Aporofobia y racismo para la crisis migratoria

Martes, 22/11/2022 12:44 AM

En dos siglos, la demanda de emigración de los países pobres hacia los países ricos y la propia capacidad de los candidatos a financiar su viaje ha aumentado significativamente. A principios del siglo pasado, existía una gran diferencia de calidad de vida entre los países llamados "tercer mundo" y los países industrializados, lo cual ayudó a incentivar las migraciones. A estos efectos, numerosos migrantes han dejado sus países de origen para escapar de la pobreza y se han dirigido a instalarse en mercados laborales mejor remunerados —si bien con menores derechos laborales—. Algunos países estiman que, con relación a la población autóctona la "calidad" de los inmigrantes ha bajado progresivamente, aunque países como Estados Unidos, siempre han considerado, por ejemplo, a los migrantes latinos, delincuentes, narcotraficantes, ladrones y marginales. Durante la Alemania Nazi, más de 400 restricciones jurídicas se le impusieron a los judíos y a otros grupos migrantes, llegaron incluso a colocar carteles que decían "no se aceptan judíos ni animales", se les prohibió usar armas, a los niños se les expulsó de todas las escuelas públicas, a los judíos se les exigían alterar sus nombres de nacimiento y adoptar otro (Israel para los hombres y Sara para las mujeres), impuesto por el régimen nazi, entre otras tantas violaciones a sus derechos fundamentales. En otros países como España, se vieron carteles que decían: no se aceptan latinos, ni animales. En la misma región de América Latina, por la reciente salida de venezolanos de su país, se vieron avisos con contenido xenófobo que expresaban "fuera los venecos", "Perú libre de venezolanos", entre otros carteles por demás racistas. Lo más grave que ha pasado esta población migrante, fue el dinero que los gobiernos de turno, se robaron a costa de su crisis, donados por organismos internacionales, la U.E. y el imperio, como Colombia en el gobierno de Iván Duque, y que hoy se desconoce el destino de estos recursos.

La población venezolana sigue saliendo del país, y esto parece indetenible, ya que su condición económica y de pobreza les insta a buscar otra alternativa, a pesar de contar con pocos recursos, pero con la esperanza de que en otro país les irá mejor y pueden ayudar a los suyos. Muchas personas refugiadas y migrantes venezolanos se encuentran en situación de pobreza y hacen lo posible por sobrevivir, la pandemia acentuó más su crisis; muchas familias se han visto obligadas a reducir su consumo de alimentos y han adquirido deudas para cumplir con sus compromisos con el inmueble donde viven y pagar los servicios básicos. Si no cumplen con estas obligaciones corren el riesgo de ser desalojadas, o explotadas, sometidas a condiciones laborales infrahumanas como las vividas por los compañeros trabajadores en Chicago, quienes fueron asesinados por exigir sus derechos humanos y laborales. Según la ACNUR este desplazamiento de migrantes es la segunda de mayor magnitud en el mundo, asegura que existen más de 7,1millones de personas y migrantes en todo el mundo; más de 970.000 solicitantes de asilo de Venezuela en el mundo; más de 199.000 refugiados reconocidos procedentes de este país. Sin embargo, si sumamos el total de migrantes cubanos (+ de 1,7MM en el mundo), sirios (+ de 5,5MM refugiados), palestinos, con un 78,17% que representa uno de los países con mayor porcentaje de migrantes; casi un millón de libios; los haitianos casi dos millones; más de un millón de refugiados ucranianos, considerada la más grande en Europa después de la II Guerra Mundial, entre otros tantos países que han sido víctimas de las políticas injerencistas de los Estados Unidos, lo cual ha obligado a sus ciudadanos a buscar refugio en otros países, incluyendo el propio imperio, para sobrevivir; todos juntos superan a Venezuela y el culpable es el mismo: el imperio. El gobierno de los EE.UU. ha mantenido una conducta represiva contra los propios migrantes. El caso de los venezolanos en la frontera para permitirles el acceso; así como el de los hermanos africanos que intentaron entrar en España, son casos que violan todos los derechos fundamentales de un individuo que, como cualquier ciudadano del mundo, busca protección, seguridad, alimentos y cubrir sus necesidades básicas. La ONU, a través de la OIM, y los gobiernos de estos países deben pronunciarse contra estas violaciones por parte de estos países solo por ser pobres y de color.

La aporofobia (el odio a los pobres) y el racismo para la crisis migratoria son los polos de estos países que llaman del "primer mundo". Bolívar decía que moral y luces debían ser los polos de una república. Hay países que superan el éxodo de ciudadanos más que Venezuela, pero esto no es noticia. Solo son noticia Venezuela, Cuba, Ucrania y cualquier país que le convenga a los grandes medios para desacreditar "regímenes" que no les son de su agrado. El caso Palestina, es uno de las migraciones más indignantes que se suscitan por culpa del Estado sionista y el imperio, y el mundo ni se inmuta; seguido de Ucrania, producto de una guerra provocada por el imperio y sus aliados para derrotar a Rusia. Lo que causa mayor dolor a una persona pobre no es serlo, sino que lo ignoren. El odio a los migrantes pobres se ha incrementado mucho no solo por la falta de valores que azota a la humanidad, también es motivado a una campaña de rechazo y resentimiento que los medios han sabido simular y han enviado con contundentes mensajes subliminales de rechazo en los países que escogen los migrantes, atacando al país de origen, como el caso de Venezuela. El crimen contra 23 migrantes africanos, por ser negros, por la policía marroquí por ingresar a España debe ser condenado por todos los países del mundo. Así mismo, repudiar el ataque contra los hermanos venezolanos en la frontera con EE.UU. por parte de la policía; la conducta hostil del gobernador de Texas que no quiere migrantes en su territorio. Los venezolanos "marginales" que migraron hicieron un enorme sacrificio para llegar a su país destino, sobre todo para el norte. Muchos tuvieron que vender sus propiedades, algunos tuvieron que ver morir sus familiares o amigos en la selva del Darién, otros fueron violados y atracados, les despojaron sus pertenencias y aún así confiaron en que podían llegar a cumplir su sueño de llegar a los EE.UU.; pero el octogenario de Biden les cortó las alas. Al parecer la "marginal" Yoaibimar ya recibió ayuda para su niño especial, esto es lo menos que puede hacer un país que le ha cercenado a otro su posibilidad de brindar una atención óptima en materia de salud a sus ciudadanos porque ha sido bloqueado, es lo menos que debe hacer este país que ha sancionado a un país como Venezuela, que le ha robado sus activos. No hay nada que agradecer, por el contrario, hay que exigirle al imperio que se responsabilice por los daños causados que les ha hecho a otros países que ha obligado a sus ciudadanos a emigrar, como Venezuela, Cuba, Haití, Siria, Ucrania, Palestina, y todos los que han sido víctimas de sus políticas antihumanas. Es urgente que los gobiernos de estos países que han sido afectados, como Venezuela, exijan que se adopte el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, aprobada por todos los Estados miembros de la ONU, excepto EE.UU., en diciembre de 2018. Activar el Plan Vuelta a la Patria para aquellos venezolanos que estén en condición de vulnerabilidad y que quieran regresar voluntariamente a su país. Reconsiderar los casos posibles de venezolanos que se fueron por causas políticas, en vista de que el presidente Maduro está de pláceme con la derecha venezolana, y brindar las garantías necesarias para que su retorno sea en el marco de una protección social, económica y humanista. Somos ciudadanos de un lugar llamado Mundo.

(*)esmeraldagr2309@gmail.com

Licenciada en Administración

Fecha: 21/11/2022

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