La Nueva Izquierda del presente siglo, no coincide con la vieja izquierda y, esta coincidencia adversa nos lleva a una dictadura, donde ya América Latina tiene una gran experiencia. Esto, ha llevado ab un conjunto de debates a nivel latinoamericano, donde ya existe una agenda prevista con presencia histórica de algunos líderes que se han unido a las sectas pentecostales para controlar votos en sectores populares. De tal modo que nuestras leales Fuerzas Armadas tiende a desaparecer en sus cuatro componentes, para dar paso a milicianos, y grupos colectivos que avivan algunos partidos, que, en el presente siglo XXI aparecen en los escenarios políticos. Nadie en Occidente ha canalizado el pensamiento petrolero en una perspectiva real. Solo, se sabe de una cesta de monedas ajustada a un banco de minería que consume electricidad De modo que las organizaciones del eje asiático buscan invertir en Occidente para llevarse nuestras riquezas y, el sistema propagandístico manifiesta que hay incidencias de bloqueo, más no de sanciones que es la gran verdad. Basta observar el tráfico petrolero por el Golfo Pérsico para entender todo.
Tenemos que saber encarnar el tiempo y el contexto histórico. Es un marco de situación histórica, hay algo más que develar, dibujar, animar, denunciar y, algo trasciende. Esta burbuja, donde nos encontramos es muy compleja.
Se han despertado argumentaciones que nos llevan a entender los niveles de corrupción, hasta de la oposición en el caso Guaido, lo lamentable es que todos gozan de libertad. América Latina posee sus propios rasgos. Es lo que llamamos cultura occidental, donde el territorio es novedoso y lleno de muchas riquezas, pero, hay una noción que la caracteriza, es lo carismático que nos remite a los temas de religión y magia. Todas las naciones que han utilizado aúpan el caudillismo y la dictadura.
De tal manera, ya se viene descubriendo desde Cristóbal Colón hasta nuestra época, los espacios de dominación del gobierno de Asturias y los ingleses sobre El Caribe y la política que se ejercería como una visión en el Nuevo Mundo. El período de la colonización se encuentra signado por la presencia de grandes caudillos guerreros: Los Cortez, Pizarro, Lozada y Fajardo que derrotaron los pueblos indígenas y levantaron ciudades por doquier a fuerza de sangre, ambición y terca voluntad.
Democracia y liberalismo están en oposición, dos términos distintos que en principio implica un ideario que predica la igualdad, equilibrio en la distribución del poder. En cambio, el liberalismo es individual y el mercantilismo, que es lo que caracteriza el nuevo milenio, donde los marginados profundizaran sus niveles de pobreza. La democracia- liberal viene sustituyendo el concepto de comunismo y socialismo en algunos Estado y, de una manera progresiva en Venezuela.
De allí, la preocupación de Estados Unidos en romper su hegemonía, lo que implica las variantes de la globalización. Estamos en un hervidero de culturas y, esto, lo alertó Mariátegui refiriéndose a Perú y Bolivia. Quien se vio en precisar indígenas a cargos públicos, pero, las monarquías lo impidieron. Se debe entender estas posturas en territorios enigmáticos, llenos de riquezas que son focalizadas por países extranjeros y llevadas a sus tierras de origen, como USA, Canadá, Rusia, España e Inglaterra.