociedad venezolana, ocurrido el 07 de marzo de 2019, como corolario de una guerra eléctrica prolongada durante los años 2013 a 2019, en la que fallecieron más de 200 terroristas, fueron detenidos más de 150 y afectadas más de 150 subestaciones eléctricas, algunas carbonizadas en su totalidad. De acuerdo con el portal «Misión Verdad», el cuerpo militar de la Aviación de los EEUU, publicó a principios de 2018, un informe sobre las posibles consecuencias en caso de ser víctimas de un ataque electromagnético (EMP). En dicho informe, profundizan sobre la interrupción súbita por medio de un ataque EMP y concluyen que se puede interrumpir por un largo período de tiempo el sistema o red eléctrica de cualquier Estado. El referido informe, señala entre los posibles resultados del ataque por parte de EEUU a otro país víctima, que una revuelta social sucedería en horas; además de señalar, que serían requeridos al menos 18 meses para la sustitución de los elementos claves de la red o sistema lastimado. A tales niveles de degradación, llega la ansiedad de venganza del gobierno imperialista de los EEUU contra esa pequeña nación, que no les permitió instaurar la dictadura de Pedro Carmona Estanga en abril 2002, y en apenas 47 horas, fulminó las aspiraciones que la misma se estabilizara y sometiera dicho pueblo a los dictámenes de Washington. Y tan igual como atacaron al SENV, ha ocurrido con infraestructura energética, atacando gasoductos ubicados en territorio nacional con acciones terroristas como la ocurrida el 18 de julio 2022, y denunciada por el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, quien responsabilizó al gobierno imperialista de los EEUU por dicho ataque terrorista contra el gasoducto de Aguasay, Estado Monagas. Recordando Cabello, que al menos dos ciudadanos estadounidenses, fueron detenidos en las cercanías de refinerías petroleras del país, con mapas y planos de las mismas. «La venganza ocupa y preocupa. Casi siempre actúa de manera desmedida. Quien la practica cree dar sentido a sus expectativas. (…) La venganza consume y obsesiona y es, por ello, absolutamente inconveniente. Así de simple» (Sobre la venganza, JUSAMAWI).

El 11 de abril de 2015, La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, participó en la VII Cumbre de las Américas, en Panamá. Fue una intervención magistral, que no fue del agrado del entonces presidente Barack Obama, habida cuenta su estilo crítico con las políticas de dicho régimen imperial. Dijo: «La verdad es que esta es mi última Cumbre, como Presidenta de la República Argentina, también creo que es la última Cumbre del presidente Barack Obama. Es una Cumbre histórica porque participa por primera vez la República de Cuba». (…) «Entonces, tengamos claro que Cuba no está aquí y no estamos presenciando el encuentro de dos presidentes que finalmente de mucho tiempo decidieron darse la mano. No, señores. Cuba está aquí porque luchó por más de 60 años con una dignidad sin precedentes, con un pueblo que como recién lo indicaba Raúl, el 77 por ciento nació bajo el bloqueo, que sufrió y sufre aún muchísimas penurias, y porque ese pueblo fue conducido y dirigido por líderes que no traicionaron su lucha, sino que fueron parte de ella». Cristina, continuó su intervención con Venezuela, dijo: «Y en eso estábamos, cuando de repente surge o se firma un decreto, en donde se declara a la hermana República Bolivariana de Venezuela, como amenaza para la seguridad de los Estados Unidos de Norteamérica. Confieso, les confieso a todos mis colegas, que cuando escuché la noticia dije: no, debe haber un error, debe ser que no están de acuerdo con las políticas. Y no, me trajeron la orden, una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos. Y la verdad que no me surgió una respuesta de carácter flamígero, antiimperialista. Lo primero que hice fue reírme, porque realmente resulta absolutamente inverosímil, casi rayando en lo ridículo…», pero siguiendo con el tema: «Le preguntaba anoche a Nicolás Maduro: "¿Cuánto es tu presupuesto militar?" Y creo que me dijo 1.000 millones, 2.000 millones de dólares, un poquito más. ¿Cómo puede, entonces, concebirse que la mayor potencia del mundo pueda considerar una amenaza a la República Bolivariana de Venezuela?». Ese año, el presupuesto militar de EEUU fue de 640 mil millones de dólares, y razonaba Cristina: «Es una sinrazón y es realmente una pena, presidente Obama, no sé si estará presente o si se habrá retirado, no alcanzo a ver, tendría que ponerme los anteojos y no tengo ganas, no está, no importa, alguien se lo contará. Es una pena realmente, que tal vez producto de negociaciones internas en su país, porque sabemos también que no las tiene fácil, sabemos también de los sectores más reaccionarios que lo acorralan, que le piden cosas, sabemos de la negociación política que tiene que llevar a cabo con varias dificultades. Pero, realmente, si querían enfrentar a Venezuela, deberían haber encontrado otra forma, porque en realidad, nadie puede creer esto». Un discurso muy crítico para con el Emperador Obama. Siete años después, el imperio, no perdona aún sus palabras y hoy, Cristina Fernández de Kirchner, es objeto de una brutal persecución judicial-mediática en su propio país y semanas atrás, el mundo era testigo de un magnicidio frustrado en su contra. «La venganza, es uno de los motores que mueven a los humanos y cuando Hitler odiaba a alguien, no paraba» (1939. La venganza de Hitler. David Solar).

