Colombia: La rebelión de los educadores de ASOINCA

Domingo, 19/02/2023 06:16 AM

ASOINCA es el sindicato de los educadores oficiales del departamento del Cauca. Esta organización adelanta una potente protesta en Bogotá –frente al Parlamento-, pues, luego de varios días de movilizaciones y huelgas en Popayán no encontraron respuestas a sus peticiones para que se mejore el servicio de salud de sus afiliados. Tanto los funcionarios del Ministerio de Educación como los de la gobernación evadieron sus obligaciones en la atención de la inconformidad magisterial, plenamente justificada por años de abandono y la mala salud entregada por COSMITET, que es un oscuro conglomerado de la Costa Caribe, el cual ha conseguido mediante sobornos y coimas -en la Previsora y El Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio FOMAG- gigantescos contratos, cuyos fondos son utilizados para obtener el apoyo de altos dirigentes y ex dirigentes de Fecode –que hoy fungen de concejales, parlamentarios-, y también de altos funcionarios del gobierno y parlamentarios como el actual jefe del partido conservador Efraín José Cepeda Sarabia, el verdadero dueño de los cargos claves en el Ministerio de Hacienda, Coljuegos y la Previsora.

Cosmitet es una telaraña de negociantes de la salud que por años –décadas- se ha hecho de manera fraudulenta a los principales contratos del servicio médico asistencial de los educadores, hoy repartidos por regiones, de las cuales esta EPS prácticamente controla la gran mayoría, además de ser la dueña de los contratos de la salud en la Policía nacional.

La problemática nacional de la salud del magisterio estalló por el lado del Cauca, con esta histórica movilización de los educadores, solo comparable con las huelgas y alzamientos de los años 60 y 70 que encabezo Adalberto Carvajal.

Adicionalmente, hay algo que conviene resaltar y es que con esta formidable rebelión de Asoinca prácticamente estamos asistiendo a una reactivación del movimiento social colombiano –en receso desde abril del 2016- que ha tenido otras manifestaciones como las adelantadas por los estudiantes universitarios, violentamente reprimidos por el Esmad, que habían prometido liquidar tan pronto se posesionara el nuevo gobierno, pero todo quedo en el aire y en manos de los generales ultraderechistas de la policía que siguen haciendo de la suyas contra el movimiento popular.

Es muy probable que la huelga de Asoinca ya pueda agregarse al levantamiento popular que Petro anuncio para apoyar sus reformas sociales.

Asoinca en la Plaza de Bolívar de Bogotá y frente a una de las instituciones emblemáticas del poder oligárquico y corrupto, ha mostrado gran imaginación en la utilización de distintos repertorios de lucha que marcaran el futuro de los procesos populares liderados por la izquierda y el bloque progresista frente a la urgencia de hacer efectivos los cambios para erradicar el modelo neoliberal que aún conserva una gigantesca capacidad en el Estado, la sociedad y los medios de comunicación.

Lo que llama la atención es la reacción de destacadas figuras del denominado Pacto Histórico que se destapo en su intriga maledicente para estigmatizar como "comunistas" y "guerrilleros" a los educadores del Cauca y a la Guardia campesina. También el sabotaje de los directivos de Fecode, que han pelado el cobre frente al desafío de Asoinca a sus anquilosadas formas de negociación con el señor Alejandro Gaviria, el Min Educación.

Es inadmisible esta salida en falso de algunos que tienen rabo de paja en la corrupción con la salud, la educación y las inversiones en el Valle del Cauca.

La parte peor es la retórica del flamante Ministro de Educación –un tal Gaviria, de estirpe neoliberal- quien, en un abierto desconocimiento de la trágica situación de los educadores ya destila su veneno tecnocrático para alimentar antagonismos de los maestros caucanos con las familias y asociaciones de padres de familia de la región. Que vulgaridad de funcionario, de francotirador del proyecto progresista que lidera Gustavo Petro.

No se quedan atrás los burócratas del Ministerio del Interior, que agazapados intentan disociar a los maestros en su vibrante acción de rebeldía.

En todo caso, los educadores del Cauca están dando un gran ejemplo de lucha con sus novedosos métodos de presión sobre la rémora burocrática; el resto del movimiento social y popular deberá actuar en esa línea para sacudir la inercia política en que está el gobierno y el denominado Pacto Histórico, que ha ignorado completamente esta potente huelga magisterial; debe ser porque están dedicado a sus menesteres clientelares e intrigas electoreras.

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