Hay que demarcar la historia entre el absolutismo y el republicanismo liberal, debido a que nadie es político y quienes la conocen para controlar el poder, desean destabilizar al Estado dándole paso a la ignorancia, como es el caso de los educadores, humanistas y los profesionales de la comunicación social. Es una calificación última de estos dirigentes que han sido diplomáticos e ignoran las leyes de La República, lo que implica que están llevando al país a una situación perniciosa, decadencia y corrupción a nivel temeraria. Nos hace recordar a Maquiavelo, en otras palabras, no se puede encerrar la ambición en una fórmula general y dogmática. Es algo que esta hay en los hombres y lo acompaña, pero, no puede calificarse de necesariamente buena o mala.
Estamos en un movimiento mecanicista donde una verdad se determina por una manifestación última. Y en lo político se caracteriza por la virtud y suma de cualidades, Cuanta influencia tienen estos líderes para caer en el egoísmo, la avaricia y la lujuria dejando a un pueblo sufriente, salario mínimo chucuto y un 97% de la población en la miseria. Tomás Hoobes tenía una concepción pesimista de la naturaleza humana, los hombres tenían y poseen una tendencia innata a desear todas las cosas de los demás y, esto lleva a enfrentamientos encarnizados en la ética y moral, cuando las circunstancias propician que dos o más hombres deseen la misma cosa al mismo tiempo.
El paganismo, la concepción maquiavélica del hombre corresponde al individualismo típico del renacimiento, se enmarca en un individualismo ingenuo y creador al mismo tiempo, matizado por un género perturbado que daño la paz, en este caso, de Latinoamérica y, hablan de paz. Sus fundamentos son unas contradicciones bárbaras.
El Continente Sureño esta constituido por sociedades con miedos y atemorizadas, cuando se analizan las condiciones para producir la disolución de una república. De modo que en la actualidad es necesario fundamentar, criticar y difundir la necesidad de una división de poderes. A los gobernantes de hoy, solo les interesa la popularidad y crear condiciones para ocasionar en el pueblo pesimismo que origina miedos. Son gobernantes ambiciosos y de oscuros designios que exigen obediencia para generar halagos y la confianza hacia las masas.
Los peruanos, jamás lucharon por su independencia hasta hoy, traicionaron a Bolívar y el batallón de Sucre estaba integrado por zamoranos, colombianos y ecuatorianos, ni un peruano. Allí están sin estabilidad política, como se encuentran otros países de la región ante un eje político fracasado que tiene sus raíces en Brasil. Hoy, la iglesia protestante apuntala a lo que fue siempre, el falso cristianismo románico unido a la política.
Nos preguntamos sí la gente es sádica o masoquista, o se deja absorber simplemente, el uno al otro, en ambos casos se pierde la integridad del yo. De todo esto, resulta evidente que el poder se encuentra corrupto en el país y, ya no existimos como seres independientes que fuimos y seguidores de un Legado, como lo fue Chávez Frías, una antítesis de lo que reflejo José Vicente Rangel, un urredeco pasado a la izquierda conservadora. Entonces, algunas veces nos preguntamos quien tiene la responsabilidad de resistir algunos embates.
Ya en el Sur poco hay productividad y a las grandes poblaciones no llegan alimentos y, prácticamente existe la desconstrucción y destrucción de las fuentes de trabajo. La agricultura capitalista se transformó en revolucionaria y, se dedica a explotar al trabajador y al igual, el agotamiento del suelo. Han transformado ambas en producción mercantilista, desarrollando solo el sistema de producción social. Los presidentes, Lula de Brasil, Venezuela y Petro de Colombia una mayor concentración de capital con un dólar paralelo y moneda virtual que solo sirva para acrecentar el mercado y, hacer de las tierras que sean menos fértiles para acumular dólar y una mayor explotación del campesino.