El mundo postguerra fría (1989), trajo consigo el cambio del sistema internacional de uno bipolar a unipolar; en el cual, la hegemonía pasó a ser potestad exclusiva de los EEUU. En la consecución de tal objetivo, los auto atentados terroristas de las torres gemelas de New York, el 11 de septiembre de 2001, jugaron un rol estelar, al modificar –sustancialmente- el sentimiento estadounidense por uno en el que la venganza contra los presuntos autores de dicha acción terrorista pasarían a ser la razón de ser de la política exterior de EEUU, enfocada principalmente a combatir el terrorismo. La doctrina Bush, se basó en cuatro pilares fundamentales, siendo éstos: «el mantenimiento de la primacía militar estadounidense; la adopción de la guerra preventiva como complemento a la disuasión tradicional; la guerra contra el terrorismo; y democratización». Tales principios, se expresaron en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, y la Guerra Preventiva se convirtió en la disuasión perfecta para todo aquel que se atreviera a desafiar la hegemonía imperial de los EEUU. Los efectos de dicha política, propiciaron un rearme generalizado de las principales potencias contendientes. Rusia, triplicó su gasto militar y China, anunció sus planes para: «transformar su ejército en una fuerza de alta capacidad tecnológica capaz de proyectar su poder a nivel global para 2010». El resultado, podemos apreciarlo en lo que se ha convertido Rusia hoy: la primera potencia militar del planeta; seguido de la OTAN (EEUU y Europa) y en tercer lugar, China. Rusia y China, monopolizan la tecnología de las armas hipersónicas, vedadas hoy en día para EEUU y su OTAN. Esa política hegemonista, se agotó en apenas dos décadas y hoy somos testigos de una nueva reconfiguración del Orden Mundial, llevada a cabo por Rusia y China. Estamos en presencia del declive de los EEUU como potencia hegemónica, y el surgimiento de un Nuevo Orden Internacional, sustentado en el multilateralismo y la resistencia de la potencia declinante a ceder su espacio ante la nueva realidad. El surgimiento del terrorismo, como herramienta de resistencia de la potencia declinante a los cambios, se ha constituido en el arma predilecta para intentar frenar lo inevitable. Ucrania, se ha constituido en el laboratorio por excelencia donde probar sus capacidades de resistencia al cambio. El reciente atentado con coche-bomba, sobre el puente de Crimea; semanas antes, el asesinato también con coche-bomba, de la periodista rusa Daria Dúguina, por una ucraniana identificada como Natalia Vovk, que tras cometer el crimen huyó a Estonia donde está protegida, vinculada ésta con los servicios secretos ucranianos, el temible y sanguinario: Servicio de Seguridad Ucraniano, conocido como SBU.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas y Human Rights Watch, han acusado al SBU de torturar –sistemáticamente- a los opositores políticos y los disidentes ucranianos, con una impunidad casi que total. Esa maquinaria de tortura y muerte, es un secreto a voces que es entrenado, armado y dirigido por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) del gobierno de los EEUU. Según Prozorov, ex oficial del SBU: «Los empleados de la CIA, están presentes en Kiev desde 2014. Residen en apartamentos clandestinos y en casas suburbanas. Sin embargo, acuden con frecuencia a la oficina central del SBU para celebrar reuniones específicas o tramar operaciones secretas». Valentyn Nalyvaichenko, el primer jefe del SBU tras la operación de cambio de régimen del Euromaidán de 2014, fue cooptado por la CIA desde entonces. En conclusión, la SBU conduce directamente a la CIA, y sus ejecuciones obedecen a las órdenes que desde Washington, les emiten para dañar a Rusia. Está demostrado, que los atentados terroristas contra los gasoductos Nord Stream I y II, forman parte de esa nueva vertiente de actuación en la que se ha engarzado la potencia declinante en un intento desesperado de dañar a Rusia; haciendo del nazismo y la rusofobia, sus nuevos códigos de conducta. Es así, que quienes en 2001 hacían del terrorismo, la guerra contra el terrorismo, su casus belli por excelencia. En 2022, el terrorismo que antes denunciaban como una grave amenaza para la democracia, ahora es su causa motivante fundamental de política exterior. De allí, que los medios de incomunicación occidentales, ahora oculten a sus lectores y lectoras sus actos terroristas, con frases edulcorantes que evidencian la clara intención de aplaudir y celebrar al terrorismo, siempre y cuando sea contra Rusia. El Presidente, Vladimir Putin, lo ha dicho bien claro: «Kiev, recurre a métodos terroristas desde hace mucho tiempo. En concreto, tres intentos de atentados contra la central nuclear en la provincia rusa de Kursk, así como contra el gasoducto Turkish Stream, tendido por el fondo del mar Negro hasta Turquía. Kiev, se ha puesto al mismo nivel que las formaciones terroristas más odiosas». Y a la sombra de Kiev, el gobierno imperialista de los EEUU, que actualmente dirigen Joe Biden, el partido Demócrata y por encima de éstos, el poder real de la industria armamentística estadounidense, que provee de armas a los ucronazis del Azov…

Postscriptum: Masacrados los judíos,/ marchamos sobre Rusia/ como una horda rugiente/ tiranizando al pueblo/ cortándolo en pedazos/ liderados por un payaso/ furioso de sangre/ todos saben/ lo que traemos… («Carnaval», Autor: Willy Reese ,Soldado de la Wehrmacht, 1943)

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