Redefinición ecomunitarista del buen vivir en Abya Yala

Domingo, 09/04/2023 12:38 PM

Cuando nos proponemos superar el capitalismo, si no definimos con claridad la meta que queremos alcanzar, vagaremos sin rumbo (aunque participemos activamente en las diversas luchas cotidianas contra esta o aquella tragedia provocada por el capitalismo). Estas brevísimas líneas intentan ser una contribución a esa tarea fundamental de definición.

Cuba es el único país de Abya Yala que desde hace seis décadas se propone superar el capitalismo. Y desde 1976 en su Constitución se lee que el país se propone construir el socialismo y avanzar hacia el comunismo. Ahora bien, Cuba, que desde el inicio de su Revolución había estatizado casi toda su economía para realizar el principio de la socialización de los medios de producción pregonado por el socialismo y el comunismo, desde hace mucho y especialmente en los días actuales sufre serias carencias en la provisión continuada a su población de alimentos básicos, electricidad y transporte público. Ante esa situación, y enfrentada a un Bloqueo que la castiga duramente desde hace 60 años, Cuba ha implementado en la última década, y con más énfasis ahora, diversas medidas económicas que favorecen la ampliación del espacio de las empresas privadas (incluso extranjeras) en su territorio. Ahora bien, no se ve por parte de l@s cuban@s una clara definición de cómo tales medidas se encajan en el proyecto de construcción del socialismo con rumbo comunista, pues las mismas contrarían el legado del pensamiento económico del Che (explicitado, por ejemplo, en su extensa crítica al Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la URSS; y hay que recordar que en Cuba el Che presidió el Banco Nacional, dirigió el Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria, y fue Ministro de Industria), y de la referencia fundamental del Che en esa materia, Karl Marx.

De la descripción del modo incaico de economía y vida que nos legó el Inca Garcilaso de la Vega, deducimos que en esa cultura el Buen Vivir se basaba en una fuerte solidaridad comunitaria que permitía aprovechar lo que cada un@ podía dar según su capacidad, y donde a cada un@ la comunidad proveía según su necesidad; así, por ejemplo, incluso los ciegos recibían una tarea productiva (desgranar maíz), al tiempo en que eran atendidas en sus necesidades básicas de vida digna los imposibilitados de trabajar, y las viudas y huérfanos. Todo ello al interior de una permanente conducta ecológica de amor y respeto por la Madre Tierra (Pacha Mama); aunque sabemos que hubo entre los incas algún desliz en esa conducta (por ejemplo, el exceso de ganado de pastoreo en ciertas áreas en relación a la capacidad de soporte de las mismas); como también sabemos que el imperio incaico, por ser tal, se vertebraba a partir de un autoritarismo verticalista que en lo interno dependía de la voluntad despótica del Inca, y en lo externo no practicaba la cooperación intercultural.

Ahora bien, creemos que hoy la parte comunitaria-ecológica de la cultura incaica sigue presente en el Buen Vivir tal como lo entienden nuestros pueblos originarios en Abya Yala, y que el mismo debe servirnos de guía a la hora de definir lo que queremos construir más allá del capitalismo.

Marx dijo que al capitalismo debería suceder el comunismo, donde se haría realidad cotidiana el principio "de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad" mediante la libre asociación de los productores libres; y Marx mostró que no era insensible a una temprana preocupación ecológica en Europa cuando criticó el hecho de que el capitalismo destruía las dos fuentes de la riqueza: el ser humano y la Tierra. Ahora bien, Marx también sostuvo que antes de poder llegar a la realización de aquel principio la sociedad pasaría por un período de transición (el socialista) en el que se aplicaría el principio "de cada uno según su capacidad y a cada uno según su trabajo". (Ahora, como lo dijimos en otro texto, no es nada fácil concretar la aplicación de ese principio, a la luz de la enorme dificultad que significa reducir los "trabajos complejos" a unidades de "trabajo simple" para calcular lo que a cada uno habría que dar. A no ser que se interprete el principio como referente exclusivamente a la cantidad de horas trabajadas, y, en ese caso, por ejemplo, si ambos trabajan ocho horas diarias durante un mes, recibirían lo mismo al cabo del mes un médico y un barrendero de calles. Mas que yo sepa ningún país que se propuso construir el socialismo adoptó ese criterio; así, por ejemplo, el Che propuso para Cuba dentro de su Sistema Presupuestario de Financiamiento una escala salarial nacional de ocho franjas que duró hasta abril de 1965, según fuera la normalidad-nocividad-peligrosidad de la tarea, y el cumplimiento o no de la meta establecida; y solo admitió como excepción a esa escala los "salarios históricos" conquistados por los viejos trabajadores, que no serían pagados a los nuevos trabajadores que los sustituyesen cuando aquellos se jubilasen).

