Construir el futuro para nuestros hijos en América Latina se hace difícil, porque se deconstruye lo logrado por generaciones, y viene fundándose un nuevo imperio que tiene orígenes arábigos y turco. Entonces, no nos corresponde hacer la historia política por un grave error de nuestros gobernantes. El esfuerzo de una generación pasada por no tocar todo el Parque Canaima se extravía y los muros y mallas para preservar este pulmón verde rico en materiales energéticos se desvanece. Simplemente hay campamentos de extranjeros por doquier. Están trabajando en las entrañas de la tierra para nutrir las riquezas de su país, ya se encuentran colonizados por un dogma y una ideología a nivel religioso. De modo que, no basta dar saltitos, esas montañas no descubiertas por españoles en la época de la conquista y del Libertador Simón Bolívar se encuentran llenas de riquezas fabulosas, y sus montañas en pendientes altas, alberga túneles cuyas paredes son de oro. Simplemente hemos entregado al país a cuenta de una identidad laboral.
Desde Venezuela, y tomando la serranía andina, los planes agrícolas y programas educacionales para hijos del campesinado son tomados en cuenta con mucha rigidez y falacia, porque los personajes que ocupan cargos en el sistema agrario, desconocen estos círculos de enseñanza y trabajo. Pedro Castillo, ex presidente del Perú proviene de esas serranías y, como presidente no les extendió la mano a estos ciudadanos, mostrando debilidad para el gobierno. Lo que indica que todos los países del Sur, a excepción de Brasil, son parte del subdesarrollo.
A fines de 1824, el ejército de Bolívar había invadido el último bastión realista en América en el Virreinato del Perú. Hubo dos batallas clave como parte de este asalto final. La primera fue en Junín y la segunda en Ayacucho. En realidad, las fuerzas de Ayacucho no estaban comandadas por Bolívar sino por Sucre. La batalla terminó rápidamente cuando las fuerzas de independencia capturaron al mismísimo virrey La Serna. Después de la Batalla de Ayacucho, algunos comandantes españoles trataron de aferrarse al Alto Perú, pero a las pocas semanas se fueron y no pasó mucho tiempo antes de que los soldados españoles se retiraran de América.
Simón se hizo cargo de todo. Los peruanos siempre han sido colonizados, y todavía tienen ese comportamiento, por ello, se encuentran sujetos al americanismo, nunca apoyaron la gesta libertadora.. Desde que fue electo presidente por el pueblo, este le exigió una descaradicalización de sus programas de Estado para ir a una reforma, y nunca lo hizo. Alán García, y por último el partido Perú Libre acabaron con la expectativa de un cambio radical para estabilizar el gobierno. Todo resulto ser una farsa, y el alejamiento de los campesinos de la sierra se hizo evidente.
Hay una tensión interna, la izquierda que hace comparsa con la oligarquía, y la otra con un carácter progresista y popular, ambas manejadas con simbologías e historias compartidas, todo movimiento popular necesita núcleos de fuerza que tengan un fuerte peso territorial. Su apoyo social siempre fue difuso y Perú Libre no levantó sus banderas.
Posiblemente la tempestad electoral anuncie otras próximas elecciones, si las elites quieren seguir gobernando como se habían acostumbrado a hacerlo. Perú se encuentra en una de las contiendas más polarizadas y virulentas de las últimas décadas.