Tras la Revolución Rusa de 1917 Lenin definió el socialismo como "el poder de los Soviets más la electricidad". Con esa expresión quiso afirmar que la base del socialismo orientado hacia el comunismo era la gestión comunitaria directa de todos los asuntos sociopolíticos a través de esos órganos de base que eran los soviets; en la Rusia soviética, dijo Lenin, cada trabajador, luego de las ocho horas de trabajo productivo, debía desempeñar sin retribución funciones estatales, para que gobernase toda la población. (Sabemos que luego, infelizmente, esa tarea de gobierno fue usurpada por el Partido dirigente, y de inmediato por el Secretario General de dicho Partido). La electricidad, por su parte, aparecía en la Rusia de la época como la gran novedad tecnológica que se debía incorporar a todos los sectores de la vida productiva y social, para satisfacer las necesidades de una vida digna para el pueblo (teniendo como guía a los dos principios enunciados por Marx). Mas faltó a Lenin la preocupación ecológica (por lo menos expresada explícitamente).

El Che insistió una y otra vez que el socialismo y el comunismo que deberían suceder al capitalismo, aunque velarían por el bienestar general, no podrían reducirse a consideraciones de índole material, pues lo decisivo estaría en la educación de un Ser Humano Nuevo (el Che se refirió al Hombre Nuevo, en tiempos en los que la preocupación antimachista no tenía la fuerza de hoy). Ese nuevo ser humano debería estar amorosamente dedicado al bienestar general, y ser solidario y no consumista. Y el Che llegó a liderar y promover tempranamente conductas ecológicas de reutilización/reciclaje en la economía cubana del inicio de los años 1960. Al mismo tiempo, en su visión, para propiciar el advenimiento del socialismo y del comunismo, la totalidad de la economía debería estar en manos estatales-públicas (a través de las cuales se realizaría la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción).

Por nuestra parte hemos dado el nombre de Ecomunitarismo al orden comunitario-ambiental que queremos que suceda al capitalismo. El mismo se basa en la aplicación cotidiana de las tres normas éticas básicas (que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad de decisión, realizar esa libertad en la búsqueda de consensos con los demás, y preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana), y se estructura en la siguientes dimensiones interconectadas: a) una economía ecológica y sin patrones que funciona alimentada por energías limpias y renovables y aplica cotidianamente las 5 R (Reflexionar sobre qué planeta queremos legar a nuestros descendientes, Rechazar el consumismo y asumir voluntariamente la frugalidad ecológica, y Reducir, Reutilizar y Reciclar los insumos y residuos) para, en el marco de una conducta de frugalidad ecológica libremente asumida, aplicar el principio "de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad"; así se prescinde del dinero (porque los productos ya no son mercancías, sino solo valores de uso), y, por consiguiente, del salario (porque cada persona recibe lo acorde a sus necesidades de forma directa, sin mediación dineraria), y la jornada productiva de cada persona (que rotará en las funciones según sus vocaciones y capacitación) se reduce al menor tiempo posible (para que cada un@ dedique el resto de cada jornada a desarrollarse como individuo universal según sus vocaciones y al simple ocio que permite gozar de la vida, desde que no viole las tres normas éticas básicas), pues entre los seres humanos aptos no hay desempleados ya que y porque la tarea se reparte entre tod@s; a diferencia del Che consideramos que en esa economía las unidades productivas comunitarias indígenas y las cooperativas, cuando son verdaderas, son un complemento necesario a la propiedad estatal-pública de las empresas estratégicas controladas por l@s trabajadoras-es y la ciudadanía; b) una política de tod@s apoyada lo más posible en la democracia directa (en especial mediante asambleas, plebiscitos y referendos, hoy muy facilitados por medio de la internet); esa política incluye el mutuo aprendizaje y la cooperación mutuamente solidaria entre los pueblos y culturas de Abya Yala y del mundo; c) una educación ambiental ecomunitarista socialmente generalizada (tanto en la educación formal como en la no formal), para, entre otras cosas, hacer realidad la economía y la política antes citadas; de esa educación hacen parte una educación sexual libertaria (que promueve el libre placer compartido de manera consensual, y combate el machismo y la homofobia), y una educación física formativa y cooperativa (que deja atrás al deporte competitivo y crematístico); d) una comunicación simétrica que pone en manos de las comunidades los actuales monopolios u oligopolios mediáticos (de prensa escrita, radios, TVs, y/o en redes vía internet); y, e) una estética de la liberación que a tod@s proporciona los medios para crear arte y a tod@s educa para disfrutar de las artes.

 

Bibliografía mínima

José de la Fuente Arancibia y Ricardo Salas Astraín (orgs.), "Introducción al Ecomunitarismo y a la educación ambiental. Lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco", gratuitamente disponible en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640

en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w

en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827

y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental

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